Capítulo 1: Emma Dawson

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Narra Emma

Mi alarma sono 7:00 AM en punto, tantié mi mesa de noche y la apagué. Volví a cerrar los ojos, pero eso no duró mucho, porque segundos después escuché una especie de corneta en mi oído.

Me desperté de golpe más furiosa que nunca mientras mi hermano menor se reía.

-¡Te voy a matar, pequeño demonio!- le grité mientras él corría por su vida y yo lo seguía por toda la casa.

Ambos bajamos las escaleras hasta que nos detuvo nuestra madre con solo estar parada de brazos cruzados.

-¿Que está ocurriendo aquí?- preguntó y Bobby se escondió detrás de ella como si él no hubiera hecho nada y la culpable fuera yo.

-Ella empezó a gritarme y me dijo pequeño demonio- le dijo a mi mamá mientras escondía su cara en el cuerpo de ella como si llorara.

-¿Acaso no escuchaste esa trompeta, corneta... lo que mierda sea que haya sonado en mi oído?- cuestione irónica y más molesta que antes.

-Emma, no digas esas palabras, tu hermano está aquí- me regañó.

-Ay por Dios, como si no supiera, ya tiene 9- contesté irritada.

-Yo no escuché nada- dijo mi mamá ignorando lo que dije- No molestes más a tu hermano- agregó.

Sinceramente no me sorprendía esto, casi siempre era así, él hacía algo, yo me quejaba, él se hacía el inocente y mis padres le creían.

-Y ambos tienes que prepararse para ir a la escuela- aclaro- ¡Hellen!- gritó hacia la cocina.

Nuestra ama de llaves, que ya era parte de nuestra familia, había trabajado con nosotros desde hace mucho, podría decirse que también era mi niñera y la persona que más estuvo conmigo y con Bobby. Mis padres no estaban mucho en casa por el trabajo, solo los veía en la mañana, muy tarde a la noche y los fines de semana.

-¿Sí, Señora Dawson?- preguntó corriendo hacia nosotros.

-¿Ya está el desayuno?- le preguntó mi mamá.

-Si, su esposo ya lo está tomando y ya hice lo que más les gusta a mis pichones- contestó con una sonrisa refiriéndose a nosotros.

Bobby y yo volvimos a subir y cada uno se fue a su habitación, pero no sin antes que mi inmaduro pero inteligente hermanito me sacará la lengua sabiendo que otra vez había logrado salirse con la suya.

Una vez, ya cambiada y maquillada, bajé a desayunar con mis padres y Bobby. Ni bien me senté, Hellen puso mi desayuno favorito frente a mi: waffles con frutillas y un jugo de naranja.

-Bueno, nos vamos- dijo mi mamá y ella y mi papá se levantaron de la mesa.

- Adiós, niños- dijeron- Lleva a Bobby a la escuela- continuó mi mamá y yo asentí sin muchas ganas.

Ambos nos dieron un beso en la frente a Bobby y a mi y se fueron. Esto no era nuevo para nada, aunque si había días que se quedaban más tiempo.

Después de unos minutos, escuché una bocina afuera.

-Vamos, enano- dije mientras me levantaba y comía la última frutilla que quedaba y agarraba mi mochila.

-¡Ay no!- se quejó- ¿Hoy también tenemos que ir con ese rubio tarado al que llamas novio?

Me despedí de Hellen, salí sin responderle y me subí al auto.

-Hola, bebé- me dijo Nate sonriendo.

-Hola, hermoso- le contesté y le di un beso en los labios.

-Si no se separan en este segundo, vas a tardar cuatro meses en sacar vomito del auto- nos interrumpió Bobby cuando se subió en el asiento de atrás.

-Hola, ¿cómo estás, campeón?- lo saludó Nate con la mejor onda. Mi hermano solo lo miro serio- Ok...

💫💫💫

Nate y yo entramos a la escuela mientras el me abrazaba por el hombro.

-Aún no puedo creer que es el último año y ya no falta nada para que acabe- me dijo mientras caminábamos hasta mi casillero.

-Lo sé, y conocerte hace tanto lo hace más raro.

Nate y yo siempre fuimos amigos porque nuestros padres eran amigos. Poco a poco, me fui sintiendo atraída hacia él y al parecer él también. Cuando tuvimos 15 nos volvimos novios, así ha sido ya por dos años.

Sentí que alguien pasó su brazo por alrededor del mio.

-15 días, 16 horas, 53 minutos y 11 segundos para ir al baile de graduación y luego salir de este lugar horrible- dijo Moon emocionada- Nate, Alan te busca- agregó.

-Te veo, en el almuerzo, bebé- me dijo Nate y me dió un pequeño beso antes de irse.

-¿Y como sabías tu qué Alan buscaba a Nate?- me pregunté a mi amiga curiosa.

Llegamos a mi casillero y lo abrí para sacar otras cosas mientras Moon se apoyó en el casillero de a lado de espaldas.

-Porque estoy hablando mucho más con él. Hoy hasta me trajo a la escuela- me respondió- Necesito cita para el baile y él es un bombón y es amigo de tu novio y estoy harta de ser virgen.

Me reí mientras cerraba mi casillero. Una chica rubia la cual, lamentablemente, conocía bastante bien, se acercó a nosotras.

-Moon, estás sobre mi casillero- le dijo Sam algo tímida.

-En serio te encanta molestar- le contestó ella de mala manera y se corrió.

-Hola, Emma- me saludó.

No le contesté y me alejé con Moon de ahí.

-No puedo creer que hayas sido su amiga.

-Yo tampoco- le respondió- ¡Que bueno que te encontré a ti!- agregué sonriendo.

Sam Wilson, dos palabras que siempre me hacían retorser. Esa chica había sido mi amiga, mi mejor amiga hace mucho tiempo. Pero empezó a meterse en la música, dejamos de compartir intereses, y ella no lo entendió.

-Al menos no nos cruzamos a Rachel- comento Moon divertida.

-¿Hablaban de mi?- preguntó una voz detrás de nosotras.

Ambas volteamos y nos quedamos viendo al diablo en persona: Rachel Wabber. Hay muchas veces que le he dicho a mi hermano o quizás a otras personas más "te odio", pero todos sabemos que no lo decimos en serio. Bueno con ella, lo digo en serio, la odio.

-Invocaste a la bruja- le digo a mi amiga.

-Se invocan espíritus, no brujas, tarada- me contestó Rachel- ¿Otra vez hablando con Sam?- me preguntó burlona.

-¿Otra vez siendo una sobra para el mundo?- le respondí con el mismo tono y Moon se rió- Adiós, ridícula.

Moon y yo volvimos a caminar por el lado contrario y nos dirigimos a la primera clase.

💫💫💫

Ya en la hora del almuerzo, me dirijí a la cafetería junto con Moon. Agarramos nuestro almuerzo, yo solo agarré fruta, no me gusta comer mucho frente a ella y Nate.

Estábamos camino a nuestra mesa, ya ahí estaban mi novio y Alan, me puse un poco más de perfume porque sentí que necesitaba mas, hasta que de repente tenía fideos y salsa encima de mi ropa. Alguien se había tropezado conmigo.

Grité lo más alto que pude. Esto era lo pero del mundo.

-¿Estás chicfalfo o que te sucede?- le dije furiosa al chico, no lo conocía, no sabía su nombre, o sea, no era importante. Tenía pelo negro, ojos marrones y me miraba sin saber que decir.

-Lo siento...- empezó a decir.

-Esto es de diseñador- lo interrumpí sacando un poco de comida- Es increíble que la gente como yo tenga que compartir la cafetería con ustedes los nerds.

Me fui de ahí mirando con desprecio al chico ¿Quién se cree que es?

Cambios (des) afortunados 💫 [Dylan O'Brien y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora