capitulo 31

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— Addison si tardas más juro que no iré

—¡Casi bajo! No me presiones.

Ya eran casi las 8 y me estaba arreglando el pelo pero el hermano que Diosito me dió no tiene paciencia, tuve que hacer todo rápido para que deje de gritar desde las escaleras, me puse los tenis, recogí las llaves y metí mi móvil al bolsillo trasero de mis jeans.

— ¡Por fin! — exclama al verme bajar por las escaleras

— Te puedes calmar, solo tarde 5 minutos más de lo prometido, además ¿Desde cuándo eres tan puntual?

— ¡Addison Rebeca Roberts Williams y Nicolás Guillermo Roberts Williams los quiero en la cocina ahora!

Nick y yo nos miramos con los ojos muy abiertos ¿En qué momento mamá había llegado a casa?

— oh-oh

— ¿Cuando llegó? — le pregunté en susurro a Nick mientras caminábamos hacia la cocina.

— No lo sé, pensé que seguía en la empresa — me respondió en un susurro.

— Se suponía que lo vería en la mañana cuando ya no estemos aquí.

Cuando entramos a la cocina mamá tenía una vena del cuello alterada y una mirada que a cualquiera hubiese intimidado.

— ¿Que pasa mamá? — pregunté haciéndome la desentendida 

— ¿Qué pasó? Este aceite no es el que les pedí.

— Yo le dije a addison que ese no era pero ella no me quiso escuchar y hizo lo que se le dió la gana — Dijo Nick haciéndose el inocente.

Yo abrí la boca obviamente ofendida, tuve que respirar para no arrancarle la cabeza a Nick en ese momento.

— ¡Eso no es cierto! — me defendí de las mentiras de Nick.

— ¿Ahora le dices mentiroso a tu hermano? pensé que ser honesto fue algo con lo que te crié pero por lo visto no lo aplicaste.

Yo cerré los ojos y apreté los labios para no soltar una palabrota, y para el colmo mamá siempre exagera no era para tanto y por si fuera poco añadió:

— Y te vas en este mismo instante para tu habitación. No saldrás está noche.

Okay, ya se le cruzaron los cables ¿En mi habitación? ¿Toda la noche? Mire a Nick en señal de ayuda pero el se limito a rodar los ojos y meter sus manos en sus bolsillos.

— Mamá ¿no crees que estás siendo un poco exagerada?

— ay mi niño, siempre queriendo solucionar todo — le dijo agarrándole los cachetes y el muy hipócrita le sonrió.

— Mamá, estás siendo irracional.

Mamá me dedico una mirada fría y ni siquiera se atrevió a responderme, ¿Enserio la ley del hielo ¿cuántos años tiene, cinco?

— Esto es increíble — solté molesta.

Salí de la cocina hecha una furia y subí las escaleras de mala gana, estaba súper enojada, me castigan sin ser mi culpa y para el colmo tratan a Nick como a un príncipe, como si no tuviera la culpa de nada nunca, y no, no estoy celosa pero es frustrante ver cómo te castigan siendo mayor de edad.

Entre a la habitación dando un fuerte portazo, tire el teléfono y las llaves a la cama y comencé a dar vueltas en toda la habitación. La pantalla de mi teléfono se iluminaba en la pantalla cada segundo por los mensajes de pilar, seguí dando vueltas por la habitación aún enojada.

Me tire a la cama y me puse una almohada en la cara y comencé a gritar pero mi acto de furia fue interrumpido por una llamada de no se quién porque conteste sin ver quién era

Hasta que no respire©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora