Y es por Yugular

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Sus dedos pálidos recorrieron con extrema lentitud el cuello ajeno. Recorrió con sus dedos el camino construido por las venas debajo de la suave piel.

Había un aroma dulce, una mezcla entre el olor de una fogata y menta que le incitaba a acercar su rostro al cuello para embriagarse con el sensual olor.

Dejó un beso sobre la piel, sin separar mucho los labios por el temor de que sus impulsos actuaran e hicieran algo peor, aun cuando las intenciones de querer más eran aceptadas.

—Esto es un error —susurró sin alejarse del cuerpo ajeno, obteniendo suspiros a sus roces.

Sus labios siguieron dejando besos rápidos, pasando por la garganta y la barbilla.

Necesitaba huir antes de que fuera demasiado tarde. Sus encías comenzaban a doler de tanto reprimir sus colmillos. No sabía cuánto más podría resistirse.

—Por supuesto que lo es. He sido insultado, aislado, golpeado, escupido y ni hablar de las veces que fui lanzado a un bote de basura; sólo por verme como el maldito cliché de un vampiro, ¿cabello blanco y piel pálida? Vampiro, ¿ojos rojos y menos expresivos? Vampiro, ¿dentadura filosa? ¡Vampiro! Incluso mi increíble atractivo natural fue pisoteado por no creer que alguien tan cool como yo no tenga algo sobrenatural, ¿y resulta que la chica más sosa, infantil y nerd a la que nadie le presta atención es una verdadera vampiresa? El mundo me está jodiendo.

Maka se echó a reír a grandes carcajadas, alejándose del chico apenas, pero sin soltarse totalmente de su cuerpo. Sus manos se unieron tras la firme espalda. Los cabellos blancos de los que se quejaba eran tan sedosos y lisos que era imposible no enredar sus dedos en ellos.

—Enojarte hace que tu sangre se sienta un poco más ácida.

Soul se acomodó entre los brazos de la chica, deslizando sus manos hacia su espalda no sin antes acariciar su cintura, apegándola más a él.

—¿Ya nos vas a morderme sólo por eso? —Le preguntó, buscando su rostro con el suyo para besarla.

—Al contrario, eso me hace querer beber más de ti —murmuró entre los pequeños espacios de los besos—. Hacerte enojar lo vuelve mejor.

—¿Qué clase de masoquista eres?

—Las apariencias engañan Evans, tú lo acabas de decir.

Las palabras murieron cuando las caricias intencionales volvieron. Y los besos se intensificaron en húmedos sin preocuparse que alguien los encontrara.

El departamento de Maka siempre estaba solo, y en ese día incluso mucho más vacío que de costumbre. La única variante que cambiaba el escenario desolado eran las dos maletas extra que descansaban a un lado de la sala.

Maka se cansó del juego en que estaban inmersos. Apartó sus manos del cabello del chico, dándole un pequeño empujón para que él también la soltara, sólo para tomarle de las manos y llevarlo hasta la cama donde lo arrojó, y ella se subió encima empezando a desabrocharle la camisa y los pantalones.

A Soul le sacó una sonrisa la desesperación de la joven, pero no era algo que no supiera que pasaría.

Era parte de la diversión, a veces él tardaba más en iniciar y a veces era ella. En medio se pondrían a discutir, ella lo mordería y bebería de su sangre y luego reanudarían. Cada vez, como si fuera la primera vez, tendrían el mejor sexo del universo.

Que se jodan las restricciones, que se joda la sociedad de mierda que siempre lo ha martirizado por verse diferente, que se jodan los vampiros y sus pendejas leyes de no mezclarse con humanos. Por él podían extinguirse.

Todos salvo Maka.

No, ella debía vivir por toda la eternidad. Y él estaba dispuesto a hacer lo mismo a partir de esa noche.

No había forma de pensar una vida sin haberla conocido y no estaba dispuesto a dejarla ir.

Y es que, ¿quién podría haber adivinado que esto pasaría?

Maka Albarn, la chica más inteligente y menos popular, el típico cliché andante de series de romance y películas (que claramente veía a escondidas para cuidar su imagen), resultó ser un vampiro. La misma criatura que todos aseguraban que él era sólo por verse como uno.

La revelación de los vampiros, así como de hombres lobo, brujas y magos no era cosa de otro mundo. Los humanos habían vivido siempre con ellos, mezclados en la sociedad común. Había incluso familias de híbridos y muchas generaciones con apenas un par de características que mostraban la herencia de un no humano.

Tal como era su caso, tenía toda la apariencia de temibles vampiros, pero su sangre era cien por ciento pura de humano. Ni un ápice extraño o irreal.

Lamentablemente, aunque el mundo veía normal esta mezcla, aún estaba el mundo de los ricos, de la clase alta y que creían tener el universo a sus pies.

Como su familia, gente influyente y poderosa de la música y que dominaban la industria. Y la de Maka, quién estaba en la cima de los clanes de vampiros, apenas segundos después del Clan Shinigami.

Ambos orgullosos de sus raíces y completamente metidos en la idea de conservar el linaje puro.

Por él, todos podían irse al diablo.

Sus bajas calificaciones le llevaron a Maka como su tutora. Oculta como humana, era la mejor de la escuela académicamente hablando. Y aunque estaba renuente a aceptar la ayuda de ella, por la desconfianza y el golpe a su orgullo de necesitar de alguien, terminó aceptando sólo por una pequeña cosa:

Él la vio morder a un tipo en la escuela.

Fue de un descuido suyo. Un arranque de sed que la hizo descuidarse.

En vez de huir o asustarse, Soul cerró la puerta que abrió minutos antes y con una simple frase, sentenció su vida.

—Conviérteme en un vampiro. Así al menos esos idiotas tendrán una razón verdadera para odiarme y yo para romperles las piernas.

Sí, no fue un diálogo muy inteligente que digamos, pero eso fue lo que terminó atrapando a Maka en el juego.

Primero se negó, luego él la siguió y siguió y de alguna forma acabaron enredándose por algunos meses hasta que los sentimientos comenzaron a entrometerse y ser algo más profundos.

Hasta que claro, la familia de Maka la encontró y la obligó a jurar regresar a casa antes de poder definir lo que ambos eran.

Lo que estaba sucediendo ese día y el motivo de las maletas extra en el departamento era la confirmación de sus sentimientos por el otro.

Soul se iría con ella, pero antes debían completar un paso importante. Él no podría seguirla si no era un vampiro. Porque en cuanto cruzara los terrenos de la familia Albarn, podría estar muerto.

Con esos pensamientos en mente, el dolor en su yugular no se sintió como usualmente. Podría deberse al éxtasis de ese día o al hecho de que enseguida, Maka le estaba dando a beber su propia sangre.

Óxido, un sabor amargo que se mezclaba con una sensación lejana a fresas. La sangre de Maka era un asco, aunque probablemente sería la primera y la última vez que lo sentiría así.

No necesitaba ser genio para saber que el sudor y la adrenalina que recorrían su cuerpo no se debía solamente al roce de sus cuerpos desnudos.

—¿Sin arrepentimientos? —La chica murmuró, separándose de su cuello y mirándolo con esos ojos verde que brillaban de una forma tan siniestra.

—¿Contigo? Jamás.

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SoMa en el abecedarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora