Capitulo 10.

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A la mañana siguiente, Freddy y Bryan caminaban como siempre, de camino a clases. Y aunque hablaban de sus tonterías como ya era costumbre, había algo extraño. Llámenlo sexto sentido, pero según el teñido, algo se traía Bryan.

-Entonces, ¿no me dirás que tienes?

-No tengo nada, Freddy. Por quinta vez.

-Seguiré hasta la mil si no me dices.

Lo miró de reojo, retándolo. Bryan conocía perfectamente al Leyva, sabía que era capaz de hacerlo, pero... ¿cómo explicarle lo que paso la noche anterior?

FLASH BACK.

-Y ella, amor, es Loli. Hija de mi amiga Frida. ¿La recuerdas? 

-La verdad no. Mamá, en serio quiero que...

-¡Pero qué mal educado eres, Bryan! Si no la recuerdas, ¿por qué no hablas con ella?

La joven solo lo observaba. Bryan la miró por unos instantes; cabello largo, muy sedoso y ojos color miel. Tenía una mirada completamente inocente, intentando fingir no escuchar la discusión que mantenía él con su madre. Aunque por como ella gritaba, era obvio que todos lo hacían.

-Pero mamá, tengo ta...

-Bryan Kevin Mouque. ¿Así te hemos criado tu padre y yo? –lo miró con reproche.

El castaño solo suspiró. No era la primera vez que su madre le traía a una ''hija de amiga'' para que se conozcan. Aunque mientras más seguido las traía, más fastidioso le resultaba.

-¿Qué tal si se quedan mientras yo voy a prepararles el lonche? Pónganse cómodos.

Ella se llevó a sus amigas, todas con esas risas tan coquetas y perfectamente obvias que las caracterizaban.

Un silencio incomodo reinó en esa parte de la casa. Loli no decía nada, solo se quedaba mirando el suelo, sin moverse. Mientras Bryan estaba ahí, parado. Por fin realizo una acción, se estiro un poco, suspirando, no podía ser descortés.

-Así que eres la hija de Frida, ¿no?

La joven de ojos miel levantó la cabeza, mirándolo y solo le sonrió, pronunciando un leve ''sí''. ¿Era su impresión o ella estaba como que asustada de estar ahí?

-¿Vives por aquí? –volvió a sacar tema el Mouque.

-No. Solo estamos de paso. Acabo de terminar el instituto, así que mi madre dijo que sería una buena idea venir.

-¿Estás de acuerdo con eso?

-Supongo.

Por la forma en que respondió, el castaño comprendió que no era el único obligado a estar ahí. De hecho, seguro que todo había sido planeado por ese grupo de madres. Y aunque amaba a la suya, de verdad, preferiría que dejara de meterse en su vida.

-Así que, ¿te obligaron? –pregunto, acercándose, mientras se sentaba en el mismo sofá que la chica, pero algo alejado, lo prudente.

-No te ofendas, pero preferiría pasar este tiempo con mis amigos del instituto.

-Créeme, te entiendo.

Porque la verdad era que Bryan, siendo sincero, también prefería estar junto con Freddy en ese momento. Ya sea jugando videojuegos o con su perrita, lo que fuera. Siempre era divertido pasar tiempo con él y nunca se aburría.

-Pero al menos tú lo verás mañana, Bryan –al parecer, ella empezó a tener más confianza porque hasta llego a tratarlo sin propiedad directamente–. Aún estás en el instituto, ¿no?

-¿Te lo dijo Frida o mi madre?

-Las dos.

Ambos solo sonrieron un poco. Esas mujeres no tenían remedio.

-La verdad es que sí. Mañana lo veré, pero igual es divertido pasar todo el tiempo con él.

-Es genial, ¿cómo se llama?

-Freddy, Freddy Leyva.

Y así, aunque la conversación giró en torno a como Bryan describirá a su amigo, ambos llegaron a hablar más amenamente. Quizás era porque están conectados tener unas madres tan raras.

FIN FLASH BACK.  

Pero la peor parte no fue eso, a Bryan le encantaba hacer amigos y amigas, el problema fue cuando Loli estaba por irse. Su madre ya les había planeado una cita juntos, para la tarde del día siguiente, después de clases.

A finales, ya estaba en clases y Bryan no le había dicho que era lo que pasaba. Bueno, quizás sea cierto que no ocurría nada, es decir, llevaban mes y tanto de conocerse. ¿Cuánto? ¿Seis semanas? ¿Siete quizás? En tan poco tiempo, cualquiera diría que Bryan y él no se conocían en lo más mínimo aún, pero pasar prácticamente las veinticuatro horas del día hablando, ayudaba.

Porque cuando no se veían, se mensajeaban o llamaban. Así que la charla nunca acababa. Sorprendentemente los temas tampoco; películas, partidos, deportes, música y demás.

Y si normalmente no les prestaba atención a los profesores, ahora mucho menos. Sus calificaciones habían subido gracias a que Bryan le explicaba todas las clases en los fines de semana, o simplemente por oír mientras miraba a través de la ventana, más nada.

-¡Joven Leyva!

Escuchó su nombre y dirigió su mirada al profesor. Pero este ya no se encontraba al frente, más bien, ya estaba a su lado, gritándole cerca del oído.

-Salga del salón, por favor.

Como era de esperarse, lo sacaron. Ese profesor también conocido como el ''menos paciencia tenía'', llevaba llamándolo alrededor de cinco veces y Freddy continuaba muy metido en sus pensamientos.

Se levanto sin decir nada, caminando hacia la puerta. No le importaba perder esa clase, a finales luego el castaño se lo explicaría. Pero en serio quería saber porque ese mal presentimiento no salía de su cabeza.

**

-Oí que te sacaron de clase. Sabes que es malo, ¿no?

Freddy solo soltó un suspiro. O los rumores avanzaban muy rápido o alguien le había ido con el chisme. En cualquier caso, debía de salvarse del ''discurso-de-hermano-mayor'', es decir, como él le llamaba a lo que Bryan estaba a punto de hacer.

-Si quieres podemos hablar con el profesor y decirle que te sentías mal, no sé.

-Bryan, antes de que comiences, es tú culpa. ¿Está bien?

-¿Mi culpa?

Bryan se detuvo, mirando al Leyva. Este solo bufó y volteó para observarlo bien, bueno, eso había sonado algo rudo pero era sincero, a Bryan jamás le mentiría.

-¿Qué hice yo? –pregunto el Mouque, indignado, acercándose mal al teñido.

-¡Eso! ¡No me quieres decir que te traes desde la mañana!

Explotó un poco, gritando. Bien, se había pasado ahora sí. Eso de que Bryan tenía ''algo'' quizás era únicamente su imaginación y ya había hecho dos cosas: hacer sentir mal a Bryan y, por tanto, sentirse mal con sí mismo también.

-Olvídalo.

Siguió caminando, hasta que sintió como Bryan le tomaba el brazo con suavidad, deteniéndolo. Freddy tenía razón, por más mínima que fuera la cosa, debía decírselo. No permitiría que nada ni nadie arruinada su amistad con el Leyva.

-Lo siento –dijo–. No te lo quería decir porque no es tan importante, digo, ya me ha pasado demasiadas veces y estoy acostumbrado. Pero como es la primera vez que pasa desde que somos amigos, supongo que...

-Al grano, Bryan.

-Tengo una cita más tarde.

¿Cita? ¿Bryan? ¿Más tarde?

Algo no encajaba en esa oración.


Mi Chico Malo (Breddy Meyva/Moyva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora