Capitulo 24.

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-Creo que Freddy tomo demasiado.

-Te dije que lo detuvieras, pero no, me dijiste; ‘’Tranquilo, es para ahogar las penas’’.

-¡Cállense!

Era alrededor de las nueve de la noche, Bryan ya había llamado a Freddy para decirle que iba en camino, pero este solo le respondió que no se preocupara, que estaba con Alonso y Jos hablando. Aún así, seguía recibiendo mensajes y llamadas del castaño cada cierto tiempo, obviamente, él no confiaba en ese par.

Y con justa razón, por la tontería esa de ‘’Ahogar las penas’’ ahora Freddy estaba mareado, con un terrible dolor de cabeza y obviamente así no podía ir a su casa.

-Somos malos amigos –se cuestionó Alonso.

-¡Hey! Pero veámoslo por el lado positivo, logramos hacer que olvidara a Bryan –bromeo Jos.

Tanto Alonso como Freddy le lanzaron una mirada matadora. Tres horas tomando no era bueno para él, más porque el día siguiente se supone que tenía clases y si no llegaba temprano a su casa le caería otro sermón por parte de su madre, quien, obviamente creía que aún su hijo se encontraba con Bryan.

-La cabeza me da vueltas. ¡Todo es su maldita culpa! –les grito.

-Bien, sí, ambos sabemos que Alonso tiene la culpa pero…

-¡Oye!

-Como decía, quizás ahogar las penas no fue buena idea, pero no teníamos idea de cómo ayudarte, Freddy.

-No necesito que me ayuden, menos ustedes. No crean que los perdoné ya después de todo lo que ha pasado.

Alonso y Jos solo suspiraron con tristeza, sentándose en la misma banca donde sentaron al Leyva segundos antes. Ambos reconocían que hicieron mal al abandonarlo y bueno, quién sabe y todo hubiera sido mejor si los tres superaban los golpes, las criticas y las burlas juntos.

-Pero… algún día, ¿no? –pregunto Alonso, sonriendo un poco.

-No esperábamos que nos perdones tan pronto. Solo… estamos aquí para ti, Freddy.

-Sí, para hacerme tomar hasta reventar, muchas gracias.

Los tres rieron ante ese comentario del teñido. Quizás aún su amistad no había regresado a la normalidad, pero no estaba mal darles una oportunidad, al fin y al cabo, Alonso y Jos fueron engañados igual que él y sufrieron mucho también.

-Bien, no sé si lo estemos matando, pero creo que ya está razonando mejor –dijo Jos, mirando al Leyva y luego a Alonso.

-¿Crees que debemos llevarlo a su casa, así?

-No soy un objeto, chicos. Puedo ir a mi casa solo.

Era verdad, desde que Bryan empezó a salir más seguido con Loli, casi todas las noches regresaba a su casa de la  misma forma. Siempre aprovechaba cualquier fiesta con tal de tomar y olvidar todo, o de salir con alguna chica a ver si ella le movía el mundo. Pero siempre, siempre, era en vano.

-Por la resistencia que tienes a tanta cerveza es obvio que vas a fiestas muy a menudo, ¿verdad? –rió Alonso.

-Se podría decir que sí, ya estoy acostumbrado.

Continuaron hablando, hasta que el teléfono del Leyva sonó por milésima vez. Jos y Alonso sonrieron cuando este tosió y sacó el aparato, contestándolo.

-¿Qué pasa, Bryan?

-¿Ya estás en tu casa?

-No, aún no.

-Mañana tenemos clases.

-Lo sé, se me hizo algo tarde, mamá –bromeó.

-Quiero decirte algo, ¿puedo ir?

-Ehm… ¿no puede esperar a mañana?

-No creo.

-Bien, bien. Espérame fuera de mi casa, ya estoy yendo.

Después de cortar, guardó el teléfono y se levanto. Alonso y Jos lo observaban dudosos; hace unos minutos estaba que se caía de ebrio y ahora parecía que estaba de lo más normal. De verdad, Freddy tenía demasiada resistencia.

-¿Cita? –rió Alonso.

-Seguro me contará que ya formalizo con Loli.

-Siempre tan positivo. Quien sabe y es otra cosa –hablo Jos.

-Lo que sea, lo averiguare ahora, ¿no?

**

Caminaba junto a Alonso y Jos, hablando de sus viejos recuerdos, las bromas que se hacían entre ellos en su antigua escuela y cosas por el estilo. Hasta que llegaron a la cuadra del Leyva y vieron a Bryan los esperaba. Esté sonrió cuando observó a Freddy, pero miró mal a los otros dos.

-En serio, le caemos mal –murmuró Alonso, sonriendo.

-¿Qué esperabas? Dañamos a su pequeño gatito –bromeo Jos.

-Siempre odie esa estúpida manía que tenían de decirme ‘’gatito’’. En serio.

-Pero es tierno, y Alonso se rompió la cabeza pensándolo.

-Además, tú siempre serás el gato que murió por su curiosidad, Freddy.

Cuando se encontraron, Freddy le sonrió a Bryan de la misma manera, y tras despedirse de Alonso y Jos, ambos se sentaron en la escalera de la casa del teñido, a hablar un rato al parecer.

-¿Entonces? ¿Pasó algo? –pregunto el Leyva.

-Bueno, sí pero no. Quiero decir –se removió los cabellos, volviendo su mirada al Leyva–, Loli y yo…

Bueno, ya era de esperarse. De nuevo, sentía esa horrible presión en su pecho, sabía lo que vendría y también ya tenía memorizadas las palabras de ánimo hacía su amigo: ‘’Bien por ustedes, Bryan, les deseo lo mejor’’. Pero también sabía que llegado el momento, no saldría, solo se quedaría ahí, mirándolo, conteniendo esas ganas de golpear algo o de llorar.

-Terminamos.

-¿Qué?

-Bueno, no sé si se podría decir que comenzamos ya que nunca fuimos novios oficialmente –rió nervioso–. Pero… ya no saldré más con ella.

-¿Po-por qué?

-Porque… no soporto alejarme de ti, Freddy.

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HAHAHA HAY VIENE LO BUENO.

Mi Chico Malo (Breddy Meyva/Moyva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora