Capitulo 14.

3.4K 282 35
                                    

La situación no era nada favorable para él, es decir, era obvio que Alonso le había mentido cuando dijo que ''lo dejo'' pues que estaba ahí con Jos Canela.

De repente, un pánico inmenso lo absorbió. No tenía miedo de que le hicieran, temía porque atacaran a alguien más que no fuera a él, ahora que sabían dónde se encontraba, cumplir con sus antiguas amenazas sería pan comido.

Escuchó una carcajada estrepitosa por parte de Alonso y antes de poder decir algo, ya tenía a Jos dándole un ''abrazo'' por encima de los hombros. No lo vio venir porque el pelinegro lo atacó por atrás y, claro, también gracias a que estar demasiado metido en sus pensamientos.

-Estas tenso –susurró el Canela muy cercas de su oído.

Quitárselo de encima o no hacerlo, esa era la pregunta que se hacía mentalmente el Leyva, es decir, si armaba un escándalo en ese lugar público, podía hacerlos enojar; pero por otro lado, el ''abrazo'' que le estaba dando Jos no era tan amistoso, sentía como le dolía el cuello por la presión con la que flexionaba el antebrazo.

-No estoy tenso –murmuró, odiaba esa clase de juegos aunque él los hubiera hecho en su debido tiempo.

-Ya, Jos, luego se irá corriendo a empacar sus cosas y mudarse a otro lugar.

Alonso tenía una sonrisa burlona dibujada en su rostro, mientras que Jos solo soltó un bufido y lo libero. Al instante Freddy se tocó el cuello, sobándoselo con suavidad.

-¿Qué quieren aquí? –pregunto el teñido, yendo directo al grano.

-Bueno, Freddy, no sé si quiera creerlo o no –empezó Jos– pero cuando Alonso te dijo que lo dejamos, en serio lo hicimos.

-¿Y lo hicieron juntos? Claro. No soy tan estúpido, Jos.

Normalmente Freddy podía llamar por su apellido a cualquier persona, hablarle con repugnancia o hasta hacerlo sentir miserable con su simple tono de voz. Pero con Alonso y Jos no era así. A pesar de todo, de cómo terminaron las cosas, ellos llegaron a ser muy amigos antes de que todo ocurriera.

-¿Qué te digo? Ese castaño seduce con sus ojos.

-Es el poder del aceitunado –bromeo Alonso.

Escucharlo hablar de esa manera, logró hacer que el teñido se llenara de una pequeña nostalgia. Recordaba esos días cuando se conocieron, como comprendió que Jos y Alonso siempre serían los mejores amigos, y lo difícil que fuese unirse a su círculo de amistad, pero todo acabó gracias a las malas metidas de pata.

Y quién sabe porque, pero su amargura bajó un poco, y tuvo que contener esas horribles ganas de sonreír que tenía.

-Al grano, chicos –pidió.

-Bien –Jos tosió un poco, buscando comenzar–, es simple, Freddy. Al igual que tú, nos cansamos de toda esta mierda. El problema es que no es tan fácil salirse, no contamos con la ayuda que tuviste tú.

-¿Ayuda? –bufo.

-Sí, ayuda –ahora siguió Alonso–. Mientras que a ti todo te fue color de rosa, mi vida no es hermosa, Freddy, y la de Jos tampoco. Por eso estamos aquí, un pajarito nos contó que andas por estos lugares y, ya que no te han encontrado, sería bueno unirnos en esto, ¿no crees?

-No.

Su respuesta fue directa y corta. Iba a irse, estaba más que claro que es historia podía ser una simple mentira. Alonso siempre era controlado por Leo y  Jos controlado por Alonso, quien sabe si estaban esperando que callera en una de sus trampas.

Mi Chico Malo (Breddy Meyva/Moyva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora