Zenitsu Agatsuma. [1]

16.2K 788 246
                                    

—Hey, Zenitsu, no tienes por qué sentirte mal. —El rostro en un puchero del joven rubio me hizo soltar una sonrisa por lo adorable que me resultaba y abrazando su cuerpo magullándolo le sentí llorar.

Al chico no le gustaba entrenar, decía que era malísimo para que perdiéramos el tiempo en él, como si de algún tipo de broma pesada se tratara me decía lo mucho que detestaba ser tan inútil, supongo que nunca se dio cuenta realmente de su potencial que era muchísimo mayor al mío.

Curé sus heridas tantas veces que su anatomía desnuda ya no me era sonrojante, sin embargo me volvía loca con facilidad, creo que mis ojos demostraban todo lo que mis labios callaban pues parecían un torbellino que hipnotizaban a cualquiera que chocara con ellos.

—Fumiko-chan, ¿estás segura de esto? —El semblante del muchacho teñido de rojo con un leve rastro de emoción me hizo dudar por un segundo —Sí, no creo poder dormir hoy si no estoy a lado de ti. —mencioné intentando calmar ese "ba-dump" que mi corazón producía.

Me acosté a un lado de Zenitsu dándole la espalda esperando poder relajarme, algo que no sucedió —Buenas noches. —escuché su voz —Que tengas lindos sueños. —y cuando pensé por fin se había quedado dormido no dudé en ejecutar mi plan, besar sus labios.

Me giré quedando frente con la tela que nos cubría como si de algún tipo de protección se tratara, quité con cuidado unos mechones de la frente del chico que siempre quedaba cubierta por su cabello y en un beso en ese espacio descubierto este se despertó.

No tenía escapatoria ni una buena excusa —L-lo siento... —no parecía estar enojado y sólo se dedico a observar mis movimientos con ese color en las mejillas que no se calmaba —¿Q-qué...? —mencionó alterado lo que interrumpí de inmediato —Zenitsu... —sus dedos tocaron mis cachetes con ternura mientras acercaba lentamente mis labios a los suyos —Estoy enamorada de ti...

Gentilmente tomé nuestro primer beso al tiempo que el rubio abrazaba mi cintura y sin mucha prisa ese momento mágico nos dejó flotar por ahí. Las semanas pasaron llenos de pequeños picos, largos besos e interminables sensaciones.

—E-espera Fumiko-chan. —Mi lengua danzaba peligrosamente contra la suya haciendo difícil que hablara al igual que su respiración se entre cortara —No puedo esperar más, Zenitsu... —encima de él como acostumbraba besarle por las noches quité mi yukata dejando mis pechos libres a su vista.

—Si no me tocas tú tendré que hacerlo yo misma... —Acaricié mis propios senos pellizcando con suavidad mis pezones dejando que el chico se pusiera completamente rojo. Estaba avergonzada pero al mismo tiempo totalmente ansiosa lo que tiró mis inhibiciones abajo.

Totalmente errático tomó mis senos dejando que los amasara a su gusto, sus labios acunaron mi piel enviciando al rubio por mis reacciones. Como si fuera un infante succionó aferrado de mi cintura, se sentía demasiado bien pero aún no era suficiente para mí.

Sus manos se movieron por sí solas hasta mis glúteos y rozando nuestros sexos sus ojos tornaron un tono amenazante, esa misma aura de cuando perdía la consciencia para atacar a un demonio.

Me hizo rodar por la cama quedando con mis piernas en su cintura, mis manos contra la suavidad de la cama con sus dedos aprisionando mis muñecas y mi yukata medio abierta.

Mordí mi labio al ver como caía su cabello e irrumpiendo mi lengua en su cavidad bucal sus dedos se colaron entre mis piernas para ir subiendo lentamente hasta mi feminidad.

Acarició con cuidado permitiendo que gimiera en sus labios, la calentura en mi cuerpo se hizo presente empapando sus dígitos.

Rozó suavemente mi clítoris y jugando a meter sus dedos en mí su pene se marcó por la ropa mas no se tocaba, prestaba pura atención a mi rostro.

Besándolo con el fin de levantarme sobre mis codos pude colar una mano a su sexo y dejarlo expuesto ante mí. Moví mi mano de arriba abajo masajeando con un poco de presión, su respiración se volvió errática y sus pulsaciones se entrometieron por fin en mi vagina ludiendo un punto que dejó temblando mi cuerpo entero.

Aceleré mi ritmo y con las caderas del chico moviéndose por cuenta propia no pude aguantar ni un segundo más, acerqué su miembro a mi entrada y continuando con el movimiento en mi mano de manera extraña pude meter la punta en mí.

—Por favor házmelo. —Pedí cuando lo solté dejando que su longitud entrara despacio, aunque apenas me adaptaba a la intromisión Zenitsu se movió por su cuenta dejando un rastro de besos en mi cara al tiempo que mis gemidos salían sin sentido.

Mis caderas comenzaron a moverse rápido producto de las del muchacho que embestía con mayor vehemencia.

Sacó su masculinidad de mí y en un momento de confusión mía me volteó para levantar mis caderas y volver a estar dentro sin problemas. Sus manos sostuvieron mis caderas mientras sentía como tocaba cada vez más profundo en mi interior.

La yukata cubría mi espalda y la de él se resbalaba por sus costados, en un cambio de ritmo pareció controlar su embestidas bastante bien pues dejaba que entrara en un punto que revolvía mi cerebro y tensaba mis fibras nerviosas.

Gimoteaba con más fuerza —Beso... quiero uno... —demandé a fin de callarme importando poco la posición tan extraña y con su lengua recorriendo mi cavidad bucal no pude evitar sentir aún más placer.

Mordí con lujuria su labio inferior mientras estrechaba las sábanas bajo mis manos, mis dedos de los pies se encogieron y mi espalda se arqueó sintiendo como su piel desnuda tocaba parte de la mía, ambos nos venimos sólo que cuando él lo hizo no fue adentro.

—Me encantas, Zenitsu. —Pronuncié cuando terminamos, nos acostamos y comenzó a repartir besos por mi nuca.

—¿Entonces nos vamos a casar? —Con esa frase lanzada tan a la ligera no pude evitar reír —Por supuesto que lo haremos, ¿aunque no sería demasiado pronto ahora?

—No importa... yo esperaré...

Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora