C es por Comida

313 37 4
                                    

Las almas de los demonios son la comida de las armas.

No hay manjar más exquisito que un alma recién recolectada, después de una lucha cansada y frustrante. Dando todo de sí, llevando al espíritu al límite, usando todo el ingenio y fuerza para crear una estrategia victoriosa que los haga triunfar.

Comer era la recompensa final de una batalla bien lograda.

Soul siempre se maravilló con comer las almas de los pobres infelices que cayeron en la locura y desesperación, abandonando su humanidad. Podía sentir el miedo, el arrepentimiento, la culpa, la soledad; de algunos incluso la paz, cuando la textura suave pasaba por su garganta y se fundía en su interior, brindándole la energía que incrementaba su valor como arma.

Todas las almas eran exquisitas.

Todas las almas valían.

Todas las almas...

Todas eran tan diferentes a la de ella.

Un alma única, invaluable. Llena de coraje, de valentía, de carácter. De amabilidad, de comprensión, de amor. De maravillas por descubrir, de pesadillas que vencer.

Su alma era tan fuerte y tan volátil.

Esa alma lo era todo.

Y él era el único que podía tomarla.

Nadie más pondría sus manos sobre ella, nadie la llevaría a un lugar lejos del pensamiento humano. Nadie podría anhelarla, ni buscarla. Nadie se atrevería a tocarla.

Sólo él. Únicamente él.

Fue el primero en descubrir su potencial. Fue el primero en hacerse su amigo fiel. Fue el primero en admirar su temple y fuerza, el primero en animarla cuando todo estaba perdido. El primero en verla llorar, en escucharla reír y en recibir los regaños.

El primero en darle su espíritu para vencer, el primero en dar su vida por la suya.

El primero en verla crecer como técnico, y luego, como mujer.

La vio tomar el nombre de maestro y portarlo como un emblema ante todos.

La vio convertirse en la guerrera ideal.

La vio ser novia y la hizo convertirse en esposa aun cuando nunca concretaron la formalidad.

La vio ser madre.

La vio ser todo.

¿Cómo no podría ser el primero en probar su alma también?

Después de esa batalla, de verla caer. De escuchar sus últimas palabras, un último beso. Una promesa de verse en otra vida.

.

Las almas eran comida.

Por lo tanto.

El alma de Maka sería la primera y la última humana que comería.

No más almas.

No más comida.

No más Soul. 

SoMa en el abecedarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora