Capitulo 22

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— ¿Sabes? todavía no me creo que tengas un hermano y que sea Nick — Dijo Magnus mientras lo acompañaba a la puerta.

— Siendo sincera, tampoco lo termino de aceptar — solté un largo suspiro mientras me recargaba de la puerta.

— Bueno me tengo que ir
— anuncio haciendo que yo finja un puchero.

Me dió un corto beso en los labios pero se detuvo unos pasos después.

— Me acabo de acordar que mañana tenemos que pasar a buscar a Pilar al aeropuerto.

— ¡Es verdad! Con todo lo que ha pasado se me había olvidado.

— ¿Tu todavía crees que ella y Logan tienen algo? — soltó de repente haciendo que mi mente viaje a imágenes editadas de Logan y Pilar.

— Realmente ya no tanto. Creo que sí le hubiese gustado ya me lo habría dicho — afirme dándole el beneficio de la duda a mi amiga aunque no esté presente.

— Y Logan a mi, sabes cómo es de bocón.

— Sí, tienes razón. Bueno me pasas a buscar temprano vale
— lo señale con el dedo haciendo un tipo de seña acusatoria para que no se le olvide.

— Está bien, yo te llamo
— concluyó antes de desaparecer de mi campo de visión.

Cerré la puerta y me encaminé hacia la sala encontrándome con Nick, este al notar mi presencia me sonrió sin mucha gracia, la verdad es que desde la distancia donde estaba se podía escuchar los engranajes de su cabeza haciendo función.

— Bueno creo que es hora de irme también — dijo finalmente poniéndose de pie.

— Podrías quedarte hoy
— sugirió mamá casi rogando, papá ni siquiera podía verlo a la cara.

—Si Nick — la apoyé — solo por hoy, mañana te vas sin problema.

Este se lo pensó por unos segundos, debatiendo con su cabeza en sí quedarse o no pero finalmente terminó por seder.

— Esto es nuevo y muy raro — admitió colocando sus manos en los bolsillos — Que conste que me iré mañana temprano.

— Ven te llevo a tu habitación
— lo tomé de la mano y nos encaminamos a las escaleras. Este asintió sin mucho entusiasmo.

Me despedí de papá y mamá con un beso en la mejilla antes de subir, Nick se limito a darles una sonrisa sin dientes y a seguirme por las escaleras, en realidad esa siempre debió ser su habitación, esa que está justo antes de la mía, abrí la puerta y el olor a polvo inundó mis fosas nasales.

— No se porque, pero siempre me imaginé que está habitación le pertenecía a una persona en específico — comenté  prendiendo el interruptor.

— Es mía solo por hoy — Nick repasó cada centímetro de la habitación con sus ojos, detallando cada parte y rincón de esta, saciando su curiosidad.

— Puede ser tuya siempre — lo animé aunque no me estaba mirando por estar observando su alrededor.

El tomo asiento en el borde de la cama y me senté junto a el.

— Nick sabes que puedes quedarte el tiempo que quieras, no quiero sonar egoísta pero... En verdad a mamá le haría bien que te quedes un tiempo y aunque no lo creas también a papá.

No era como si quería que se sometiera a nuestra rutina de vida, aunque debo admitir que de ser yo en su lugar ni siquiera me hubiese atrevido a cruzar la puerta de la sala.

— Tienes que entenderme, todavía tengo que asimilar mucho, no puedo estar aquí como si nada — se pasó las manos por el rostro con cansancio soltando uno que otro suspiro de agobio.

Hasta que no respire©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora