Capítulo 32

315 50 18
                                    

-Bora-la castaña dejó de mirar a Siyeon desde el lugar en que estaba y volteó a mirar a quien la llamaba

-¿Qué es lo que quieres? ¿No es suficiente con lo que hiciste hace unas horas?-no podía evitar comportarse tosca con aquella chica

-No vengo a hacer un escándalo-levantó sus manos-quiero hablar contigo y aclarar todo lo que causé

Bora la miraba con desconfianza. Dio una mirada rápida a Siyeon que miraba al suelo mientras Dami acariciaba su espalda y Gahyeon recostaba su cabeza en su hombro y la devolvió a Aisha. Suspiró y cerró sus ojos un momento.

-Bien, vamos a fuera para hablar-le indicó. La más alta asintió y la siguió

Ambas caminaban en un silencio incómodo. Aisha solo jugueteaba con sus dedos mientras miraba a cualquier lugar mientras que Bora se mantenía seria y con los brazos cruzados.

Apenas estuvieron fuera, pararon de caminar y Bora se posicionó frente a la menor.

-Bien, ya estamos aquí-dijo sin dejar su semblante de seriedad-¿Qué piensas decirme?

-Primero quiero disculparme contigo ya que fui yo quien besó a Siyeon Unnie por impulso-Aisha hizo una reverencia en modo de disculpa-y también porque no debí hacerlo sabiendo que ambas están en una relación

-¿Eso es todo?-la castaña se mostraba escéptica ante sus palabras

-Tal vez no me creas y es entendible-razonó la más alta-pero si no lo hace por mi, hágalo por Siyeon Unnie. Ella en este momento tiene una gran conmoción por tantas emociones juntas y lo menos que puede hacer es apoyarla y dejar de lado por el momento este problema que yo causé-hizo de nuevo una reverencia-De nuevo, me disculpo y para no incomodar a ninguna de las dos, me retiro

Aisha pasó aún lado de la más baja y caminó alejándose del hospital.

Bora por su parte se quedó pensando en las palabras de la menor. Sabía que Siyeon en este momento no estaba para nada más que estar pendiente de su madre y que no podía incordiarle con algo que perfectamente pasa segundo plano.

Se siente mal por haber dudado de su novia y sabe que el haberla comparado con Ravn fue un golpe bajo para ella. Debía disculparse con ella y hablar las cosas mucho más calmadas.

Así que decidió entrar de nuevo al hospital y se encaminó hacia el lugar donde estaba antes. Apenas llegó solo vio a las dos hermanas menores de Siyeon.

-¿Dónde está Siyeon?-preguntó buscándola con la mirada

-El doctor vino unos minutos después de que tú salieras con Aisha y nos dijo que lo mejor que podían hacer por mamá para que despierte era hacerle una transfusión de sangre-explicó la menor de las tres-así que Unnie se ofreció a hacerla y fue con una enfermera para que le ayudara

-¿Será que puedo verla? Puede que necesite ayuda-dijo la mayor

-Tal vez, puedes preguntarle a la enfermera de allí-señaló Dami

-Creo que ya es suficiente-la enfermera tomó le catéter que tenía la pelinegra en su vena y puso un algodón para estancar la sangre-le llevaré esto al doctor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Creo que ya es suficiente-la enfermera tomó le catéter que tenía la pelinegra en su vena y puso un algodón para estancar la sangre-le llevaré esto al doctor. Trata de no moverte ni mirar hacia abajo y come un poco de las galletas que te traje-señaló el paquete sobre la mesa a un costado-yo iré a ver quién puede venir contigo para poder ayudarte

Siyeon solo asintió mientras cerraba sus ojos al sentir un leve mareo por el litro de sangre que le habían sacado. Sabía que debía comer algo para recuperar sus fuerzas, pero por ahora solo quería descansar.

Volvió a abrir sus ojos apenas sintió una nueva presencia frente a ella. Los volvió a cerrar luego de comprobar quien era.

-¿Ya comprobaste que todo era un malentendido?-le preguntó con su voz levemente ronca

Bora suspiró y cerró sus ojos un momento para abrirlos de nuevo.

-Si, Aisha se disculpó antes de irse-mordió su labio inferior-....Lo siento

-Tuviste que escucharla a ella para poder creerme-Siyeon abrió sus ojos y la miró. Los párpados aún le pesaban por el cansancio-vaya confianza que me tienes ¿No?

Bora tomó una de las sillas que había allí y se sentó frente a Siyeon para tomar su mano entre las suyas.

-De verdad lo lamento, ¿Bien?-acarició la mano de la menor-me deje llevar por los celos y la rabia, y sé que debí escucharte...

Siyeon miraba las manos de Bora acariciar las suyas. Suspiró y cerró sus ojos mientras fruncía el ceño un poco. De nuevo sentía un nuevo mareo.

-¿Sabes?-tomó un respiro profundo-lo que más me duele no es precisamente que no me hayas creído-Bora miraba atentamente a Siyeon-...Lo que más me dolió y me sigue doliendo es que se te haya ocurrido compararme con Ravn

Bora mordió su labio inferior de nuevo. Sintiéndose culpable por haber dejado que la rabia hablara por ella.

-Sé que él se encargó de dañar tu confianza-tragó saliva apenas sintió como su garganta se secaba-y entiendo que te cueste recuperarla, pero lo que no entiendo es que necesidad había de compararme cuando yo solo he tratado de ayudarte con eso...De verdad que no lo entiendo Bora

-Siyeon, escucha: sé que lo que dije no tiene justificación, me deje llevar por el enojo y mis inseguridades y terminé por decirte eso-la castaña no sabía como sentirse en ese momento-pero te juro que jamás he llegado a compararte con él...

-Hasta hoy-la interrumpió-mira Bora, si realmente quieres avanzar y dejar todo lo de Ravn atrás, lo mejor que puedes hacer es buscar la ayuda de un profesional y que te ayude con tus inseguridades-Bora sentía como las lágrimas se acumulaban en sus ojos ante cada palabra de la pelinegra-pero, como debes saber, la única que puede solucionarlo eres tú

La castaña dio un suspiro tembloroso pero asintió. Estaba decidida a hacer lo posible para evitar que sus inseguridades la afectaran tanto a ella como a Siyeon. No quería perderla por culpa de algo como sus inseguridades.

-Bien, está bien...Tienes razón-limpió algunas lágrimas rebeldes que habían bajado por sus mejillas-por ahora...Solo déjame quedarme contigo hasta que estés bien

Siyeon solo asintió mientras cerraba sus ojos nuevamente.

A mis piesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora