Maka nunca había fallado en nada.
Siempre perfecta en calificaciones, perfecta en llevar a cabo los entrenamientos, ser la primera en completar las tareas y exámenes. Moldeada para ser la perfecta méister.
Entonces, ¿por qué...?
—OUCH, ¡maldición!
Se quedó tirada en el suelo, jadeando dolorosamente. Las imágenes de las estrellas se veían doble, triple incluso. Su mirada no enfocaba bien y la poca luz tampoco ayudaba. La brisa del bosque no era suficiente para sofocar el calor interno.
—Vamos a parar, ya es tarde.
—¡No! —Maka gritó, sentándose de golpe ignorando el crujido y dolor de sus costillas—, no... no es suficiente. Tenemos que seguir, un par de rondas más.
—Maka, usualmente estaría feliz de patearte el trasero cuantas veces quieras —Black Star se agachó a su lado, con su pulgar y sin mucho esfuerzo, empujó su cabeza hacia atrás logrando que la chica volviera al pasto en medio de una protesta—, pero esto es patético, ¡ni siquiera estás concentrada! Tu mente está en otro lado.
—¿¡Y cómo no quieres que no lo esté!? —replicó ella, apartándolo de un manotazo, ¡Soul casi muere por mi culpa! —Lágrimas, llanto, gritos y golpes al suelo.
Black Star la dejó desahogarse. La había visto maldecir incontables veces cuando algo salía mal, verla llorar, sólo unas cuantas veces. Gritar y llorar, era la primera vez.
El dolor de Maka era inmenso. La imagen de Soul en el suelo, en un charco de sangre, con una herida abierta que llegaba hasta los huesos, era difícil de asimilar. No pudo dormir cuando Soul fue ingresado a operación, ni los dos días siguientes de su inconsciencia. Sólo un par de horas sus ojos se cerraron y se encontró con pesadillas por doquier donde Soul moría y la culpaba por ser tan débil e ingenua.
Ellos no debieron entrar a la iglesia, no debieron luchar.
Pero era tanta la frustración, el fallo de haber confundido a Blair con una bruja y recolectar su alma erróneamente, perdiendo todo por lo que había luchado, que su mente se cegó, y creyó que podía enfrentarse sola a la espada demoniaca.
Ella sabía que no podía, y aun así, lo intentó. Y el pago por ello fue Soul.
—Si Soul... —las lágrimas ahogaban las palabras—, si él hubiera muerto, jamás me lo habría perdonado.
—Pero no lo está. No puedes culparte por algo que no sabías que pasaría —Black Star se tiró en la hierba junto a Maka.
Comprendía el dolor de la chica, el miedo al que se estaba enfrentando. Pero también sabía de qué esto la haría mucho más fuerte. Después de todo, así era Maka.
—Sé que soy un mal estudiante, muy genial para los golpes, y próximamente seré un dios. Y además soy tu amigo, te conozco y sé que toda esta jodida experiencia los hará fuertes, porque diablos, ¡no he conocido una pareja más genial y dedicada como ustedes! —Al ver que sus palabras poco lograban, suspiró— lo que quiero decir es que eres muy valiente y las veces que te vi fallar, te levantaste victoriosa en lo siguiente. Eso eres tú Maka, el miedo te hace fuerte.
Los sollozos de Maka cesaron poco a poco.
Pasó un tiempo en que finalmente se apagaron.
—Voy a hacerme fuerte por Soul. No volverá a pasar, jamás. No lo permitiré.
Black Star miró la figura de Maka tendida en el pasto a la luz del atardecer.
Ella brillaba, tanto que parecía ser ella otro ser muy lejos de lo que él era.
Ahí lo vio, que el miedo no era lo único que la impulsaba.
Ahora también lo hacía Soul.
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SoMa en el abecedario
FanfictionHistorias con cada letra del abecederario, protagonizados por la méister más famosa de Shibusen, Maka Albarn, y el chico cool Soul Eater. En una travesía de romances, batallas y reencuentros inesperados, graciosos y extraños, ¡la OTP comienza!