No hay peor sensación que sentirte responsable del sufrimiento de la persona que mas amas en el maldito mundo.
Sentía que estaba viajando en una tortuga, que nunca llegaríamos a casa, el camino parecía sin fin, hasta que luego de unos pocos minutos que parecieron eternos, llegamos.
– ¿Dónde está? – pregunté pasando corriendo a través de la puerta y casi por encima del ama de llaves y entonces la vi... Sentada en el piso frente al sofá, abrazando sus rodillas. Sentí que el corazón se me rompía de volver a esa imagen que tanto odiaba, corrí y la abracé. Ella levantó su mirada y me abrazó aún más fuerte.
– Estás aquí, mi pequeño... Estás aquí y estás bien, dime que estas bien, Jimin –
– Estoy bien, hermanita – aseguré – mírame, estoy bien, tranquila – repetí mientras la abrazaba. Odiaba esos episodios que le daban. Pero odiaba aún más que no entendía la razón por la cual, estando en ese estado, ella solo quería saber que yo estaba bien. No le creía la excusa de que sentía miedo por todos.
Nunca preguntaba cómo estaban las demás personas, solo por su Jimin.
– Calma, estamos aquí, no vamos a dejarte hasta que estés bien – Jin se puso de arrodillas frente a nosotros y luego nos abrazó – Los dos van a estar bien y yo voy a encargarme de eso, se los juro – terminó, limpiándose una lágrima.
Él sabía mucho más de lo que me decía, los tres estaban ocultándome la verdad. Pero sabía que había mucho más detrás de todos esos ataques de pánico y la sobreprotección de mi hermana.
Escuché la puerta abrirse y una voz conocida retumbó por toda la casa.
– ¿Dónde están? – lo vi acercarse rápidamente, sin pensarlo mucho, corrí a él, lo abracé con mucha fuerza.
– Nam, por favor, cuéntame qué fue lo que pasó en realidad... No pueden seguir ocultándome cosas y no me digas que no hay nada, porque no te creeré – mis ojos picaban de nuevo, mi corazón estaba rompiéndose un poco más y él solo dejó un beso en mi frente.
– No es tiempo de hablar sobre ello, Jimin. Pero, te aseguro que, cuando todo esto pase, voy explicarte lo que creo que debes saber – terminó y se alejó para luego arrodillarse al lado de Jin y abrazar a ambos.
Esa imagen, ver a las tres personas que más amo en el mundo juntos, me daba mucha felicidad, pero en estas situaciones, sentía mucho dolor e impotencia porque si mi hermana tuvo un ataque...
Algo lo detonó.
No, algo no.
Alguien.
– ¿Quién es el chico nuevo? – preguntó luego de varios minutos de estar abrazados – Jimin, ¿incluiremos a alguien más en nuestras actividades grupales? – continuó ella con un poco de dificultad y con la voz aun temblando, solo entonces pude notar que Namjoon trajo a todos con él.
– Lo siento, pero ninguno quería que lo lleve a casa, todos querían ver como estabas – se defendió ante mi mirada de reclamo.
– Lo siento mucho por insistir en venir, sé que esto no me incumbe, pero estaba un poco preocupado por como vi a Jimin cuando recibió la llamada – se disculpó Jungkook haciendo una marcada reverencia.
Estaba rojito.
– Soy de Busan – vi a mi hermana apretar las manos, esa maldita ciudad – Mi nombre es Jeon Jungkook – la cara de mi hermana se tornó más pálida y apretó mi mano tan fuerte, la vi realmente asustada al oír ese apellido.
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Let me love you ~KooKMin~ 국민
FanfictionMuchos ven la frase "el dinero no compra la felicidad" como una justificación de los ricos para quejarse por cosas sin importancia. Puede que en algunos casos sea así, pero hay quienes por más riquezas que posean, viven rodeados de adversidades que...