CAPITULO 18

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DIEGO BELANGER.

LUNES 15:00

- Me da pena verla así. –me dijo Lucas susurrando. -

- ¿Tú crees que a mí no?

- Pero que genio. –me miro con desagrado-

- Cállate ya Lucas.

- No me trates así, que me pongo mal. –se puso una mano en el corazón fingiendo tristeza. -

Hoy no ando de buen humor, y el sarcástico de mi hermano se pone a hacerme bromas. Genial.

Estábamos parados viendo como el peluquero pasaba la máquina para cortar el cabello de nuestra madre, era desgarrador ver como pasábamos por lo mismo, mi mama se había esforzado mucho por hacer crecer su cabello, pero no le gustaba la sensación de ver como se le caía lentamente así que opto por cortárselo de una vez por todas.

- Bien, ya estoy lista. –nos sonrió nuestra madre con evidente tristeza en sus ojos. -

- Yo también quiero cortarme el cabello mamá.

- Si, y yo. –dijo Lucas. –

- Bueno, no les vendría nada mal un cortesito. –nos sonrió mi madre nuevamente. -

Nos sentamos con Lucas, cada uno en una silla delante de los peluqueros.

- Quiero el mismo corte que ella. –apunte a mi mamá-

- Yo igual, por favor.

La cara de mi mamá paso del asombro al horror y del horror al dolor.

- Pero que...-la interrumpí-

- Ya está decidido.

Comenzaron a raparnos con la máquina y mi lindo cabello comenzó a caer por mis hombros, mechón por mechón.

Creo que Lucas sufrió mucho más que yo, pero sabíamos que todo era por nuestra mamá y para darle a entender que no solo era su batalla, sino de los tres.

Los peluqueros terminaron rápido, y lo primero que hice fue pasar mis dos manos por mi cabeza, mi cabello estaba corto y me pinchaba los dedos, pero mi reflejo en el espejo la verdad no estaba nada mal, se me marcaba más la mandíbula y me veía igual o más atractivo que nunca.

Yo veía a mi mamá contener sus lágrimas, ese sentimiento no me gustaba, ver sufrir a alguien más es muy desgarrador, y que sea mi madre, me parte el alma.

Lucas se quedó mirando su reflejo en el espejo y dijo.

- Pero que chico más guapo. –apunto su reflejo en el espejo. -

No pude evitar reírme, los dos nos creíamos los putos dioses del mundo.

- Se ven lindísimos.

- Gracias por los genes mamá. –Dijo Lucas. -

- Si, gracias, sin duda mis hijos te lo agradecerán también. –me reí un poco. -

Mi mamá estaba pagando y yo con Lucas salimos de la peluquería quedándonos de pie en la entrada.

- Lucas, ven.

- ¿Qué quieres?

- ¿Sabes tomar selfis?

- Si, ¿en qué año vives?

DIEGO: Deseo que te quedes conmigo   [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora