Esa noche dormimos abrazados hasta el medio día o al menos él lo hizo, sabía que lo había disfrutado casi tanto como yo pero ahora tenía cruda moral. Me había aprovechado de un chico cansado, de alguien que me gustaba y lo peor de todo de un pilar, no sé cuál de todas esas opciones me aterraba más.
¿Podía esconderme de él para siempre? Pues eso es lo que intenté por toda la semana que pasó después de eso, ¿lo hubiera logrado? Ahora que lo pienso no, pero fue un buen ensayo.
La finca del amor era donde residía gracias a Kanroji-sama, no le gustaba que la llamara así pero le debía mi respeto. Admiraba cada acción de esa mujer y quería convertirme en una chica honorable para hacerme llamar su aprendiz.
—¿Por qué te fuiste así? —Esa voz, esa maldita voz que tanto me gustaba resonó en la pequeña habitación en la que me encontraba —Tomioka-san... —fue lo único que salió de mi boca, no sabía qué le diría o cómo él reaccionaría, le había dado mil vueltas al asunto y ahora mismo estaba en blanco.
—¿No fue bueno para ti? —Su mano se estrelló con fuerza contra la parte más cercana a mi rostro en la pared —¿O es que simplemente jugaste conmigo? —su semblante inusualmente enfadado me sorprendió y las mantas que llevaba limpias cayeron al suelo casi al momento —N-nada de eso...
—Entonces, ¿por qué desperté solo? ¿Por qué no estabas a mi lado? ¿Por qué me evitabas? —Rehuía mi mirada pero a la misma vez me hacía verlo —Y-yo... hice algo malo escabulléndome de esa forma. —intenté en vano alejar el cuerpo del chico que me acorralaba cada vez más sin éxito alguno —Lo siento, haré lo que sea para enmendarlo pero por favor no se lo diga a Kanroji-sama... —estaba al borde del llanto por verguenza, arrepentimiento y un dolor en el pecho que no entendía del todo pero sus labios, sus cálidos y delicados labios se juntaron con los míos.
—No te alejes nunca más de mí, no te vayas. —Sus brazos rodearon mi cuerpo envolviéndome en su esencia —T-Tomioka-san... —un beso suave volvió a tomar control de mí con la diferencia que ahora se volvía más ardiente.
Algunos segundos estuvimos rozando nuestras lenguas hasta que por falta de oxígeno tuve que separarme —Quiero que durmamos todas las noches como esa. —un leve sonrojo se adueño de las mejillas del joven enamorándome y con su rodilla demasiado cerca de mi feminidad la frotó contra mí —¿Se refiere a...? —esos azules ojos que ahora me parecían profundos casi al punto de sentirme ahogar en ellos me corrompieron, ¿quería sólo dormir conmigo abrazados o a tomarme?
Nuevamente su rodilla se deslizo en mi sexo robando un jadeo —Todo, lo quiero todo de ti. —este no parecía ser el Giyuu que todos conocíamos pero para ser honesta me estaba gustando demasiado ese lado codicioso que tenía sólo conmigo.
Su lengua empezó a danzar con la mía mientras acariciaba de manera tosca mi cintura, manoseando y desvistiendo sin prudencia mi ropa de cazadora —E-espere... alguien podría... —lamiendo mi cuello sin prestar atención mi falda fue levantada, bajando mi ropa interior y seguido enroscando mis piernas a su cintura. Me levantó con tanta facilidad que incluso esa fuerza inhumana me sorprendió.
El escote de mi ropa fue seguido con su boca húmeda depositando muestras de deseo que me estaban poniendo más y más caliente. Aferrada por sus hombros desabotonó mi blusa negra seguida por la blanca.
Jadeaba intentando controlar el sonido de mi voz, en cualquier momento cualquier persona podría entrar o llegar escuchando esta escena tan erótica y eso era lo menos que quería, pero parecía importarle nada al pilar del agua.
Mis pechos se acunaron en su boca mordiéndome el labio al tiempo que desabrochaba su cinturón para mimar su falo totalmente erguido con mi entrada, cómo había extrañado el aroma de Tomioka llenar mis sentidos.
Reclamé su boca con ansias sintiéndolo entrar con delicadeza en mi interior —Kanroji-sama llegará... —recargada contra la pared fui penetrada al principio lento sin embargo la paciencia del chico con coleta fue rebasada moviéndose sin control ni consciencia.
Tapaba mi boca con una mano mientras me aferraba al cuerpo del mayor, mis piernas temblaban con cada embestida por tocar justo mi punto sensible.
Bajándome para ponerme a mirar la pared Giyuu besó mi cuello, lamiendo mi oído tomando mi cintura. Por instinto levanté más mis caderas y volviéndome a llenar con su miembro mordió mi hombro dejando un pequeño sentimiento de dolor que hasta cierto punto era agradable, algo que hizo inútil mis ganas de ser silenciosa.
Cada gemido parecía incitar al muchacho pues lo hacía más rápido y profundo, creía que me iba a morir ahí mismo por lo sofocada que estaba con mi misma voz.
Sus manos se pusieron en mi vientre bajo poniendo dos dedos en mi clítoris para masajearlo sin dejar que sus caderas se detuvieran, mis piernas me fallaron y aunque mis palmas intentaban sostenerme un clímax indescriptible arribó.
Aquellos dígitos húmedos por mi corrida se posaron en sus labios probándome al tiempo que dejaba su semen saliera disparado al aire.
Nuestra respiración se acopló rápido al unísono dejándonos disfrutar de nuestra compañía, el cariño con el que me sostenía y sobre eso el momento.
Besando mi mejilla llegó hasta mis labios permitiéndome probar mis propios fluidos —Tomioka-san... estoy enamorada de usted. —¿en qué pensaba para decirle eso? Nada, realmente yo no era del tipo que cuidaba cada cosa que decía o hacía y eso se notó en el minuto que me metí en sus cobijas.
Su rostro enrojecido con leves indicios de felicidad me devolvieron el aliento —¿Te quedarás conmigo entonces?
—Lo haría toda una eternidad si pudiera.
—Que sea una promesa. —Y así sus labios sellaron ese contrato no escrito en los míos.
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Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]
FanfictionHistorias cortas basadas en el manga de Gotōge, Kimetsu No Yaiba, todos con un argumento sexual. ||| Los personajes, así como el mundo de Kimetsu No Yaiba le pertenecen a Gotōge Koyoharu. |||