Tan fácil...

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- Vamos Aileen, es muy fácil...

-No voy a hacerlo

- ¿Por qué no?... Estás sola,... nadie te necesita,... sólo sientes dolor y los cortes ya no te sirven de nada...
- Cállate.

- Aileen... es muy sencillo... Sólo tienes que abrir la ventana y...

- ¡Qué te calles!

La voz de Aileen resonó por todo el piso mientras se levantaba de golpe del suelo. Volvía a estar encerrada en su habitación con lágrimas en los ojos, la cuchilla en la mano y más cortes en las muñecas. Su respiración agitada le hizo tragar saliva.

Impulsivamente miró a la ventana de su habitación. Tenía razón, era tan fácil, tan fácil... No, ¿pero qué estaba pensando? ¿Qué le estaba pasando? ¿A caso se había vuelto loca? Es muy sencillo Aileen... La voz en su cabeza no la dejaba en paz.

Se acercó despacio a la ventana, la sangre escapándose por sus cortes y las lágrimas por sus ojos.

Quiso abrir la ventana y saltar, pensando en todos los malos momentos que había pasado todos aquellos meses. Todos esos días dejando de comer, todos esos días llorando a escondidas, todos esos cortes... ¿cuantos eran? No lo sabía, pero no eran pocos, la delataban sus cicatrices. Quiso tirarse por Kayla, que se había ido, por las continuas discusiones de sus padres, por la presión que sentía en el pecho cada vez que pisaba el instituto o que veía un plato de comida...

Abrió el primer cristal de la ventana, era tan fácil...

- Vives en un sexto Aileen, lo más difícil sería que sobrevivieras...

- Cállate, no pienso tirarme.

- ¿Entonces por qué abres la ventana? No puedes reprimir más este dolor... No puedes... No podemos...

Abrió el segundo cristal de la ventana. El viento en la cara secándole las lágrimas la recibió, haciendo que notara un gran vacío delante suya...

- Vamos Aileen... Tu puedes... Vamos... Tírate... Sólo tienes que saltar...
- Yo... Yo... yo...

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