— ¿Que haces tú aquí? — fue lo primero que salió de mi boca.
— Hola a ti también — dijo con la ceja alzada.
— ¿y esas flores? — levanté una ceja — ¿Para quien son?
— No te ilusiones no son para ti, ya quisieras.
Menudo idiota.
— Ah, hola señora Amelia.
— Hola querido, ¿Que haces por aquí? — le preguntó mi mamá llegando de tras de mi.
— Bueno, quise venir a saludar ya que hicieron mucho por mi el otro día. Estas flores son para usted.
Le tendió el ramo a mamá por encima de mi cabeza haciendo que chocara con mi mejilla. Lo mire mal y este disimuló una sonrisa divertida.
— ¿Enserio? que bonitas. gracias cariño, no tenías porque molestarte.
— No es una molestia para mí, en lo absoluto.
— Ay pero qué descortés soy — mamá se arregló un poco la ropa antes de quitarme un poco de en medio como di le estorbara — Pasa a desayunar con nosotros.
le hice una seña con los ojos para que diga que no pero me ignoro y ensanchó una sonrisa malévola y entro a la casa.
— Querido toma asiento junto a Addison — sugirió mamá.
— Claro — respondió el idiota con una sonrisa.
Lo fulmine con la mirada y papá se aclaró la garganta. Lo saludó con el tradicional “buenos días” como si fuera un integrante más de la familia y no un extraño molesto con complejo de garrapata.
— Y dime Magnus, ¿Cómo te sientes?
— Ya mucho mejor, gracias por preguntar.
— No hay de que, bueno me imagino que como te sientes mejor vas a ir a la convención este martes ¿Cierto?
— Si, bueno en verdad no quería ir, pero papá me dijo que era obligatorio ya que parte de mis acciones están incluidas en el contrato.
— ¿Hay convención el martes? — pregunte confundida.
— Si — respondieron al mismo tiempo.
— ¿Porque no me dijiste nada papá?— pregunté desconcertada.
— Porque planeaba decirte más tarde— dijo como si no fuera nada relevante.
— ¿Y de que o porque es la convención? — pregunté adentrándome al tema.
— Más que una convención es una pequeña celebración por cerrar unos contratos con dos empresas extranjeras.
— Entiendo. obvio yo voy a estar ahí, porque si no bien lo recuerdo me dijiste que este verano me ibas a enseñar cosas de la empresa y que mejor comienzo que una convención.
— Si, lo sé no se me a olvidado, ya hablaremos de eso. bueno los dejo porque tengo cosas que hacer con tu padre. — miró a Magnus — nos vemos más tarde.
Papá se fue y mamá se puso a lavar los platos, yo aproveché para encarar al idiota que estaba de pie observando una foto de cuando era bebé. Se la arrebaté de las manos y la coloque en su lugar con un poco de fuerza.
—¿Estás loco? ¿Que haces aquí?— lo abordé con sorna.
— Esa no es la forma de tratar a tus invitados señorita ¿Que no te dieron modales? — se recargó de la pared con sus manos en el bolsillo con una sonrisa de burla.
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Hasta que no respire©
Teen FictionA veces pensamos que tener todo planeado en la vida es lo correcto. Pero... ¿Y si llega una persona y te hace cambiar de parecer? ¿si te enseña que no todo en esta vida tiene que ser así, planeada? ¿Y si llega esa persona y te hace amar "Hasta que...