T es por Trato

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Un golpe a su mandíbula hizo que sus dientes se encontraran con tanta fuerza provocando que sus encías dolieran y sintiera el sabor al óxido ferroso de la sangre.

Se tambaleó, perdiendo por unos segundos el enfoque.

—¡A tu izquierda!

Obedeció la orden por reflejo. Pero el siguiente golpe le alcanzó, enviándola con una fuerza aterradora hacia la pared de árboles detrás de ella.

El lugar se sacudió.

—¡Maka, no pierdas la concentración!

—Ugh, eso es intento —replicó.

Sus costillas adoloridas se oían crujir al levantarse. El dolor corrió por todas sus terminales nerviosas.

El mismo dolor que tuvo que suprimir cuando la siguiente lanza de fuego fue enviada en su dirección y tuvo que esquivar para evitar ser quemada viva.

Cayó sobre el desnivel del terreno, sin poder asirse a los troncos quemados y rodando por el lugar. Nuevas heridas se añadieron a su colección.

—¡He peleado contra más fuertes que tú! —murmuró, levantándose por décima vez, reuniendo cada gramo de valentía y voluntad para seguir peleando—, y siempre ganamos.

Ciertamente Ashura fue el peor enemigo y un tipo increíblemente poderoso que casi pudo matarlos y acabar con el mundo.

Pero también era cierto que fue hace diez años.

Su juventud física de aquél entonces era una virtud crucial en cualquier batalla. Justo ahora, después de recibir más y más heridas en su trayectoria, tenía que admitir que le costaba mantener el ritmo. El esfuerzo era más demandante.

Quería pensar que se debía a eso, y no al hecho de haberse arrancado una parte de su alma para traer de vuelta a Chrona. No podía pensar en eso, ni podía mostrar una pizca de arrepentimiento. Ella se lo prometió y tenía que cumplirlo.

Chrona era una pequeña niña que sólo conocía la bondad y calidad humana. No tenía recuerdos de las atrocidades de su vida anterior. Su alma fue rescatada de la luna, dejando su cuerpo como la barrera. Con la ayuda de las brujas, le dieron un nuevo cuerpo recién nacido. Y pasó junto a ella cuatro años de vida, en un mundo diferente al suyo, cuidando su salud y condición física para que no fuera rechazada al cruzar al mundo humano.

Era su hija.

La hija de ella y Soul, porque él, incluso sin saber nada de lo que hizo, amó a Chrona desde el primer momento en que la vio salir del portal.

Se convirtieron en una familia. Ella y Soul llegaron a un acuerdo con sus sentimientos. Se hicieron pareja y se encargaron del cuidado de Chrona. Fueron las brujas quienes le dieron esa maravillosa felicidad, la oportunidad de amar y ser amada. De tener algo a qué aferrarse y construir.

Y en un segundo, todo eso le fue arrebatado.

—¡Adelante, Maka!

Una onda de sonido fue enviada hacia el frente para cancelar la magia de la bruja. El choque provocó una explosión de energía que aguantó usando la guadaña.

Sin importar si tenía su escudo de sangre negra, el dolor y los daños seguían siendo un gran obstáculo. Esta batalla había durado demasiado.

Tres días sin interrupciones.

Una guerra nunca fue sencilla y rápida. Siempre fue sangrienta y dolorosa.

Habían pasado un año y cinco meses de lucha, tres días eran nada. Estaban en la etapa final, si lograban matar a las cabecillas todo estaría terminado. La revolución llegaría a su fin.

SoMa en el abecedarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora