Capitulo 5

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Cuando llegamos a su apartamento me quedé mirando el ascensor y mirándole a el, al parecer lo notó porque levantó una ceja.

— ¿Qué?

— Es que le tengo pavor a los lugares encerrados — admití mirando el elevador con terror.

— lo que faltaba una, claustrofóbica — dijo con pesar.

— No estás obligado a subir las escaleras conmigo — dije rondando los ojos.

— Suerte subiendo tres pisos.

El muy idiota me sonrió y yo me quedé mirándolo mal, di media vuelta y comencé a subir las escaleras, las sentía eternas, ya comenzaba a sudar. Cuando termine de subir me encontré al muy idiota parado al frente de una puerta con el número 23 en medio.

— Al fin, pensé que iba a tener nietos aquí parado

— Sí serás...

— Nada de eso señorita, ese vocabulario aquí no, mi casa mis reglas.

— Cómo digas idiota — respondí restándole importancia a lo que acababa de decir.

El abrió la puerta y yo pasé tras de él, era amplio; tenía 3 habitaciones (según el número de puertas vistas), la sala estaba muy bien decorada, tenía un cuadro de su familia, pero el que más me llamo la atención fue la foto de su equipo de hockey, incluso Logan estaba ahí pero sin uniforme.

—¿Fue por ella? — pregunté curiosa.

— ¿Qué? — preguntó confuso.

— ¿Que si fue por ella que dejaste el hockey?

— No — respondió de inmediato

—¿Y entonces porque?

El tomo unos segundos en responder como si se debatiera en decirme algo o no.

— Tuve algunos problemas en cuanto a eso.

— ¿Y es todo?, ¿No hay una historia depresiva detrás de todo? — pregunté decepcionada por no obtener mi historia terrible.

El se limitó a mirarme con una ceja enarcada y una sonrisa burlesca. Al ver que no tenía intención de responder añadí:

— Que fachada de chico malo eres — dije fingiendo decepción.

— ¿Que no haz leído suficientes libros como para saber que los malos somos misteriosos? — ironizó — Creo que la que lleva la fachada de lectora es otra.

chasqueo la lengua y se paseó por la cocina negando con la cabeza.

— Los libros que leo no son acerca de imbéciles con complejo de superioridad y sarcásticos — respondí con ímpetu.

— Lo chistoso del caso es que siendo todo eso no fue un impedimento para ti besarme hace como 20 minutos.

Sentí como la cara se me transformaba roja de la vergüenza h como mi corazón de repente tenía un afán de salir volando de mi pecho.

Sin decir nada más salió de la cocina pasándome por el lado con una sonrisa triunfante al ver que no pude objetar nada contra el.

Se fue a bañar y yo (como buena chismosa) entre en su habitación y me sorprendió ver todo organizado y recogido, era todo lo contrario de mi habitación, la mía está patas arriba. Me quedé mirando una guitarra que estaba al lado de un estante de libros (cosa que no me sorprendió porque nuestro primer encuentro fue en la biblioteca) Tenía muchos video juegos y películas de terror, también tenía un grafiti en la pared con su nombre, en un estante había una carpeta celeste que me llamo la atención, la tomé pero no la abrí, en ese momento el entró en la habitación haciendo que la dejara justo donde estaba.

Hasta que no respire©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora