Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]

Nezuo Kamado. [Genderbender] [1]

Como el hermano menor de la chica cazadora estaba bajo mi cuidado mis horarios de sueño habían sido todos desajustados, dormía cuando el pequeño demonio lo hacía y despertaba para jugar y atender sus necesidades, ¿comía? Él no pero siempre me acompañaba dándome en la boca como si fuera un bebé, aunque yo fuera mayor.

—Mhn, mhnnn. —No entendía del todo lo que me quería decir cuando hablaba pero ya me había aprendido algunas expresiones de lo que necesitaba.

Yo dormía en la misma habitación que Nezuo por precaución, pese ser bien recibido mis instrucciones eran salvaguardar las vidas de mis compañeros cazadores antes que la del chico que cuidaba, por eso mismo siempre me mantenía alerta.

Ocasionalmente el chico Kamado salía de su caja para dormir en un futón, o conmigo, realmente era tierna la manera que llegaba a mí pidiendo abriera las cobijas para él.

—Mhnnn, mhnnn. —El peso de alguien que conocía bien me despertó viendo al muchacho arriba de mí sobre la cama, ¿qué horas serían? lucía bastante obscuro, quizá era de día por lo cubierto que todo el cuarto estaba, así acostumbraba dejarlo por si el azabache quería estirar un poco las piernas.

—¿Tuviste una pesadilla? —Acariciando el rostro del menor asintió arrimándose aún más a mi palma —¿No te cansa usar eso todo el tiempo? Podría quitarlo para ti y sólo cuando salgamos con los demás lo usarías. —indeciso por la pregunta palpó el bambú que cubría sus labios —Vamos, no seas tímido. —deshice el nudo que lo mantenía pegado a su boca dejando un pequeño hilo de saliva al momento de separarlos.

No esperaba que sus labios fueran tan lindos, se veían suaves y apetitosos, húmedos, delicados, quería probarlos, ¿cómo podía verlo tan bien aunque estábamos a obscuras? Algunos pueden oler demasiado, otros oír o sentir, yo podía ver excelente y ruborizada por mis propios pensamientos giré la mirada.

—Duerme un poco, aún debes estar cansado. —Sus manos voltearon mi rostro hasta donde estaba acortando la distancia entre nosotros —B-b...es..o... —su aliento rozó mi mejilla poniéndome nerviosa, ¿quizá quería su tan usual beso de buenas noches?

Dirigí mis labios a su pómulo sintiendo su tersa piel, mas fueron atrapados por los suyos en un lindo pico —Nezuo... no puedes hacer eso, no a una chica en su cama. Es inapropiado en muchos niveles. —o al menos eso decía para alejarlo, sinceramente me había encantado al punto de ser insuficiente.

—Má...s... —El joven Kamado era el primer demonio que había sobrevivido sin haber comido a un sólo humano por lo que no era de extrañarse que lo que sabíamos de los demonios no sirviera de mucho con él y en anteriores veces había notado algo que no quería admitir por falta de evidencia: El libido de este chico era proporcionalmente directo al hambre que poseía.

En un constante beso me sentí sumergida en una calentura que ni siquiera debería estar ahí, separé mi rostro del suyo por falta de aire y cuando ambos lo recuperamos la mirada penetrante de Kamado me estremeció, parecía que me iba a comer viva y la simple idea me excitó.

—Nezuo, espera... —Su lengua recorrió parte de mi cuello y dejando una huella en mí comenzó a tocar mi cintura, exploró besuqueando mis pechos y cuando sus manos se encontraron con mis piernas comenzó a desnudar mi yukata —Te digo que esperes. —desnuda ante la mirada desesperada del chico intenté cubrir mis pechos con mis brazos y mi feminidad con mis piernas.

Quitó su haori negro tomando mis manos para que lo desvistiera como él había hecho conmigo, orientó mis manos a su pecho entre jadeos que fácilmente entrarían como los de un demonio hambriento y molesto, en cambio su saliva adornaba sus gemidos, parecía que cada caricia lo hacía enloquecer.

Su torso parcialmente a la vista me quitó esas pocas ganas de no probarlo, tomé su hombros y con fuerza cambié los roles que llevaríamos, toqué lo más de él que su ropa me permitía haciendo que esta misma desapareciera en el transcurso, lamiendo su cuello o metiendo mi lengua en sus labios haciéndola danzar lascivamente con la contraria.

El sonrojo en su semblante tiritante era sólo apreciado por mí, una faceta que no había visto y quería descubrir más, entre chupetones, mordidas y algún que otro apretón llegué hasta lo que sería su miembro erecto.

Mis manos desnudaron su pene sobando la punta pero masturbando el resto con la otra, los jadeos de Kamado salían conforme mis movimientos aumentaban en su falo y aferrado de mis muñecas mordía su labio de placer mientras miraba atento cada acción que ejercia.

—No me mires con esa sensualidad, por favor.

Desasosegado embistió lento mis manos intentando calmar su lujuria sin embargo sólo se volvió más errático y salvaje, se apoderó de mis cabellos y llevándome sin aviso penetro mis labios, un agridulces sabor explotó en mi cavidad bucal apenas entró en ella, tan embriagante y entumecedor.

Empujada por esa fuerza monstruosa y por mi propio apetito llené mis labios lo más que podía de su intimidad portando un vaivén que me hacía soltar pequeñas lágrimas de satisfacción, porque sí, estaba disfrutando demasiado el lamerlo.

El sonido de mis arcadas bañando de saliva su piel y la humedad de las mismas juntos los gemidos incoherentes de Nezuo saturaba el ambiente del cuarto. Las caderas del chico se levantaron llevándome hasta la base de su sexo para segundos después venirse, su cuerpo tembló entre jadeos mientras de mi boca salía su esperma.

Reí por lo bajo degustando aquel líquido pegajoso relamiendo su longitud para que quedara lo más limpio posible, tal como había imaginado deleitante al paladar.

El chico totalmente desnudo me agarró como si de un osos de peluche se tratara arropándome en mi lecho para besar mi frente, seguido mis labios delicadamente y cayendo dormido apenas me abrazó suspiró con ese amor que siempre emanaba naturalmente.

—Nezuo... —Me quejé con falso dolor en el tono —La próxima vez hagamos mucho más, no me dejes así de desatendida que es malo para una chica...

—Mhn. —Y como si me hubiera prometido entre sueños satisfacerme besé la comisura de sus labios —Espero ansiosa que eso pase.