E es por Enfermedad

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E es por ENFERMEDAD

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Prometo serte fiel...

—¡Demasiada sal!

en la prosperidad y en la adversidad...

—¡Muy simple!

En la salud y en la enfermedad...

—Muy caliente.

y así amarte...

—¿Cómo es que no puedes calentar una simple sopa?

y respetarte todos los días de la vida...

—Eres un completo inútil.

hasta que la muerte...

—Sólo eres un niño bonito.

nos separe.

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—¡Estoy harto de Spirit! ¡Quiero matarlo! ¿Puedo matarlo?

—Maka te mataría primero nya~

—Tienes razón, primero llorará y luego me matará por matarlo. Espera, ¿pero y si no soy quien lo mata? ¡Blair! ¡Necesito una de tus pócimas mágicas desastrosas! ¡Deja de recitar estupideces y ponte a trabajar!

—No creo que esa sea la solución, Soul-kun~

Blair aventó el libro que estaba hojeando para pasar el rato. Ya se había aburrido de ver a Soul corriendo de allá y más por allá tratando de cumplir los caprichos del pervertido hombre, y padre de la chica que pretendía.

Spirit enfermó de fiebre debido a una misión en Alaska que terminó mal cuando uno de los maridos de alguna mujer que conoció, lo congeló en los glaciares.

Una fiebre de armas. Bastante más duradera que una gripe normal y que mermaba mucho la condición física y humor.

El hombre estaba mucho más irritable que de costumbre, haciéndole la vida imposible mientras lo cuidaba. Maka había salido fuera de Death City junto a Stein, para conseguir las medicinas que el viejo necesitaba.

Pudo haberlo dejado en algún otro lugar, recluirlo en un hospital o incluso pagar a alguien, pero pese a lo mucho que Maka decía que odiaba a su padre, no podía abandonarlo a su suerte. No, claro que no. Era mucho mejor cargarle el paquete al genialoso Evans, que bien pudo haberse negado.

No lo hizo, ¿qué chico cool se negaría a cuidar al que sería su suegro? Obviamente él. Se negó con fuerza, haciéndole ver lo mucho que el vejestorio lo odiaba.

Pero hombre, ¿cómo contradecir al puchero y los ojos cristalinos de Maka? Oh no, esa chica era su perdición.

Y ahí estaba, con una gata inútil y un hombre enfermo pidiendo sopa.

Soul se sentó en el sillón de la desastrosa sala, ajena y tan diferente a la suya. Había hecho todo lo posible por arreglar un poco el lugar, con frascos de medicina, botellas de alcohol viejas y ropa amontonada por todos los lugares.

Vivir con Maka le dio un poco de orden a su vida, y ahora, no soportaba revivir los momentos en que no había ni un poco en su propio cuarto.

—No sé qué más hacer, todo lo que hago está mal. Nada le parece perfecto —Soul resopló cansado.

La gata se bajó del armario en el que se subió, para irse a arropar en las piernas del chico. No quería transformarse en humana, seguramente Soul la obligaría a ayudar.

—Soul-kun~ —ronroneó—, tal vez no sea tu sopa ni tú, tal vez sea otra cosa lo que le molesta a Spirit-nya~

—... Lo sé.

Por supuesto que lo sabría. Sería tonto no notar la razón del enojo del hombre.

—Iré a hablar con él —dijo, levantándose y tirando a Blair de la comodidad.

—¡Oye! —protestó la mascota, pero al ver el rostro decidido, decidió dejarlo—, buena suerte-nya~

.

—Spirit, tengo que hablar contigo.

—No quiero tu asquerosa sopa —musitó roñoso el tipo.

Estaba acostado, con los ojos cerrados, el cabello revuelto y la piel pálida. No dejaba de moquear y ya había una increíble bolsa de papeles de nuevo juntados.

—No vengo a darte sopa, vengo a hablar de Maka —le dijo, pretendiendo no dejarse intimidar.

Eso pareció llamar la atención del hombre, que hizo un esfuerzo por levantarse y mirarlo.

—¿Qué ocurre con mi bebé Makita?

El albino intentó no rodar los ojos ante el apodo.

—No le ha pasado nada —respondió—, mira, sé por qué me estás haciendo la vida difícil. Sé que no es fácil para ti entender que Maka ha crecido, que no es una niña y que puede tomar sus decisiones sola.

—¿De qué demonios estás hablando Evans?

—Oye, entiendo que, como padre, cuesta mucho dejarla ir... pero, ambos decidimos intentarlo. Ella y yo. Los dos. Pasamos por mucho juntos, he dado mi vida por ella y sé que ella puede hacer lo mismo por mí. Si crees que vamos a cometer tú mismo error, estás equivocado. No lo haremos, la quiero, y ella me quiere y aunque no lo parezca, Maka también te ama muy a su modo. Y le importa tu opinión, por eso te pido aquí de cara que, aunque no lo aceptes, al menos, déjanos estar en paz.

—...

—¿Y bien?

—¿Eres idiota o qué?

Soul frunció el ceño. Para mayor consternación, Spirit le sonrió, cínicamente.

—Vienes aquí a hablarme de tu relación con mi pequeña y amada hija creyendo que me voy a interponer en su camino. Vamos Evans, confío en mi hija, la conozco y sé que sí está decidida a algo lo hará aun sobre mí. Hace mucho que dejé de tener poder sobre ella. Sé que ella puede hacer buenas elecciones y si te eligió a ti, no dudaré de que hizo lo correcto. No estoy esperando a que lo arruines, te estoy confiando su futuro.

Soul estaba sorprendido de la sinceridad de las palabras. Él nunca le había hecho ver su aceptación, o una muestra de gratitud, aunque sí lo pensaba, Maka tampoco era tan afectuosa. De algún lado tenía que heredarlo.

—Entonces, me estás diciendo, ¿qué aceptas nuestra relación?

—Por supuesto, chico bonito.

La sonrisa de Soul se hizo radiante... aunque luego titubeó.

—Espera, ¿entonces por qué el mal trato mientras te cuido?

Spirit rodó los ojos.

—Creí que te lo había dicho claro, ¡cocinas horrible!

SoMa en el abecedarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora