- Te dije que se hacia así, rubio. - le regaño la pelinegra con una mueca divertida, causando que fritzenwalden alzara una ceja e hiciera una mueca con su boca.
Gesto que desconcentro momentáneamente a la periodista. Molesta consigo misma, negó con la cabeza y le indico con voz segura - Ahora intenta reducirme, fede. Porque créeme que, cuando te digo que voy a patearte el culo, lo hare de verdad.
- Veamos quien termina con la cola en el suelo. - le susurro el con voz grave, mirándola con el desafío impreso en sus ojos y agrego - O entre mis piernas, como prefieras...
- Seguí soñando, rubito. - se burlo la muchacha, no sin antes sentir una tibieza entre las piernas ante la idea de estar sometida por su novio. Y mas de esa forma...
"¡Basta, diana! O lo único que obtendrás será una derrota, seguida de una buena cog... Arggghhh, maldito tieso sexy." maldijo la ojinegra en sus pensamientos.
Acto seguido, lo ataco con una maniobra complicada que, para su sorpresa, el castaño esquivo con facilidad para luego tirarla al suelo seguido de un golpe seco.
Pero lo que el ojimiel no esperaba fuera que la morena lo tirara al suelo también con sus piernas, causando que cayera a su lado estrepitosamente. Diana soltó una risotada y repuso con voz burlona - ¿Ves, mi pequeño saltamontes? Aun te falta mucho para superarme...
Fritzenwalden soltó una sonrisa de lado y replico - Veo que tenes razón: aun me falta bastante. Sin embargo, tengo un superpoder...
- ¿Y que es? ¿Levitar en el aire? - le pregunto la morena con sarcasmo y rio diciendo - ¡JUA! Eso lo tengo que ver...
- No es eso. - puntualizo fede y la encadeno con su mirada a la vez que se acercaba y le decía con voz grave - Tengo la habilidad de perderme en ti de una manera que hasta a mi me asusta y, a la vez, me fascina...- musito, al tiempo que deslizaba uno de sus dedos por el vientre expuesto de la chica, provocando que esta misma se le acelerara la respiración y jadeara - Rubio, el...entrenamiento...no es momento para distraerse...no sabemos que podría pasar con Agustín y mi padre...
- Al demonio el entrenamiento y lo demás. - susurro mientras contemplaba la blancura de su piel y manera en la cual la joven se estremecía ante sus caricias, que iban ascendiendo traviesas a sus pechos. Divertido, añadió - He encontrado la distracción perfecta para que te relajes...
- Serás mi perdición. - gimió diana mientras agarraba el rostro del fede entre sus manos y estampaba sus labios contra los suyos.
El alemán le devolvió el beso, en tanto una de sus manos sostenía una de las piernas de la muchacha, rodeándole la cintura con esta y se perdía por la espalda de diana.
La joven suspiro de placer cuando lo sintió en todo su esplendor, colando sus manos por su espalda en respuesta, explorando sus depresiones y clavando sus uñas. En tanto, fede deslizo sus labios por la clavícula de su chica, besando y succionando cada parte de su piel expuesta, causando que la morena gimiera quedamente entre sus brazos. De inmediato, el ojimiel la insto a pararse y la alzo mientras que ella se encadeno a sus caderas, enredando sus dedos en su cabello castaño. Luego el chico comenzó a andar a ciegas, pues no era nada fácil pensar coherentemente teniendo a la morena succionando su cuello, chocando contra la puerta de atrás, que atino a abrirla y a colocar a la ojinegra en la encimera de la cocina, quien alcanzo a levantar los brazos, facilitándole la tarea de sacarle aquella pequeña prenda, dejando sus pechos a merced del ex rubio.
- Hermosa forma manera de distraerme - le susurro diana, gozando de las atenciones que le dedicaba el joven a sus pechos, saboreando uno de sus pezones con la punta de su lengua en tanto usaba su mano para atender el otro, enredándolo entre sus dedos.
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Si no fuera Florencia
FanfictionDios ha decidido darle una nueva chance a Federico de ser feliz. No obstante, lo tendrá que hacer por sus propios medios y dejando atrás un pasado que lo ha estado persiguiendo hasta ahora. ¿Lograra ser feliz?