Tenemos que hablar

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Entró en el piso cerrando la puerta a su espalda. Cada día llegaba más tarde del trabajo, esto no podía ser.

Dejó las cosas en la entrada y fue a la habitación a cambiarse y sacarse los tacones. Pasó por delante de la habitación de Aileen, que ya estaba durmiendo. "Buenas noches, mi niña" susurró, más para si misma que para que la escuchara.

Se descalzó, se puso el pijama, su bata por encima y fue al salón, donde Manuel estaba cenando mientras veía la televisión.

- Debería coger algo para cenar, no puede ser sano dormir tan poco y comer otro tanto...

- Sí, cogeré algo.

Se levantó y fue a la cocina. Tenía que preguntárselo. Sus sospechas no eran seguras, pero sabía que no estaba loca, le pasaba algo...

Abrió la nevera y miró el panorama. Finalmente decidió coger un yogur de macedonia y cerró la nevera. Abrió un cajón, cogió una cuchara y lo cerró. Antes de ir al salón se apoyó en la encimera de la cocina.
Tengo que decírselo... No puedo pasar más tiempo así... Tengo que contárselo... Y tiene que ser hoy.

Finalmente reunió todo el valor que le quedaba y fue hacia el salón. Se sentó en el sofá al lado de su marido, que seguía viendo la televisión, aunque ya había terminado de cenar.

Abrió el yogur y tomó una cucharada. Tenía el estomago revuelto de los nervios y realmente no tenía hambre.

- Manuel... - Lo dijo tan débilmente que con el ruido de la televisión no pudo oírla - Manuel...

- ¿Si? - Le contestó mirándola a los ojos y prestando toda su atención en ella. Mary desvío la mirada bajando la cabeza y se centró en su yogur. Unos minutos después dijo mirándolo.

- Tenemos que hablar

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