Tanjiro Kamado. [1]

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Había estado ignorando al mayor de los Kamado por una tontería... porque... lo vi desnudo una vez y desde eso no lo había podido sacar de mi mente; lo horroroso del asunto era que me prendía, me imaginaba tocándolo, lamiéndolo y haciéndolo completamente mío.

Como sabía sobre su gran olfato estaba 100% segura que se daría cuenta de mis lascivas intenciones, por lo que decidí evadirlo todo el tiempo en el que estuviera en la finca.

-Kyojuro-san es tan maravilloso. -Dije con una sonrisa sin saber que era escuchada por más personas que sólo mi sensei mientras él daba un golpe con su espada a la nada. Él me había "adoptado" cuando me convertí en cazadora de demonios, ayudándome a mejorar y sobre todo protegiéndome de cualquier problema, incluso los más sencillos como temas de amor, pues aunque tenía un hermano tan lindo, siempre en su interior quiso una hermana la cual mimar.

Le había platicado mi problema personal con Tanjiro diciéndole que me había enamorado y ahora no podía ocultarlo, contándole a medias el real problema porque estaba segura que si le mencionaba lo otro me vería raro o mataría al de ojos rojos.

Terminé mis deberes sin sentir al chico dueño de mis suspiros tras de mí, pensaba en su torso tan jodidamente bien definido, mojándome y llenando mi cuerpo de una cálida ola mientras miraba las estrellas absorta en aquella imagen mental.

-Fumiko-san... -Escuché tras de mí poniéndome nerviosa -¿Por qué has estado oliendo tan delicioso últimamente? ¿Me estás llamando? -sonó con inocencia -Oh... acabas de cambiar de aroma apenas te hablé, ¿estás nerviosa? -supliqué a las estrellas que eso fuera una simple imaginación mía, recé por no emitir algún olor raro y me resigné cuando hizo su última pregunta.

-Tanjiro... ¿a qué has venido...? -Intenté cambiar el tema cuando volteé a míralo, inmediatamente tornando mis pómulos de un matiz rojo intenso, pese su tono amable e ingenuo su rostro mostraba lujuria y deseo -Wow... de nuevo ese rico aroma... -murmuró acercando su mano a mi mejilla para acomodar un mechón rebelde -Rengoku-san me dijo que tenías algo importante qué decirme. -maldito nii-san haciendo mierdas que le pedí específicamente que no hiciera, no planeaba "declararle mi amor" a Tanjiro.

Sonreí indecisa a qué "importante" inventar -¿Estabas excitada... Fumiko-san...? -intervino pronunciando dulcemente mi nombre antes de pensar algo bueno -Sí... -dije sincera seducida por su mirada que se acercaba cada vez más a mí -¿Sí...? ¿Te ayudo con eso? -mordí mi labio evitando su rostro para sentir un cálido beso suyo.

Jadeé en su piel después de separarnos para tomar aire -Hueles más fuerte... -murmuró en mi oído metiendo su lengua -Tanjiro... -me tomó de los hombros deslizando sus manos por mis brazos -Quiero tomarte ahora mismo. -gruñó poniéndome aún más caliente -T-tómame... -dije sin pensar mucho, odiaba lo honesta que era y más en ocasiones como esta.

-Eres tan linda... -Susurró acariciando mi mejilla con dulzura -Y tan provocativa... -estrujó suavemente mi cintura para hacerme voltear contra la ventana, me aferré en aquel marco sintiendo los brazos del chico acorralarme y pegarme más a su cuerpo. Su respiración acarició mi lóbulo junto con sus palabras -Eres totalmente embriagante...

Besó mi cuello fugazmente destapando mis hombros de la yukata y por instinto cubrí mis pechos con mis brazos, escuché que se burlaba de mi acción pero aun así me pareció amable pues me abrazó el vientre bajo relajándome; deshizo el nudo que me vestía y entrometiendo sus manos acarició mi desnudez.

Apretujó mis pechos de una con firmeza haciéndome soltar un quejido, guié una de sus manos a mi cintura insinuando con las caderas querer más de su toque. Ya que había descubierto estos sentimientos tan sucios no era lógico intentar ocultarlos más o disimular mi deseo por él.

Tanjiro estaba tan cerca de mí que sin moverse mucho podía sentir su erección restregarse entre mis glúteos; humedeció con su boca sus dedos y pellizcó mis pezones, turnando mis senos de ser atendidos mientras su otra mano se colaba entre mis piernas. Ya estaba mojada por lo que cuando deslizó suavemente su dedo índice entre mis pliegues sólo creó placer, besuqueó mi cuello metiendo fácilmente dos dígitos suyos para moverlos desde un inicio frenético.

Mis piernas temblaban a medida que la corriente eléctrica recorría mi espina dorsal dejándome vulnerable y en el borde; remplazando sus dedos por su miembro levantó mi ropa exponiendo mi trasero como mis pechos, si alguien pasaba por la finca seguro verían esa escena tan erótica.

Gimiendo sin pudor sentí que mis pezones se rozaban contra el dorso de las manos aferradas a la ventana del Kamado; pensando en que justo eso era lo que quería desde que lo vi todas esas sensaciones me sobrepasaron y se derramaron sin dejar que el joven de marca en la frente me montara cada vez más rápido.

Metió el pulgar en mis labios quedando en mi lengua para lamerla a mi gusto y su brazo entre mis pechos, jalando de alguna manera mi cuerpo y llegando más dentro mío con cada estocada. Acariciando mi clítoris encontré mi segundo orgasmo, jadeando con la piel perlada sentí como se vertía dentro mío.

Nuestro placer bajó por mis piernas y siendo desprevenida me cargó para llevarme al cuarto de baño. Tanjiro llevaba tiempo visitándonos por lo que en ocasiones se quedaba a dormir y sabía bien del lugar -Disculpa por venirme así... -se escuchó preocupado.

-No importa... -Respondí aferrada a sus ropas casi que intactas, estaba tan contenta de verle nuevamente que ni siquiera lo había pensado.

Mierda, de verdad me gustas, Tanjiro, dije sin consentimiento con mi aroma, algo de lo que el aludido se percató -También me gustas mucho Fumiko-san, y si no te molesta... quiero... pasar la noche contigo demostrándotelo... 

Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora