Capítulo 35 (2/2)

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—¿Tan mal fue? —Yuri escuchaba a su amiga, sentadas en un banco del patio del instituto.

Chaewon reposaba la cabeza sobre el regazo de Yuri mientras esta la consolaba. Anoche le había telefoneado apenas Minju se hubiera marchado, contándole todo lo sucedido. Volvió a llorar de la frustración y la pelinegro concordó con ella. Duraron casi una hora insultando a Jiyun, planeando los miles de escenarios en donde podrían secuestrarlo y enviarlo a China, sin devolución. Para eso eran las mejores amigas, Yuri siempre lograba subirle los ánimos con sus tonterías. Esta mañana fue a buscarla a su casa y ahora aquí se encontraban, más temprano de lo estrictamente debido para charlar a solas.

—Fue una mierda. Espero que no vuelva aparecerse hoy —cerró los ojos, sentía la falta de sueño por no haber pegado ojo en toda la noche.

—Sí, seguramente lo ahuyentaste, Chae —la pelinegro agitó la mano, apretándole la nariz a la pelirroja y riendo al verla molesta—. Ya, ¿Te gustaría hablar sobre lo que sucedió con Minju? —preguntó, vacilante.

Chaewon se tensó, sintiéndose nerviosa por ese tema.

—¿Qué sucedió con ella? —se incorporó, sentándose junto a su amiga y mirando al frente.

Yuri frunció el ceño.

—Ah, pues, que te ha dicho que te ama y no le has respondido —le soltó en cara.

—Pero ¿qué iba a responderle yo? —preguntó, con las manos en la cabeza, se molestó al ver a Yuri resoplar—. Vale, ¿tenías alguna idea?

La pelinegro volvió a suspirar, cruzándose de brazos por lo terca que era su mejor amiga.

—No sé, algo tal vez como: «Yo también te amo, Minju. Incluso tengo muchas fotos tuyas que tomé mientras te espiaba, por cierto» —imitó la voz de la pelirroja, incluso echándose el cabello hacia un lado como Chaewon acostumbraba a hacer.

—No pienso decirle eso, es tan cursi —rodó los ojos, sin siquiera negar lo de las fotos.

—¿Y por qué no? Es lo que no entiendo, Chaewon —preguntó Yuri, confundida.

La pelirroja se restregó el rostro con la mano, negando con la cabeza y no encontrando cómo explicarle sus razones a la pelinegro.

—Simplemente no puedo, Jjoyul. Tengo... es un miedo irracional, pero no puedo —se levantó, alisando su falda—.¿Hiciste el resumen de historia? —esperaba que su amiga cambiara de tema.

—Ese truco de desviar la conversación no te queda bien, Chae —imitó las acciones de su amiga, mirando el reloj de su muñeca para comprobar la hora—. Vaya, el tiempo pasa volando. Faltan quince para iniciar la primera hora.

—¿Vamos entrando? —señaló el edificio. Deseaba hablar con Minju.

Era absurdo, no tendría idea alguna de qué decirle cuando la viera, pero le era una necesidad hablar con la pelirosa. Preguntarle cómo durmió, si se sentía bien o si desayunó esa mañana.

Definitivamente, no me reconozco. ¿Qué me has hecho, Minguri? Sacudió la cabeza con resignación.

—Vale.

Las primeras clases fueron el triple de aburridas, como de costumbre. Pero la cabeza de Chaewon estaba entretenida pensando sobre su padre ¿Él vendría hoy? ¿Estaría esperándola al salir del instituto?  No quería verlo, pero otra parte de ella deseaba enfrentarlo. Seguramente era su instinto asesino, el que pedía que fuera a hacerle pelea a Jiyun y le cobrara todas sus fichas. También pensaba en su madre; ayer no lograron hablar, Chaewon le evitó por todos los medios y esta mañana se escabulló rápidamente por la puerta principal, sin siquiera despedirse.

Rivales - 2KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora