Capítulo 33

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Siyeon abrió la puerta de la habitación en la que estaba su madre. La mujer solo miraba a través de la ventana del cuarto.

-Hola mamá-la saludó la pelinegra mientras tomaba asiento en una de las sillas de la habitación-¿Cómo te sientes?

-Bien...Supongo-comentó aún sin mirar a la menor-¿Cómo te sientes tú? Me dijeron que fuiste tú quien me dio su sangre

-Estoy bien, luego de comer un poco y dormir recuperé mis energías-sonrió. Hyori finalmente la miró-¿Sucede algo?

-No...Solo me siento como una carga para ti y tus hermanas-murmuró mientras bajaba la mirada

-Mamá...-Siyeon tomó una de sus manos-ya te he dicho que no eres ninguna carga para mí, y Dami y Gahyeon piensan lo mismo que yo. Estoy segura de ello

Hyori miró la mano de su hija agarrando la suya y solo suspiró.

-Mejor hablemos de otra cosa, ¿Si?-Siyeon iba a replicar pero la mayor no la dejó-¿Dónde está Bora? Pensé que estaría aquí contigo

Siyeon desvió su cabeza un costado y miró a un punto muerto en la habitación.

-¿Sucedió algo entre ustedes?-preguntó la mujer dando un apretón en la mano de su hija

-Ayer cuando salía de la universidad ocurrió un malentendido con Aisha y Bora no me quiso creer hasta que Aisha se lo dijo cuando vinimos aquí-explicó sin ver a su madre-cuando terminaron de sacarme la sangre para tu transfusión ella llegó luego de que la enfermera se fuera y se disculpó...Me dijo que se había dejado llevar por la rabia y los celos y que por ello terminó comparándome con su ex novio-apretó su mandíbula

-Eso te ofendió por lo que veo-mencionó la mujer

-Como no tienes idea-le dio la razón-él jamás la valoró mamá, incluso se atrevió a engañarla-frunció el ceño-y apesar de ello terminó comparándome con él-rió sin gracia-...Luego me comentó que la relación con él le había dejado muchas inseguridades y tenía miedo a que volviera a ocurrirle conmigo, ¡Yo en ningún momento le di motivos para que pensara eso de mi!

Hyori acarició el dorso de la mano de su hija para que se calmara. Siyeon suspiró y cerró unos segundos sus ojos para abrirlos otro vez.

-Lo último que le dije fue que si quería solucionar eso debía acudir a algún profesional y que sólo ella podría solucionar esas inseguridades...¡Auch!-Siyeon retiró la mano apenas sintió el pellizco de su madre-¿Y eso porque fue?

-Por actuar como una tonta-le dijo la mayor encogiéndose de hombros

-¿A qué te refieres?-preguntó sin dejar de sobar la zona pellizcada

-Yo siempre te dejé algo en claro Siyeon: en una relación debe haber tanto comunicación y confianza como apoyo y comprensión-Siyeon iba a hablar pero la mujer le hizo una seña con la mano para que la dejara continuar-tanto Bora como tú estuvieron mal. Ella por no dejar que le explicaras y tu por no apoyarla ni comprenderla

-¡Claro que la comprendo! Por algo le dije lo de que acudiera a un profesional...¡Oye!-se hizo para atrás apenas su madre amenazó con pellizcarla de nuevo-¡Deja esas manos quietas mujer!

-Entonces déjame hablar-la mujer suspiró-como te decía; es cierto que Bora tiene un problema con sus inseguridades y necesita ayuda de un profesional. Pero tú, como su novia, debes apoyarla en ese proceso porque no es fácil Siyeon. Y mucho menos sola y sin la ayuda de la persona que dice amarla. Así que quiero que en este momento, te levantes, salgas de aquí y vayas donde ella a disculparte y darle todo tu apoyo-acercó una de sus manos al rostro de su hija-ya te lo dije una vez, pero creo que debo recordártelo: Esa chica te merece a ti, como tú la mereces a ella. No dejes que un malentendido y los malos sentimientos del momento lo arruinen

A mis piesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora