Problemas (Parte Dos)

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- No hay ninguna ninguna novedad aun, ¿No? - adivino matu al observar la expresión de sus dos amigos.

- Si, los peritos aun no han encontrado nada nuevo. - le confirmo maia con desanimo, tendiéndole la mano a matu con la intención de ayudarlo.

- Gracias. - le agradeció el abogado y le tendió una de sus mochilas. La joven la agarro y se dirigieron rumbo al estacionamiento.

- ¿Cómo conseguiste un vuelo tan rápido? - le interrogo facha con sorpresa.

- Digamos que un abogado siempre tiene sus recursos. - le contesto matu con tono serio y añadió - Mentira, tenia alguna millas de mas y las aproveche para conseguir el pasaje. Cambiando de tema, ¿Cómo puede ser que no haya habido nuevas novedades? ¿Acaso no dejaron algún rastro? ¿Huellas? ¿Algún instrumento?

- Eso es lo extraño: no han encontrado ninguna huella de dedos, zapatos. Ni siquiera un rastro de sangre. - le conto maia mientras sacaba las llaves de su auto del bolsillo trasero de su pantalón.

- Que raro. - se limito a contestar tute, con aspecto pensativo. Fuera quien fuera las personas que habían asaltado el lugar, parecían saber lo que estaban haciendo. Sin embargo, ¿Por que no asaltar las cajas de seguridad que tenían? ¿Qué es lo que buscaban en la bóveda familiar? Aquello no parecía tener mucho sentido para el abogado.

- Espero que podamos encontrar a los responsables. - comento la chica con desanimo. Desde que había pasado este suceso, no había parado de pensar en su hermano. En cierta manera, parecía como si hubiera recordado cada detalle del rostro de el. Parecía extraño, ya que en el ultimo tiempo, había estado tan ajetreada enseñando a sus alumnos (era profesora de arte), haciendo cosas acá y allá que se había olvidado por completo de su hermano. Y se sentía culpable, pues el había dado todo de el con tal de protegerlos y cuidarlos, hasta olvidarse de sus propios sueños. Irónicamente, había sido su muerte quien le había enseñado que había que cumplir tus sueños y de vivir el ahora, ya que no un día estabas y al siguiente no podrías estarlo. Suspiro, sintiendo como la nostalgia y el dolor se entremezclaban en su pecho. En verdad, no se había dado cuenta de cuanto lo extrañaba hasta hoy.  Pero la vida seguía, y lo menos que podía hacer era honrarlo encontrando a esos rastreros que habían profanado su cuerpo.

Una vez que estuvieron en el auto, maia le pregunto - ¿Te llevamos a tu apartamento?

- Por favor. - le pidió matu y le agradeció - Gracias por venir a buscarme, chicos.

- Es lo menos que podíamos hacer, matu. - contesto facha con una sonrisa y añadió - Eso si, te espera una larga limpieza en casa.

- Olvídate. - le siguió la broma y a continuación se acomodo en el asiento trasero mientras escuchaba el suave ronroneo del coche. Parecía extraño, pero tenia la certeza de que se quedaría un largo rato en Buenos Aires. Ya que no descansaría hasta encontrar a esos vil ladrones. 

Mientras tanto, en Adrogue...

Diana se encontraba grabando su poscast semanal para luego subirlo a Spotify: Verdades y mentiras de Maradona. Un tiempo después, comenzó a strimear en Twitch, donde hablaba sobre las novedades con respecto a las redes sociales, música y deporte en general. Se podría decir que Diana se consideraba afortunada: tenia su trabajo de periodista radial online, escribía en su habitual blog, recibiendo miles de visitas a la semana. No obstante, sentía que, en algún punto, algo sola. Es decir, la soledad le encantaba dado que, con el tiempo, había aprendido a disfrutar de ella. Había aprendido mucho de si misma estando así y se podría decir que estaba feliz estando así. Pero, en cierto punto, sentía que le hacia falta algo y no sabia que. Y eso la frustraba en un montón.

Si no fuera FlorenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora