Capítulo 6: El cambio

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Narra Emma

Me levanté con el sonido de la alarma, gracias a Dios a mi hermano no se le ocurrió hacer lo mismo que el día anterior. Tantié la mesa de noche y la apagué.

Un olor inundó mi nariz, un olor que desconocía, era desodorante mezclado con transpiración. Abrí los ojos y me senté en la cama, me sentía pesada.

Miré a mi alrededor con atención, definitivamente no era mi cuarto, era el cuarto de un chico. La confusión no era palabra suficiente para describir lo que sentía. Había dormido en casa, en mi cuarto.

Me miré a mi misma. Mi cabello, mis pechos. No estaban. Me paré desesperada a verme en el espejo más cercano.

NO, NO, NO, NO, NO, NO ¿DYLAN? Esto no puede estar pasando. Es solo una pesadilla, Emma, me dije a mi misma. Los eventos traumáticos de ayer hicieron esto. Pronto tu hermano te despertará molestándote y todo estará bien.

-¡Hermani…- entró una chica al cuarto gritando y me miró confundida- Oh… ya estás despierto. Que raro.

Raro… eso no es lo raro. Asentí.

-Voy a cambiarme, así que…- dije. Ay, Dios, la voz, que extraño se siente. Hice una seña con las manos para que se vaya y la chica obedeció confundida.

¿Qué mierda estaba pasando?

Agarré lo primero que encontré y me cambié sin ver mucho, lo último que quiero es mirarle algo de piel a este chico.

Agarré la mochila, abrí la puerta del cuarto y me fijé si había alguien por el pasillo. Al no ver a nadie, bajé las escaleras y salí de la casa lo más rápido que pude.

Narra Dylan

Una corneta, ¿en serio Julia? ¿Ahora consiguió una corneta? Me hundí en la sabana y estornudé, ¿y ese perfume?

Abrí los ojos y me levanté de la cama, ¿dónde estoy?

-¿No vas a perseguirme?- escuché la voz de un niño y miré hacia la puerta.

Lo miré un segundo y me di cuenta que frente a mi había un espejo, no podía creer lo que veía. Grité, grité tan fuerte, el niño se fue asustado y, sinceramente, me asusté de mi propio grito, era tan agudo, era Emma Dawson.

Esto era imposible. Julia, despietame ya. Desesperado agarré ropa y tuve que cambiarme sin mirar, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo.

Agarré la mochila y bajé las escaleras para dirigirme a la puerta y salir lo más rápido posible.

-Cariño, ¿qué paso? ¿Por qué gritaste?- escuché la voz de una mujer, venía del ¿comedor? No sé, está casa es gigante.

-Nada, me tengo que ir, bye- contesté rápido y salí de la casa. Esa voz, se siente tan normal para la garganta pero no para mi cabeza.

Corrí a la escuela lo más rápido posible hasta que frené, frené al verme a mi con la misma cara de pánico que seguro la cara de Emma también mostraba.

Cambios (des) afortunados 💫 [Dylan O'Brien y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora