Uzui Tengen. [Shampoo Challenge] [2]

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¿No era irónico como las cosas habías terminado? Pero eso de todas maneras ya no importaba pues justo después de que tuviera mi cuarto orgasmo del día me fui mientras él dormía, ¿por qué? ¿No era obvio que necesitaba volver a casa y arreglar mi mente?

Creo que habían pasado unas dos semanas desde aquello y la verdad me sentía de una forma más relajada que antes, así que sólo agradecí con el pensamiento el encuentro que tuve con Tengen, pero, si era honesta conmigo misma me sentía tonta, ¿cómo ese hombre pudo robar mis pensamientos diarios con sólo eso? ¿No era ridículo que pensara que sería especial conmigo cuando lo hacía con muchas chicas incluso por vez?

Igual tampoco era relevante, me hacía pensar, ya habría un momento en el que lo iría dejando pasar tal y como sucedió, pero era tan jodidamente difícil cuando me duchaba y veía un shampoo, o con todo el spam de notificaciones de mensajes o publicaciones de aquel joven.

Suspiré sin mucho humor declinando otro pedido que era para Uzui, la verdad es que necesitaba el dinero más que verlo y de camino a otro pedido un muchacho bastante atractivo de cabellos rubios con puntas rojas abrió la puerta.

—¿Fumiko? —Me quedé tan embobada y sonrojada por la amabilidad y carisma que poseía hasta que una voz tras de mí me hizo dar un pequeño salto. No se suponía que debía verlo por estos rumbos pero al parecer ellos dos se conocían y dispuesta a dejar las compras junto el lugar sentí que me detuvo.

—Lo siento, estoy ocupada. —Me excusé mirando cómo quería que me quedara o buscaba una respuesta en mis ojos. Por supuesto que no aguante mucho y sólo pude decir "Mañana iré a verte".

Y así es como había terminado frente a su casa, y si se preguntan que por qué no había abierto sus mensajes o accedido a verlo la respuesta era simple, no quería que jugara conmigo y que cuando se aburriera yo saliera herida.

Si bien había sentido que me reclamaría apenas llegara las cosas tomaron un camino distinto; bebí un poco del refresco sabor a cerezas que era mío para sentir las mejillas sonrojadas, por alguna razón ahora estaba prestando más atención a los pequeños detalles del actuar del chico, ¿y qué hice? Lo besé.

No pensé en nada, ni en mi orgullo, ni en lo raro que había dejado las cosas, sólo en la suavidad de sus labios para juntar mi boca con la suya. Subí a su regazo dejando que las manos del contrario exploraran mi cintura, bajaran a la comisura de mis jeans, la impaciencia en mis caderas se comenzaba a notar por el movimiento que hacía suavemente sobre la entrepierna del joven.

—¿Así que sólo viniste porque querías follar? —La voz áspera de Uzui resonó en mis tímpanos y fuera de molestarme me excitó, ¿por qué? Obviamente lo estaría si sus manos estaban en mi trasero estrujándome tan vigorosamente.

—Quizá... —La verdadera razón ni yo la conocía, así que una respuesta vaga fue mi mejor opción. Lamí su oído bajando hasta su cuello jadeando levemente —¿No es eso lo que querías de todas maneras? —no permití que hablara y metí mi lengua en sus bellos labios.

Por mí misma comencé quitar mi blusa, y mi sostén fue despojado por él, lamió lentamente mi cuello mientras frotaba mis pezones en círculos.

Apartándolo un poco de mi cuerpo me levanté tomando mis senos con un brazo y estando en la barra que separaba su cocina del comedor hice una señal para que se acercara.

Volteó mis caderas instintivamente para quitar mi pantalón y ponerse de rodillas —Quiero que gimas mi nombre. —pidió como si no fuera a hacerlo, mi ropa interior bajó de mi piel para sentirlo abrir mi culo.

—N-no mires... tan detenidamente... —Su mano derecha me hizo arquear la espalda y recargarme en la barra para poco después sentir sus labios en mi feminidad, humedeció, lamió y succionó esa zona tan sensible haciendo que mis piernas temblaran de placer y mi boca generara lascivos sonidos.

Realmente no había estado entre mis piernas tanto tiempo como hubiera deseado pero cuando metió su falo en mi interior de una como si hubiera estado bien preparada sólo me hizo gemir mas agudo.

Me comenzó a embestir rápido importándole poco que mis jadeos parecían más extraños por haber tomado mis hombros y meterlo más profundo de lo usual.

—U-Uzui... —Dije no tanto por la petición sino porque tocaba mi punto dulce sin remordimiento dejando mi mente en blanco. Se acercó un poco a mi oído susurrando en una voz totalmente ronca —Así es como te gusta, ¿no? Sexo sin nada de cariño. Apuesto que estabas pensando en hacerlo con Rengoku.

Sus palabras tan duras y crueles sólo provocaron que apretara mi cuerpo por mera reacción, ¿quién diría que ser "abusada" verbalmente era tan excitante?

Me volteó como si nada viendo lo extasiada que me encontraba para hacerme tomarlo del cuello y cargarme.

—Fóllame más duro... —Dije sin tomar conciencia de lo anterior dicho para sentirlo penetrarme. La extraña posición hacía que cualquier movimiento, hasta el más lento, se sintiera como una tormenta de satisfacción que me arrasaba plenamente.

Increíblemente el chico era lo suficientemente fuerte para cargarme y hacer que rebotara en su miembro mientras movía sus caderas erráticamente.

—Uzui... nhg... Uzui... —Lo llamé mirándolo a los ojos, ese bello rostro suyo simplemente me ponía mal, así que volví a besarlo buscando consuelo en su boca, como si con eso pudiera hacer que todas mis ideas nebulosas se esfumaran.

Supuse que el chico se había cansado porque me llevó a un sillón cercano para sentarse y hacerme rebotar encima, Tengen frotaba uno de mis pechos mientras lamía el otro y cuando lo vi gruñir de placer no pude más que abrazarlo.

Quizá nuestras mentes estaban conectadas pues como si le hubiera dicho sus caderas comenzaron a subir y bajar obligándome a gemir y venirme en su masculinidad.

Sus manos tomando mis nalgas para meterlo profundo y de una en mí, eso simplemente me estaba volviendo loca.

En el momento que salió de mi interior y dejó toda su semilla resbalar y salpicar un poco en mí fue cuando puse atención a sus palabras, así que estaba celoso, y seguramente dolido.

—Oye... ¿Por qué no respondiste a mis llamadas? —Preguntó por fin, el tan esperado reproche, pero cuando lo miré a la cara sus mejillas rojas y su mirada desviada me hizo sucumbir.

—Por tus novias, por supuesto, no quiero ser parte de una más del montón. —Aunque ya sentía que lo era una risa burlona se escuchó en la habitación y como el chico albino no había quitado por completo sus ropas buscó entre ellas su celular para mostrarme una foto de él y tres señoritas muy lindas —¿Te refieres a ellas?

Me levanté aún en su regazo para mirar bien la foto, así que asentí con la cabeza para verlo reír y tocar su frente mientras botaba su celular —Ellas son mis hermanas, bueno, medias hermanas, mi madre se volvió a casar con un extranjero y al parecer tenemos una edad similar; aunque soy el mayor, y como el hermano mayor debo mimarlas y protegerlas.

Mis mejillas se tiñeron violentamente de rojo cuando escuché la historia, ahora me sentía ridícula, recordaba mucho que aquel chico siempre se quejaba y deseaba tener hermanas menores cuando íbamos en la escuela y más cuando le contaba historias de los míos.

—Así que... hermanas... —Repetí haciendo un pequeño puchero —Mhnm, y todas sagradas.

Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora