Giyuu Tomioka. [1]

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Tomioka-san había llegado hacia poco de una misión muy larga, lo extrañé demasiado. Sólo lo vi entrar en la finca para descansar, quería estar con él.

Tarde unas horas, pero en contra de lo que mi cerebro decía me escabullí a hurtadillas a su habitación, descansando cual ángel, me encanta, quiero besarlo... pero sinceramente temo por mis sentimientos.

—Tomioka-san... —Susurré apenas para mí, esperé un poco más y lo vi llamarme —Fumiko... más... ah... —jadeó entre sueños, ajustándome a la poca luz de luna que se metía por una ventana pude notar una erección, ¿era... un sueño húmedo conmigo...? Me sonrojé al mirar como movía su cuerpo, ya me estaba imaginando las cosas indecentes que su mente hilaba.

Mejor me voy antes de... ¿o podría...?

Me metí entre la manta que lo cubría para ponerme en medio de sus piernas y sobre su yukata besé su miembro, seguro me va a odiar cuando despierte.

Se estremeció ante mi beso así que continué mimando sobre la tela, metí la punta en mi boca acunando suavemente. Sentí la mano de Giyuu acariciar mi cabello y jalarme para rozar más mis húmedos labios, ¿acaso estaba despierto?

Las caderas del ojiazul se movían inconscientes tratando de satisfacerse hasta que abruptamente se detuvieron, mi rostro fue descubierto mientras tenía una mano sobre su sexo, por supuesto que lo había sentido grande y duro bajo mis labios pero ahora que podía verlo me intimidaba un poco —Tomioka-san... ha despertado... lo siento mucho... —hablé un tanto inocente mientras con el dedo índice apretaba el glande del chico.

—F-Fumiko, ¿qué crees que estás...? —Sonreí ante la reacción tan linda de Giyuu, era algo de sorpresa con excitación y le interrumpí —¿No le gusta? —metí de nuevo la punta en mis labios mordisqueándolo un poco, apretándolo para volver a sonreírle —No es así, ¿verdad? —se podía leer en su rostro que no le desagradaba en absoluto.

Volví a introducirlo en mi boca y para ese momento la tela de la yukata ya estaba húmeda, translúcida, casi podía sentir el sabor penetrante de su piel —Nhm... Fumiko... —le gustaba ser atendido su mirada lo delataba, eso y su miembro que palpitaba en mis labios.

Tomioka se apoyaba en sus codos mirándome con súplica en sus jadeos —Me alegra que se haya despertado... —susurré mientras arrastraba la tela de su yukata para un lado, exponiéndolo y dejándome ansiosa. Relamí mis labios deseando que esto no fuera sólo un sueño mío, ¿o lo era?

Su sexo tocaba casi mis labios a la distancia que estaba; el detalle era que no estaba muy cerca y el tampoco me acercaba a sus cadera, en resumen... era grande, saqué mi lengua conectando nuestra miradas, de esta forma podía lamer la punta, lo cuál hacía pasándola en círculos, desvío su mirada sonrojado, intentando cubrir ese rostro, con una mano en el tronco de aquél delicioso pene lo tomé por las mejillas obligándole a verme, al contrario de lo que el ojiazul pensó cerré los ojo mientras entrometía lo más que podía en mi boca y los volví abrir sin mirarlo a tres cuartos de la longitud. Mantuve un vaivén sobre su miembro humedeciéndolo, llenando mis sentidos de su sabor y gruñidos; puse mi mejilla contra su pelvis, rosando mis labios entre su base y sus testículos, mi rostro sobre su cuerpo para mirar como su respiración agitada se alteraba aún más o se tensaba al sentir sobre la yukata mi mano que lo desvestía sin mucho apuro.

Recorriendo mi lengua en sus bolas fue como por fin pude apreciar de nuevo su rostro, estaba sorprendido de verme meter esa parte tan intima a la vez que lo masturbaba.

Me forcé un poco para meter su sexo mientras acariciaba húmedamente sus testículos, quería continuar ahogándome hasta que él estuviera complacido. La mano cálida del chico me acarició la mejilla con el rostro perdido en el mío, parecía disfrutarlo mucho pero a la misma vez se le notaba resistirse —Tomioka-san... por favor no se contenga... tómeme como en sus sueños... —vaciló por un momento pero me tomó por los cabellos para penetrarme tan salvaje que sentía ese no era la usual mesura de Giyuu.

Me soltó por un segundo para tranquilizarse y seguramente pensar más claramente lo que hacía, no lo dejé continuar pues me subí sobre él rozando mi feminidad, bajo la yukata estaba totalmente desnuda y caliente, me desvestí lentamente lo suficiente pero sin quitar la prenda para Tomioka, el cual miraba atento a cada curva de mi cuerpo hasta llegar a mi entre pierna que estaba a escasos centímetros de la suya, quizá fue mi imaginación pero pude ver lujuria en sus ojos, algo que jamás en mi vida imaginé.

Encaminé la punta en mi entrada —E-es enorme... —murmuré viendo al ojiazul desplomarse sobre el futón, y teniéndolo ya adentro fui cada vez más, la primera embestida era de mi parte, saltando lentamente para disfrutar de lo duro que estaba hasta que el movimiento se volvió tan enviciante como me gustaba —Uh... Tomioka-san... —gimoteé descubriendo más mis senos que rebotaban junto conmigo para tomar las manos del pelinegro y hacer tocarlos, al principio apreté mis pechos sobre sus manos para sentirlo como quería; no tardó en entender o en por fin dejar de resistirse pues dejó una en mi pecho, mimando mi pezón o estrujándome, moviendo la otra a mi cadera para comenzar a embestirme más rápido de lo que yo estaba haciendo.

—Nhgm... —Gemí al sentirlo enterrar toda su masculinidad en mí y aunque intentaba huir de Tomioka me frenaba con sus manos en mis caderas —¿Entonces puedo...? —sacó su erección casi por completo para calmarme o engañarme, no estaba segura porque al momento que abrí mis labios para hablar volvió a metérmelo todo hasta el fondo —Está... tan apretado... —gruñó mientras me abrazaba contra él para continuar esos movimientos tan inconsistentes pero delirantes.

Me aferré a sus hombros intentando controlar esa sensación en mi vientre —M-me... me voy... ahg... —no pude ni terminar mi frase por la calidez que bajaba entre mis piernas y llenaba el recinto de un agudo gemido mío, mi cuerpo de pequeños espasmos y contracciones sobre el sexo de Giyuu.

Desesperado penetraba mi feminidad para por fin llegar a su clímax, casi podía jurar que se estaba haciendo mas grande dentro mío; entre gemidos míos, gruñidos lo sacó de mi interior y chocando contra mi trasero fue como se corrió.

Kimetsu S Yaiba. [One Shots] [Personajes de KNY] [ L E M O N ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora