Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]

Uzui Tengen. [Shampoo Challenge] [1]

Entré al patio de la casa que se me había indicado en un papelito, esto de entregar cosas a domicilio aún era raro para mí. Toqué la puerta y pude ver al dueño de las compras de la manera más desvergonzada que podía imaginar, sí, en una sudadera gris y sólo sus bóxers con una erección intimidante —¡Fumiko! —gritó el ojirubí pues para mi estúpida suerte conocía a aquel hombre tan extravagante.

—¿Cómo es posible que salgas así sin pudor? —Bramé arrojándole una bolsa con su pedido siendo atrapado, tapando mi vista con una mano —Vamos, Fumiko, no te pongas así, de todas maneras lo ibas a ver. —acercó su dispositivo móvil mostrándome una serie de fotos de él posando con un shampoo en su miembro —N-no me muestres esto... es muy sugerente... —volteé mi rostro apartando el teléfono —Pero son buenas fotos, mira, ¿acaso no luzco maravilloso?

—Sí, sí... —Aquel albino tomó mi mano volteando mi rostro para conectar su mirada con la mía —¿Cómo puedes decirlo sin mirarme decentemente? —una sonrisa burlona me sonrojó bastante y por una tonta curiosidad bajé de nuevo a ver su boxer —¿O es que quieres mirar más? —por perderme en mis pensamientos el chico tomó la oportunidad para adentrarme en su morada y cerrar la puerta.

Me acorraló contra la entrada sintiendo su sexo punzar mi vientre bajo —¿Se siente bien? —por extraño que sonara me estaba poniendo caliente. Me tomó de las caderas volteándome para frotarse contra mi trasero —¿O es mejor así? —puso mi culo de forma que lo enseñaba más de lo usual.

Me embistió unas veces más para soltarme, me sentí débil, temblaba de placer aunque fuera poco su tacto conmigo; me deslicé por la puerta entre jadeos y la respiración hecho un desastre cayendo en mis rodillas —No estés jugando conmigo, grandísimo tonto...

—¿Jugando? ¿Eso crees que hago? —Me volteé para poder ver lo que hacía, sólo a centímetros de mi rostro, levantando su suéter gris, miré sus ojos y acercó con sus caderas su sexo a mis labios —Lámelo. —sinceramente tenía muchas ganas de obedecerlo pero tenía aún más orgullo —¿Y si no quiero...? —mentí, su mano forzó mi mandíbula abriendo con uno de sus dedos mi boca —Sería muy malo, pues parece que lo deseas más que yo.

Chupé su dedo mientras subía mi mano a su entre pierna, palpando de acuerdo a lo que mis labios hacían —¿Ves...? Lo disfrutas, ¿no? —quité su mano para poner mi cachete en su cadera, no pude contenerme, restregué su masculinidad por toda mi cara. Una sonrisa engreída se burló de mi actuar —Jamás creí verte así. —metí la punta de su pene en mis labios, mordisqueando sobre su ropa interior.

Subí mis manos acariciando su torso bien definido, creo lo estaba desesperando pues bajó su bóxer golpeándome levemente y sin esperar más lo dejé deslizarse en mi lengua, adentro, afuera, una y otra vez.

—Carajo, Fumiko... —Sus manos agarraron mis cabellos con fuerza para penetrarme bruscamente; arañé su piel volviéndola rojiza ante mi tacto y dejó adentro su pene por unos segundos ahogándome.

Soltó mi nuca descendiendo hasta quedar a mi altura, me jaló hacia él besándome y acariciar mi trasero, quitando mi pantalón y mis bragas hasta que quedara desnuda para tocarme —Nhg... —dos de sus dedos tocaron mi feminidad lo que me hizo abrazarle el cuello dejándolo sostener mi cuerpo y acariciarme a su gusto.

—No puedo... no puedo... —Chillé cerca de su oído —Ya lo quiero adentro... —desvestí su bóxer, lo empujé contra la puerta poniéndome encima para montarlo, el albino quitó mi blusa besuqueando mis pechos mientras yo deslizaba su longitud en un gemido sordo.

Palmeó mi trasero dos veces comenzando con mis movimientos, él aferrado a mi cadera entre besos que en ningún momento bajaron mi temperatura, sino todo lo contrario —Uzui... más... quiero más... —dije insatisfecha, el aludido sonrió y me agarró por la espalda haciéndome caer e invirtiendo los papeles sin salir de mi interior.

—Jamás hubiera pensado que eres tan... apasionada... —Murmuró lamiendo mi cuello haciéndome estremecer —Cállate y dámelo... —jadeé quitando la última prenda que poseía para sentirlo tomarme de manera rápida y deliciosa —Ugh... Uzui... —lo llamé abrazada a su cuerpo arañándole la espalda sin intención de lastimarlo.

Mi cuerpo no daba más, me estremecía y gemía sinsentidos o su nombre, besaba, lamía, mordía y marcaba la piel que me estaba haciendo adicta a ese sentimiento tan placentero.

Antes de darme cuenta ese nudo cálido que se había formado en mi vientre desapareció junto un gran gemido agudo, me aferré a su cuerpo para sentir a Tengen llenando de besos mi rostro —Fumiko... hazlo otra vez para mí... sólo para mí... haz esa escena tan extraordinaria...

Se alejó un poco sin desconectar nuestros cuerpos para admirar mi piel levemente perlada de sudor y mi agitada respiración; nuestros labios se buscaron instintivamente para segundos después ser cargada, ¿iríamos a su habitación? Eso ya no me importaba para estos momentos.