Descubrimiento

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- Shhhh, rubio cálmate. - susurro la morena en tanto metía su mano en el interior de su bóxer, provocando que a el se le escapara un gemido ronco. Diana se acerco a su oído y le dijo con voz excitada - Acordate que no sos el único el que puede jugar este juego...No te das una idea de lo mojada que estoy de solo imaginarme que estés dentro mío, invadiéndome rápidamente mientras me tocas...

- Por favor, para...- rogo el castaño, sabiendo que su mejor amigo podría entrar en cualquier momento al baño. La joven lo ignoro, acelerando sus caricias y causando que el ex rubio moviera su pelvis contra su mano sin poder evitarlo, maldiciendo el haber hecho aquella osadía en el trabajo.

Se había olvidado que la morena sabia jugar aquel juego mejor que el.

- Shhh, será mejor que no gruñas tanto...o nos descubrirán...- le aconsejo diana en un susurro mientras colaba una mano debajo de su remera y le pellizcaba una tetilla haciendo que el cuerpo del muchacho se estremeciera en respuesta y siseara. La chica sonrió triunfante al ver el efecto que tenían sus manos en el. Luego comenzó a besar su cuello sin dejar de mover su mano dentro del bóxer, provocando que fede soltara gemidos roncos.

- Recuerda que no estamos solos, cariño. - le recordó ella, soltando una risita.

- Alemán, ¿Estas ahí? Hace un rato que entraste y aun no has salido. - observo tute y el joven gruño para sus adentros, intentando pensar coherentemente para darle una respuesta, sin lograrlo. Pues las caricias que su novia le estaba prodigando a su miembro se sentían jodidamente placentero, causando que fuera imposible hilar algún tipo de pensamiento coherente que no fuera tomarla allí mismo y dejarse de tanto jueguito. No obstante, luego de varios intentos, lo medio logro musitando con una voz rara - No me siento muy bien, tute...Me duele la cabeza y....

El hombre entreabrió la boca en un grito silencioso cuando diana volvió a tocar una de sus tetillas con una sonrisa libidinosa, provocando que fede se pusiera aun mas duro.

Definitivamente, la chiquilla si que jugaba mejor que  el.

- ¿Paso algo, alemán? - pregunto su amigo preocupado detrás de la puerta.

- No, estoy bien. - musito con una voz un poco mas grave de lo normal y añadió - Una vez que me sienta mejor, bajare.

- Ok...¿Estas seguro que no querés que entre? Puedo llamar a dian.. - propuso su mejor amigo. 

A lo cual, el ex rubio no supo que contestar y diana intervino diciendo con voz clara - Estoy con el, mati. Es que la ha caído mal algo, aunque no se que. En cuanto se sienta mejor, bajaremos.

- Esta bien. Cualquier cosa, llámame. - contesto el abogado y escucho sus pasos alejarse.

La morena, sin dejar de detener sus caricias, le susurro - Así se hace, rubio...

El castaño, harto de sus juegos, la agarro por los hombros y la presiono contra la pared mientras susurraba - A este juego pueden jugar dos, cariño.

Los ojos oscurecidos del joven la hipnotizaron y el se adueño de su boca, introduciendo su lengua y reclamando lo que era suyo. La morena le correspondió con furia y deslizo sus manos por sus espalda, arañando todo a su paso. El castaño agarro sus nalgas con anhelo y refregó su falo en su entrada en un intento por aliviar su necesidad por ella. La ojinegra largo un sonoro gemido que el castaño acallo con sus labios y comenzó a moverse en circulos, rozando sus intimidades de manera sensual. La chica jadeo ante la ola de placer que la atravesó, se separo un momento de su boca y susurro - Haceme tuya...

Sin mas preámbulos, el muchacho la desnudo de la cintura abajo en tanto ella hacia lo mismo con el. Luego la alzo y ella le rodeo la cintura con sus largas piernas y el la penetro, gruñendo al sentirla estrecha y húmeda por el. Comenzó a moverse de manera brusca, dejando fluir sus deseos de manera salvaje al fin. La morena le mordió el cuello a la vez que acompasaba sus movimientos cada vez mas rápido y sintiendo los latidos de su corazón pesados.

Si no fuera FlorenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora