Capítulo 17

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—Gyuri... ¡Jang Gyuri! —Chaewon la sacudió por el hombro.

Por fin la pequeña dejó de mirar al vacío. Últimamente actuaba muy extraña.

—¿S... sí? —balbuceó un poco nerviosa por todas las miradas de las chicas en ella.

Estaban frente al casillero de Sakura, esperando que la chica japonesa recogiera sus cosas. Yuri había notado la extraña actitud de Gyuri y las dos chicas habían intentado llamar la atención de las más bajita.

—¿Estás bien? —Yuri alzó una ceja.

Gyuri se sonrojó un poco mientras sacudía una mano, para restarle importancia.

—Yo estoy bien, muy bien —después observó a los lados, sonriendo nerviosa.

Yuri y Chaewon se miraron. No podía ser, ¿verdad?

—¡Listo, vamos a clases, Gyuri! —Sakura cerró su casillero antes de tomar a la bajita y salir corriendo hacia la clase—. ¡Las veo después, chicas!

Las otra dos se despidieron. Gyuri se había comportado muy extraña. Estuvieron unos segundos en silencio, meditándolo.

—¿Crees que...?

—Espero que no —Chaewon negó con la cabeza, aún mirando por donde se habían ido sus dos amigas—. Esto es complicado.

Yuri estuvo de acuerdo. Después miró la hora y se alarmó.

—¡Hay que ir a clase de arte! Voy a buscar mis cosas, te veo en el salón —se despidió de la pelirroja, saliendo en dirección a su casillero.

La pelirroja pensó que era mejor ir de una vez al salón de arte. Fue una de las primeras en
llegar, habían unos tres chicos que no conocía (no eran tan relevantes) y Minju y la pelimorada alta. ¿Tengo tan mala suerte? Al parecer así era. Pero secretamente estaba ansiosa por ver a la castaña. Las dos se miraron pero, como siempre, Minju apartó la cara y Chaewon terminó frustrada.

Fue hasta su lugar, uno de los caballetes del fondo al
lado del de Yuri. Solo esperaba que hoy su amiga no quisiera hacer otro dibujo del kínder, sino ella volvería a estallar en risas y tal vez esta vez sí la suspenderán.

—¡Kim Chaewon! —llamó el profesor. Todos voltearon a ver a Chaewon.

La pelirroja se quedó quieta antes de voltear atrás y después volver al frente y señalarse.

—¿Yo? —sonrío, inocentemente.

El profesor rodó y le hizo señas impacientes para que se apurara. Chaewon vio que todos la veían, excepto una muy supuesta distraída Minju que prefería mezclar la pintura en su paleta antes que verla. Claro, Kim Minju se hacía del rogar; entonces Chaewon no caería en su sucio truco.

—¿Diga? —preguntó nada más llegar frente al escritorio.

El señor acomodó sus lentes sobre el puente de la nariz, mirándola. Después alzó
una bolsa de plástico, entregándola a la chica de ojos miel.

—Los rollos nuevos, para la cámara —le recordó, ya que la pelirroja había pedido el favor de comprar unos nuevos.

Chaewon tomó la bolsa de plástico.

—Gracias, jefe —sonrío pero se detuvo de volver a su puesto cuando el profesor la llamó—. ¿Qué?

—¿Cómo vas con todo el asunto de la fotografía?

—¿Bien? —la pelirroja río un poco, pero al ver el rostro serio del señor se detuvo.

—¿Ya has encontrado a tu inspiración? —levantó una ceja. Chaewon no parecía entender—. Ya sabes, tu musa.

Rivales - 2KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora