DIEGO: Deseo que te quedes conmigo [COMPLETA]

CAPITULO 23

DIEGO.

A través de los dibujos puedo expresar lo que realmente pienso. Si me hicieran describirlo con palabras simplemente no las encontraría, pero en los dibujos puedo transmitir las emociones y los sentimientos que experimento cuando me siento solo, triste o simplemente dibujo la sensación que mi mente me dice. Es algo que hago y me dejo llevar, al dibujar solo me concentro en eso y dejo de pensar por un segundo lo que pasa alrededor, Nieves es como mis dibujos, paz, tranquilidad y me hace olvidar el resto.

Estoy sentado junto a la cama donde mi madre duerme, esta pálida y delgada. Hoy la van a llevar al hospital por que la tendrán que conectar, nos dieron un tanque con oxígeno, pero ahora tendrán que llevarla para mantenerla en observación. La observo y transmito a mis dibujos lo que siento al verla así.

- Diego, vieni qui –me dijo mi abuela desde la cocina-

Cerré mi libro de dibujos dejándolo en la mesita de noche, me aproximé hasta la cocina donde estaban mis abuelos.

- Tenemos que llevar a tu madre al hospital, ¿podrías alistar el auto?

Asentí con la cabeza.

Tome almohadas y mantas para llevarlas al auto. Limpié un poco el asiento del auto sacando el polvo con la mano y puse las cosas a un lado de la puerta para recostar a mi madre ahí.

Mi abuelo traía a mi madre con un brazo cruzado por detrás de su cabeza mientras mi madre caminaba lentamente con los pies como gelatina. Mi abuela llevaba el tanque de oxígeno arrastrando detrás de ellos.

Me subí al auto con la cabeza de mi madre en mi regazo y mi abuelo al volante con mi abuela junto a él.

Son las 15:00 de la tarde a esta hora el viento disminuye un poco felicitándonos un poco el trayecto hacia el Hospital. Lucas quería venir, pero se quedó en casa porque mi abuela le dijo que no.

Llegamos al hospital y salieron unos doctores para entrarla en una camilla, se la llevaron a una habitación, le pusieron una bata de hospital y miles de mantas sobre ella. No nos dejaron estar mucho tiempo, porque debíamos dejarla descansar.

Saliendo de la habitación nos quedamos los tres con el Doctor Smith.

- Ella está en buenas manos, pero el cáncer prácticamente está terminando de consumir sus pulmones y por los exámenes que le hicimos el cáncer ha estado presente en ella mucho tiempo, por más procedimientos que hagamos ella no va a ganarle al cáncer. – dijo el Doctor tranquilamente-

Mi abuela comenzó a llorar en los brazos de mi abuelo mientras la contenía y yo...estoy en blanco.

- ¿Por qué no vinieron antes, ella estuvo con este cáncer durante mucho tiempo, nunca notaron su malestar? –dijo con voz tranquila-

- Ella tuvo cáncer, pero nos dijo que lo había superado. –dije sin pensarlo-

- Bueno, ella siempre estuvo con el cáncer, pero al parecer las pastillas que tomaba amortiguaban el dolor, hasta que su cuerpo comenzó a inmunizar el medicamento lo que provocó el malestar instantáneo, por eso está en tal estado.

- ¿Entonces...ella va a? –comencé a llorar- ¿va a morir?

- Lo siento. –dijo asintiendo con la cabeza-

- Ahora vamos a conectar los tubos de oxigeno porque sus pulmones prácticamente ya no funcionan y con eso puede durar 3 o 4 días.

- Gra...gracias. –dijo mi abuela-

Nos dimos la vuelta y nos dirigimos al auto.

Siento r tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento. Me siento igual o peor que hace meses.