Capítulo 37

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Golpeó el volante de su auto con fuerza y repetidas veces mientras la frustración y la rabia lo invadían.

Tan cerca. Estuvo tan malditamente cerca de acabar con la vida de esa infeliz. Sino hubiera sido por aquella chica tras ella, Lee Siyeon ya no estaría respirando.

-¡Maldita sea!-maldijo dándole un último golpe al volante-Lee Siyeon es una maldita piedra en el zapato...Y me la pienso quitar como sea

Apoyó sus antebrazos sobre el volante del auto y apoyo su frente sobre ellos mirando hacia el suelo. Cerró sus ojos por unos instantes y suspiró para calmarse.

-Vamos Ravn-se animó-esa maldita pelinegra no es nada al lado tuyo. Solo es una mosca muerta

Se apoyó contra el espaldar de la silla del piloto y se quedó mirando un punto fijo a través del parabrisas.

Sacudió su cabeza, tomó la llave del auto y la giró para encenderlo para conducir hasta su casa y dormir un rato para pensar cual sería su paso a seguir.

Pero justo en ese momento su teléfono comenzó a sonar indicándole una llamada entrante. Soltó el volante y lo sacó de su pantalón antes de empezar a conducir.

-¿Bueno?-puso el aparato en su oreja-...Oh, eres tú...Iba para mi casa-rodó los ojos ante lo dicho por la otra persona en la línea-deja de andarte con acertijos y dime de una vez lo que quieras decirme...-levantó sus cejas sorprendido-¿En serio? ¿Todo lo que te pedí?... Perfecto, entonces...-miró la hora en el reloj de su muñeca-en 3 horas nos vemos allí, primero debo conseguir lo que necesito...-pasó su lengua por su labio superior mientras sonreía con malicia-no te preocupes por eso...Dudo que salga viva de esta

Con una mano tomó el volante y salió del lugar en el que había estacionado para conducir hacia otro destino que no era su casa.

-Nos vemos allí... Adiós-colgó sin desviar la mirada de la carretera y lanzó el celular al asiento del copiloto. Aquella sonrisa de malicia no se quitaba de su rostro-vamos a ver como te salvas de esta Lee

La pelinegra suspiró frustrada y estampó el lápiz que tenía en su mano contra la mesa de su escritorio

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La pelinegra suspiró frustrada y estampó el lápiz que tenía en su mano contra la mesa de su escritorio. Tomó su cabeza y la agachó mientras cerraba sus ojos tratando de no gritar de frustración.

Llevaba más de 5 horas tratando de escribir la canción para su maldito trabajo final de la clase de canto. Desde que estaba en su trabajo trataba de pensar en algo, pero nada se le ocurría. Luego de que casi la atropellaran luego de salir de su trabajo y que Aisha la salvara, tampoco es que se le ocurriera nada, estaba más concentrada en el susto que le había dado que en pensar en su trabajo final. Y cuando estuvo en su casa luego de cenar con sus dos hermanas  y fue hacia su habitación para tratar de componer algo, y lo único que logró fueron unas cuantas palabras al azar.

'Corazón roto...Cierra tus ojos...Paraíso...' aquellas tres frases se repetían una y otra vez en su cabeza. Aún así, no lograba unirlas entre si aún

A mis piesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora