Capitulo 30

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Cuando llegué a la empresa me baje cuidadosamente de la camioneta de magnus, el no dijo mucho en todo el camino, después de lo que me había confesado no sabía ni que pensar, realmente ya estaba preocupada por muchas otras cosas pero más esa en específico.

Cuando llegue al segundo piso Lily la secretaria de mi papá me dijo que el estaba en una reunión y que salía en 15 o 20 minutos como maximo, yo decidí esperar afuera.

Iba a salir del pasillo para esperarlo en su oficina pero me tope con otra "lic. Parker" y como siempre se me prendió el bombillo, me acordé de lo que magnus me había dicho.

" Puede que este sea mi último partido"

No es que yo no quiera ir, pero tampoco podía ser egoísta, realmente he pasado mucho tiempo con el, también es hora de que su padre se de cuenta de lo valioso que es su hijo.

Obviamente no le iba a decir que la enfermedad de su hijo a empeorado, pero si le devo abrir los ojos. el tiene un concepto muy malo de lo que realmente es su hijo y lo digo independientemente de lo que he vivido con el.

Me eché el pelo hacia atrás y abrí la puerta, al parecer no tenía muchas visitas porque se sorprendió mucho al ver que se abría la puerta, se levantó de su silla y me encontró en el camino.

— ¡Addison! Pero que hermosa estás.

Me dió un abrazo tan fuerte que les juro que escuche algunos huesos unirse, cuando me dejó de abrazar sentí como mis pulmones volvían a tener aire.

— Hola señor Peter.

— No cariño, solo llámame Peter.

El procedió a sentarse nuevamente en su silla y yo me senté en una de las 2 que estaban frente a su escritorio.

— ¿Dime querida, a qué de debe tu visita?

— Bueno, la verdad quería hablar sobre Magnus.

El se aclaró la garganta y se removió un poco incómodo en su silla pero mantuvo su sonrisa.

— Mira Addison, Magnus y yo no hemos tenido una gran relación padre a hijo, realmente me arrepiento de muchas cosas.

—Eso ya lo sé, no vengo a juzgar su rol de padre, su hijo ahora más que nadie lo necesita a usted y a la señora Emeli.

Su cara pasó a una de preocupación, hasta me sorprendió lo rápido que se puso activo solo por decirle que su hijo lo necesita.

— ¿Le pasó algo malo a Magnus?

— Ese es un tema que no me concierne a mi decírselo.

El asintió lentamente con la cabeza un poco más relajado.

— Siendo así ¿En qué lo puedo ayudar?

— Mire, Magnus y yo en este momento no estamos muy bien, pero ese asunto no creo que a usted le importe en este momento, la verdad es que lo único que quiero es que valla a un partido de hockey.

Saque los boletos de mi bolsillo y se los entregué.

— Me estás diciendo que lo ayudaré si asisto a unos de sus partidos de hoquey ¿Es eso?

— Si, mire quisas para usted sea absurdo pero para el es muy importante, es lo que le gusta, es lo que lo hace el.

— Viéndolo de ese punto de vista... Iré.

Puse una sonrisa de oreja a oreja, realmente lo había conseguido y no fue tan difícil.

— ah, y una cosa más.

— Te escucho.

— La señora Emeli también debe ir, es importante que los dos asistan.

— No te prometo nada pero lo intentaré.

Hasta que no respire©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora