K es por Karma

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El karma del que tanto estaba seguro que llegaría tarde, llegó a Soul en una mañana de verano, apenas un par de meses después de la derrota de Ashura en la luna.

—Este es Sora Kousaka —con un elegante ademán de manos, Kid se dirigió al chico taciturno que estaba a su lado—, es hijo de un importante ministro de Japón y, recientemente ha descubierto que es un arma, una guadaña específicamente.

Desde su posición, por el rabillo, Soul pudo ver cómo la cara de Maka se iluminaba. No había muchas guadañas en el mundo, podía contabilizar apenas unas 100 de la totalidad de armas a lo largo de los años. Y Soul era la última de un Shinigami, un hecho histórico aún mayor.

—¿Cuál es el motivo de esta reunión? —Maka preguntó, con la curiosidad usurpando su voz.

Kid sonrió solemne, Soul los observó con desconfianza.

—Sora será tu arma temporalmente.

—Oye, ¿qué significa eso? —replicó de inmediato Soul, saltando a la vista entre Maka y el desconocido—, yo soy su arma.

—¡Soul! Muestra tu respeto a Shinigami-sama —Maka lo reprendió.

Soul gruñó por lo bajo, avergonzado de perder la compostura. Kid podía ser su amigo y gran compañero de batallas, pero ahora, frente a alguien ajeno a su relación, no era nada más ni nada menos que el Dios de la Muerte.

—No pensé que esto generaría problemas —El chico nuevo, Sora, añadió con una voz inusualmente calmada.

—No lo hace —Kid mencionó—. Soul Eater, ya eres una Death Scythe, la última Death Scythe —remarcó en voz seria imponiendo respeto y mando—. Y por si no recuerdas, tenemos reuniones que atender con algunos gobernantes en diferentes países. Shibusen está en paz con las brujas, pero no significa que el resto del mundo comprenda el pacto, es nuestro deber hacerles entender.

—Bien, vale, entiendo eso, ¿qué tiene eso que ver con Maka? ¿Por qué tendría otra arma?

Oh, claro que lo sabía. Nadie más que él podía comprender lo que pasaría.

Maka no podía quedarse quieta, ella era una guerrera que después de la batalla, junto a Black Star y Kid, se convirtió en un símbolo. Un símbolo de coraje, de fuerza, de esperanza.

Ella era una heroína y debía seguir siéndolo.

—Aún sin las brujas, los remanentes de Ashura siguen afectando a cientos de almas que buscan saciar sus miedos con sangre y dolor. Maka es una méister, la mejor de Shibusen y debe seguir luchando para proteger esta paz, pero si tú vas conmigo, ¿cómo podría ella luchar? Sora es una guadaña recién descubierta, no hay nadie mejor que Maka para forjarla.

A regañadientes, Soul comprobó lo que pensaba.

Miró al chico, era de su misma edad, de anchos hombros, cabello negro revuelto que no llegaba a ser un total desastre, era un poco más alto, con una sonrisa tranquila y el ceño desafiante. Su porte elegante denotaba su familia, emanaba un aura de seguridad y confianza. Verlo a él era verse en una burla hacia sí mismo. Situación similar, pero, todo lo contrario, él sí parecía tomarse las cosas enserio.

—Será divertido entrenar contigo —El chico no perdió tiempo, se adelantó unos pasos para estrechar la mano de Maka, la cual correspondió de inmediato.

—¡Va a ser todo un desafío! Es la primera vez que tomaré un arma no experimentada.

Soul volvió a gruñir, incapaz de poder evitar que esta decisión se llevara a cabo.

SoMa en el abecedarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora