CAPITULO 7

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- ¿Por qué has venido?

- Ya te lo dije, pasé a verte. –me dio una sonrisa amigable. –

Me quede mirándolo no muy convencida por lo que me decía, una parte de mí no le creía.

Él se quedó observando mis expresiones.

- ¿Qué pasa? –pregunto Diego. -

- Nada, ¿porque?

- Por qué no pareces creerme. –su voz salió intimidante pero amigable a la vez. -

- Tal vez no lo hago. –imite su forma de hablar. –

Acerco su cara a la mía y me sonrió dejándome ver su dentadura.

- Nieves. –dijo con voz suave, baja y ronca. -

- Diego. –imito su tono y forma de hablar. –

Su nariz toco la mía y su tono de voz disminuyo hasta susurrar.

- ¿Quieres besarme? –dijo mirando mis labios mientras lamia los suyos. –

Mantuve la compostura pero que me lo haya preguntado así me puso muy nerviosa. 

- No, ¿y tú? - mi voz salió muy segura, y no me tarde en responderle, no dude en ningún segundo. –

- ¿Tú que...? –levanto su mirada a mis ojos. –

- ¿Tu...quieres besarme? –al decirlo mi voz casi tartamudea, pero no paso, se me notaron los nervios, pero Diego los ignoro. –

- Tal vez. – movió su cara hacia mi cuello. -

- Diego. – lo llame intentando a que se detuviera. –

- Nieves.

Sentí su aliento rozando entre mi oreja y mi cuello, me dio un escalofrió y el se rio por eso.

- Diego, Para.

- ¿Por qué?

- Porque yo digo.

- ¿Y por qué lo dices? –dio un beso en mi cuello. –

- Diego. –lo dije un poco molesta, quería que se detuviera. –

El saco su cara y sus labios de mi cuello, se alejó un poco y me miro con una sonrisa.

- Es divertido ponerte nerviosa y que luego te enojes al no poder evitarlo.

- Cállate.

- ¿Porque?

- No todo tiene que tener explicación, solo cállate.

- Bien, fue un gusto verte, Nieves.

- Me gustaría decir lo mismo. –me cruce de brazos y apoye mi espalda en el sillón.

Diego se fue con una sonrisa, divertido.

Yo estaba un poco molesta con mis mejillas rojas, no me gustaba que jugara a ponerme nerviosa, no era agradable, me desesperaba y me ponía ansiosa.

***

Jueves en la tarde.

Abrí la puerta de mi casa y saludé a Diego.

- Buenas tardes. Nieves. –me dio una sonrisa juguetona-

- Buenas tardes Diego. –imité su tono de voz y le devolví la sonrisa-

- ¿estas lista?

- ¿Para qué?

- Para ir a estudiar.

DIEGO: Deseo que te quedes conmigo   [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora