Kyojuro Rengoku. [AU Moderno] [1]

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Tenía muchos trabajos a medio tiempo porque me emancipé hace unos cuantos años, intentaba que eso no afectara mis estudios y realmente no me costaba lograrlo.

Rengoku-sama me contrataba muy constantemente para limpiar su casa, preparar la comida o a veces simplemente hacerle compañía, aunque creo que le divertía avergonzarme.

Toqué el timbre alisando mi blusa para no verme tan informal; sonreí al mirar el rostro de mi jefe -Oh, llegaste rápido, pasa que necesito te cambies. -sí, cuando me contrataba siempre le gustaba vestirme para verme al momento de hacer mi rutina.

Miré lo que me había traído, un simple y corto traje de maid, pequeños tirantes de encaje con los cuales se sostenía sobre mis hombros continuando con esta tela y haciendo un detalle lindo en el vientre que por pura coquetería se pasaba a la espalda y poder crear un amarre, así pudiendo completar el delantal, entallado por la cintura y un tanto abombado por lo bajo, con el final de aquella falda adornado de la misma tela blanca. Al ponerme aquellas ropas pude notar que casi no cubría mis bragas, demonios, me pondría muy caliente si veo a Rengoku-sama espiando bajo esto.

Dos ligueros pequeños uno más que otro, yacía sobre calcetas blancas, así teniendo uno en mi muslo derecho y el otro en mi brazo izquierdo, vaya, realmente lucía provocadora con las calcetas sobre mis rodillas.

Vestí unos tacones que no eran muy altos para salir del cuarto, me aclaré la garganta suavemente para tener la atención del pelirrubio que leía tranquilo en un sillón -¿Qué necesita que haga, Rengoku-sama...? -hablé débilmente, bajando el libro de su rostro me miró con una sonrisa lasciva que escondía tras el escrito, no había comenzado y ya me sentía deseosa -Uh, sí... ¿podrías limpiar aquella mancha de vino? -señaló la alfombra blanca que lucía una salpicadura fresca, eso no estaba ahí cuando llegué, ¿o sí?

Asentí para ir a la cocina y traer las cosas con las que lo haría, en todo el camino sentí que me devoraban con la mirada y para nada me disgustaba; al agacharme noté que la ropa hacía mis movimientos más obscenos de lo que debería, era tan erotica la situación, al menos en mi cabeza.

Volví para sentarme sobre mis rodillas donde di la cara hacia mi empleador y así empecé a frotar sobre la tela, la mirada del chico se escondía en el filo del libro, obviando que no leía.

Por mera curiosidad lo observé y siendo atrapada me sonrojé para evitarlo nuevamente, por rozar con fuerza aquella manta mis pechos rebotaban -¿Te gusta ese traje? -negué con la cabeza mientras dejaba el libro a su costado, con las piernas abiertas puso sus codos sobre ellas, recargando su rostro entre sus palmas totalmente enajenado.

-¿Podrías dejar eso y venir por un momento? -Iba a levantarme cuando lo escuché pedirme más -No, no, ven a gatas... -pasé sobre la mancha sin tocarla obedeciendo, sé que era una excusa barata eso de hacer todo lo que él quisiera sin rechistar porque era mi patrón, me estaba excitando con sólo eso.

Me senté nuevamente frente a él -Buena chica, ahora date la vuelta y muéstrame tu trasero. -inmediatamente lo hice, poniendo mi rostro sobre la alfombra intentando ver su reacción con las caderas levantadas -Abre ese lindo culo para mí y empieza a tocarte. -lo sentí ponerse en el suelo, con la espalda sobre el sillón y sus piernas extendidas bajo de mí.

Mi cuerpo fue tomado por la cintura para llevarme a su rostro, sirviendo los deseos de mi amo con una mano le di acceso a mi feminidad mientras con la otra acariciaba sobre la ropa interior mi clítoris, la nariz de Kyojuro rozó mis muslos haciéndome estremecer apenas tocándome con su cálida respiración sobre la piel desnuda.

Aumenté el ritmo de mis dedos encontrando aquel placer que me gustaba, gimiendo sin permiso, sus labios dieron un beso largo, con lengua y tortuoso entre mis piernas, qué delicioso era cuando él hacía eso.

Desesperada por más le sentí alejarse, así que puse de lado mis bragas húmedas para suplicarle -Rengoku-sama... deme más besos así por favor... -jadeaba sin pudor ni motivos reales de controlar mi lujuria.

-Todo lo que mi dama quiera. -Sonrió con esa habitual alegría mientras tomaba mi trasero con ambas manos abriéndome más, empujando su lengua en mi entrada y sin metérmelo dirigirse a mi clítoris -Mhn... -los labios del rubio cubrían mi intimidad succionando mis fluidos llenando su bello rostro de mí.

Acaricié una de sus manos para entrelazarme en su dorso, lo apreté un poco duro sin lastimarlo gracias al placer que pequeñas embestidas de su lengua me proporcionaba. Bajé mis caderas de su rostro ya impaciente por unirme a él -¿Estás bien...? ¿Por qué no me dejas hacerte terminar con mis labios? Adoras eso... -el susurro ronco producía que mi cuerpo vibrara por completo.

Sentada sobre su erección me abrazó por la espalda -Eres tan cálido... podría atreverme a decir que eres mi sol... -hablé sin prestar mucha atención a mis palabras o la situación. Me tomó del cuello acariciando hasta mi mandíbula y acercarme a sus labios tibios, entre jadeos acepté apetitosa ese beso.

El chico había aprovechado para quitar su cinturón, bajar el cierre y quedarse en unos bóxers negros. Acarició mi trasero restregándome en él, subiendo una mano hasta mi pecho apretándome sin desvestir ninguna prenda mía -Sabes qué es lo que necesito, ¿no? -me mordí el labio descendiendo su ropa interior, acariciando la punta de su miembro y sin perder más tiempo bajar mis caderas sobre él.

Moví mi cuerpo sobre Kyojuro de manera delicada, apoyando mi peso sobre sus muslos, no le tomó mucho para tomarme de las piernas y subir mis rodillas hasta mis pechos -R-Rengoku-sama... e-espere... -las embestidas del chico no me dieron espacio a terminar de hablar.

La habitación se llenaba de gemidos, gruñidos, olor a sexo y sonidos lascivos -Muy... adentro... -pude hilar con problemas sintiendo una corriente recorriéndome.

El rubio me soltó las piernas para ponerme el rostro contra la alfombra, mis piernas temblaban y mi voz salía inconsciente, volví a sentirlo llenarme de una sola estocada, sus manos pararon a mis caderas subiendo el vestido estrujándome. El calor de mi interior estaba a punto de bajar sobre él, sus dedos acariciaron violentamente mi clítoris mientras sus embestidas se volvían erráticamente profundas.

Mis paredes lo apretaron una última vez, saliendo de mi interior y viniéndose sobre el uniforme de maid, en cambio sus dedos continuaron su labor hasta que pude tocar el cielo con ambas manos.



••••• N o t a s. •••••

Me gustó mucho la temática de este capítulo, así que lo más probable sea que escriba una historia siguiendo esta línea.

Un Kyojuro Rengoku amable que muestra una pared a todos sin que lo noten.

¡Así que espero lo lean y más que todo lo disfruten!

Pd: Los primeros tres comentarios con un pedido tendrán prioridad, un pequeño ¿regalo? Por comentar primero en este capítulo. ✨

Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora