Cambios (des) afortunados 💫 [Dylan O'Brien y Tú]

Capítulo 21: El exámen

Narra Emma en el cuerpo de Dylan

Miércoles

-¿Puedo sentarme contigo y tus amigos?- me preguntó Sam poniéndose a mi lado mientras entrábamos a la cafetería.

-Seguro- contesté- Si dicen algo del baile de graduación, ¿te importaría decir que si vas conmigo? Es que realmente quería que vayan solos los dos y no sabía que decir- agregué.

Ella se rió.

-Claro- contestó- Creo que en serio hacen bonita pareja. Que lindo que les estés dando un empujón.

Una vez que agarramos la comida, nos fuimos hasta la mesa. Joey y Meg nos miraron algo sorprendidos.

-Hola, chicos, espero que no les moleste que me una- saludó Sam mientras nos sentábamos.

-Por supuesto que no- contestó Meg- Ya era hora de que aparezca otra chica, los dos me tienen harta- agregó divertida.

-Otra vez te llamó el director Hannigan- comentó Joey- Es por el examen, ¿no?

AY NO, EL MALDITO EXÁMEN.

-Si me dicen que hoy es miércoles, me suicido- dije alterado.

Ninguno contestó, pero sus caras decían todo. Mierda, mierda, Dylan me mata, su familia me mata.

Salí de la cafetería y fui corriendo a la oficina del director. Ni siquiera toqué, entré de golpe.

-Por favor, no- dije agitado y él me miró serio, el director nunca era serio.

-Dylan...- empezó- ¿Pasó algo? ¿Por qué no dis...

-Lo lamento mucho- lo interrumpí, estaba al borde del llanto, en serio la cagué.

-No te tienes que disculpar conmigo- me contestó. Se acercó hacia mi y puso una mano en mi hombro- Sé cuanto te importa, pero tú eres muy responsable y trabajaste mucho por esto, ¿por qué de repente olvidaste la única opor...

-Tiene que haber otro modo- lo interrumpí otra vez.

-Dylan...

-Sé que hay otro modo, haré cualquier cosa, lo juro, por favor.

Miró al piso, suspiró y volvió a mi.

-Hay otro modo- soltó y sonreí.

-¿Cuál?

-Tienes que pagar el doble por tres meses y mantener un promedio de 8- respondió- Si lo haces, tienes la beca.

Definitivamente prefería que me dijera que este era el fin. Dylan no podía pagar eso.

💫💫💫

Estaba acostada en la cama junto a Boy, me sentía horrible. Cuando llegué de la escuela no dije nada, me rompería el corazón ver cómo se decepcionarían de alguien que no lo merecía.

La puerta de la habitación se abrió y aparecieron Joey y Meg.

-Julia nos llamó- dijo Joey- ¿Qué pasa?

-Perdí el examen, chicos- solté rápido.

Ambos se miraron entre sí y después se sentaron en la cama.

-Tranquilo, Dylan- intentó tranquilizarme Meg- Eres humano, ok, quizás...

-¡Megan!- exclamé mientras me sentaba en la cama- Esto iba a sacarme de un gran lío- Lo crean o no, pensaba que está era la segunda solución al cambio de cuerpo- Decepcioné a todo el mundo, me decepcioné a mi.

-Entendemos que se ve muy mal- dijo Joey.

-¿Verse?- pregunté irónica- Esto es horrible, Joey.

-Dylan, eres un chico inteligentísimo- empezó Meg- Sé que querías ir a Princeton, pero todo pasa por algo, hay mil universidad que te querrían y te darían la beca sin dar vueltas.

-Es más- siguió Joey- quizás puedas ir a una universidad ahora y cambiar a Princetone el año que viene con una beca también.

Tenían razón, claro que la tenían. La cosa es que Dylan me va a gritar y me va a odiar por el resto de sus días por arruinarle esto, no va a querer escuchar opciones de mi.

-Recibes lo que das, Dylan- dijo Joey- Y tu das mu...

-Espera- interrumpió Megan- No creo que sea así. Cada uno da lo que quiere dar y se que tú diste mucho, eso es suficiente para estar orgulloso.

Narra Dylan en el cuerpo de Emma

Si, compré un vestido, uno que cuando lo ví no dudé en probarlo y me di cuenta que a Emma le quedaba hermoso. Si, Moon también compró uno después de probarse seis y dos crisis existenciales.

Desearía que esa haya sido mi queja, estar esperando a que Moon se decida, pero no.

Problema número uno: Bobby no podía ayudarnos, no había forma de hacerlo. Él realmente creía que lo nuestro era magia y no ciencia.

Problema número dos: El día anterior, Nate vino a casa de sorprensa y quería ser íntimo con Emma. No podía hacer eso, así que intenté pararlo de la mejor manera posible, pero él se enojó, se fue y en todo el día ni siquiera cruzó mirada conmigo.

Problema número tres:

Escuché que tocaron la puerta de la habitación de Emma y fui a abrirla.

Nate apareció mirándome serio.

-Tenemos que hablar, Emma.