capitulo 35

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Cuando desperté sentí un ligero dolor de cabeza, supongo que es normal ya que se suponía que no devia dormir según Nick.

Abrí los ojos con dificultad y...¿Donde estaba?

Ladee la cabeza para ver dónde estaba y... Todo era blanco, cuando digo todo me refiero a que no había ningún tipo de colores.

Me levanté asustada y me mire a de arriba a bajo, estaba descalza y llevaba una bata de hospital blanca, levanté la mirada nuevamente y nada...

Estaba comenzando a enterar en pánico, ¿que se supone que es este lugar? ¿Porque estoy aquí?

— Hola, ¿Hay alguien?

Nada, silencio rotundo, es como estar encerrada en una caja infinita de un solo color.

— Si esto es una broma les juro que está vez si los voy a dejar sin hijos ¿Me escucharon?

Intenté tocar alguna parte para ver si había alguna pared o cristal, pero era inútil, era como estar al aire libre pero todo blanco, no había paredes ni cristales, nada, era todo lo que había, nada...

Me pase las manos por la cara varias veces para ver si estaba soñando o algo parecido, pero todo seguía igual, en blanco.

— ¿Magnus, Nick, Pilar? ¿Alguien?

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, estaba muy asustada, no sabía que hacer. Comencé a correr para ver si llegaba a algún lado pero no, era como si no me moviera hacia ningún lado, pare abruptamente al escuchar un ligero sollozo.

Mire hacia todos lados en busca del sonido pero no había nadie, caminé hacia atrás nuevamente y nada, no veía a nadie pero si volvió a escuchar el mismo sollozo.

— ¿Hay alguien? — volví a preguntar.

Nada, ninguna respuesta, agudice mi oído para comprobar que no me estaba volviendo loca y que sí había escuchado algo.

Me quedé de piedra al escuchar esa voz, la voz de Magnus, no pude evitar algunas lágrimas al escucharlo tan roto y no poder hacer nada.

— Despierta por favor, yo sé que tú puedes, vamos mi amor se que puedes, tu eres muy fuerte, por favor.

El estaba llorando, sonaba tan roto, tan desesperado que no supe que hacer más llorar.

¿Dónde diablos estoy? Mis ganas de correr a buscarlo eran más grandes que cualquier cosa en el mundo, pero no podía.

— Por favor, se que lo puedes hacer addison, abre tus ojitos mi amor, vuelve a mí de nuevo, juro que lo vamos a intentar cuántas veces sea necesario, solo despierta por favor, vuelve a hablarme aunque sea dime idiota con esa boquita tan hermosa que tienes.

Era frustrante estar ahí encerrada, pero más frustrante era escucharlo decir esas cosas de una manera tan desesperada y no saber que hacer, de no saber dónde diablos estoy.

¿Porque me pedía que despertara? ¿Acaso estoy dormida y no puedo despertar? O peor aún ¿Estoy muerta?

— Magnus estoy aquí ¿Me escuchas?

El continuo llorando, esto me estaba volviendo loca.

— Si solo me escucharás, se que harías lo imposible para despertar, se que lo harás.

¿De qué diablos habla? Si lo escucho, el problema es que el no me escucha a mi.

— Necesito que habrás tus ojitos mi vida, por favor, haz un esfuerzo, solo uno pequeño, al menos mueve tus dedos o algo.

— Estoy aquí ¿Porqué no me escuchas? ¿Porqué no te puedo ver?

De repente sentí un fuerte dolor de cabeza, me puse las manos en Cada extremo de ella sujetándola para que deje de doler, pero era insoportable.

                      *****

Cuando volví abrir los ojos ví un techo blanco, los volví a cerrar y los apreté fuerte al sentir una luz azul muy molesta.

Gire mi cabeza y abrí los ojos con lentitud, estaba en una camilla con una intravenosa y una máscara de oxígeno, también tenía una bata blanca puesta.

Estaba sola, era una habitación de hospital bastante grande, había una pequeña mesita con medicamentos y jeringas con sustancias que desconocía.

Mi ojos se enfocaron en la puerta al escucharla abrirse. Magnus venía entrando con la cabeza gacha, tenía el cabello un poco más largo y había un pequeño rastro de barba en su mandíbula, traía puesto unos jeans rotos, un abrigo gris y unos Vans.

Estaba tarareando una canción muy pegadiza, estaba feliz, me hice la que no había despertado todavía para saber que me iba a decir.

— Otro día más sin ver esos hermosos ojos mirándome
— soltó un largo suspiro y tomo asiento en una silla cerca de mi camilla — Pero está vez traigo buenas noticias, quizás no le escuches o quizás si, bueno el punto es que me han aceptado en Briar y gracias a mi rendimiento académico y mis logros en el hockey solo serán tres meses ¿no es genial?

Se escuchaba tan emocionado que pude sentir algo de esas buenas vibras que traía, me encantaba verlo tan feliz, aunque en este punto no podía decir verlo si no más bien escucharlo.

El tomo mi mano y suspiro profundo.

— Sabes, Pilar está triste porque en unas semanas es su graduación y cree que no podrás asistir, yo pienso lo contrario, siento que vas a despertar en cualquier momento.

Me dió un pequeño beso muy dulce en la frente y se colocó nuevamente en su lugar, se aclaró la garganta y comenzó a cantar, aguante una sonrisa al escuchar que música era.

— Hey, I was doing just fine before I met you
I drink too much, and that's an issue, but I'm okay
Hey, you tell your friends it was nice to meet them
But I hope I never see them again

Gire mi cabeza mientras el seguía cantando, tenía los ojos cerrados y una pequeña sonrisa dulce en sus rosados y hermosos labios, continuaba cantando sin soltar mi mano, lo ví tan cómodo cantando que no pude evitar seguir la canción con el.

— I know it breaks your heart
Moved to the city in a broke-down car, and
Four years, no calls
Now you're looking pretty in a hotel bar, and
I-I-I can't stop
No, I-I-I can't stop

Mi voz sonaba baja y ronca, tenía un leve dolor en la garganta y una sed inmensa, el al escucharme levantó la cabeza de golpe.

El abrió los ojos como platos y sus labios se abrieron con sorpresa, tragó en seco y se frotó los ojos para asegurarse de que no estaba viendo mal.

— Joder... Addison, estás aquí, volviste. tú... maldición no se que decir. digo ¿Cómo te sientes? ¿Quieres algo?

— Primero que todo, son muchas preguntas, y respondiendo a la última, si, tengo mucha sed.

— Joder... Todavía no lo creo, eh, si, agua.

Me soltó y salió corriendo, se veía tan sorprendido, estaba tan emocionado que dejó la puerta abierta y casi choca a una enfermera.

— Lo siento, es que estoy muy feliz, despertó, ella, está despierta — le dijo todo super rápido.

La enfermera lo miro con confusión y el le dió un abrazo que la dejo más absorta todavía.

Se fue corriendo al lado izquierdo y unos segundos después volvió a pararse frente a la puerta.

— La cafetería está del otro lado — me dijo señalando el lado derecho del pasillo, se me quedó mirando con una sonrisa de oreja a oreja.

— El agua Magnus — le dije con una pequeña sonrisa divertida.

— Eh, si, carajo, el agua.

No pude evitar sonreír y negar con la cabeza cuando lo escuché gritar por el pasillo.

— ¡MI NOVIA DESPERTÓ! YUJUUU...


Está parte de la historia me da 100 años de vida :)

Hasta que no respire©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora