# CAPÍTULO 11: LA MIRADA.

1 0 0
                                    

Definitivamente me sentía mejor, ya era el segundo día que estaba en cama y no me sentía con fuerza para poder seguir estando sin hacer nada, Me levanté cerca de las 10:30 am, y me puse a ordenar el departamento, lave ropa ya que se había empezado a acumular y tomé un montón de libros de texto que Set me dijo que dejaría para poder estudiar el fin de semana, –Se está acomodando el chico, pronto tendrás que ponerle una repisa en el armario para él. La voz interior se burló de mí y yo la ignoré, solo son libros Cather, nada más. Los agrupé y los dejé sobre la mesa de café que había en la sala de estar, dejé lo sucio dentro del lavavajillas para luego entrar a la ducha, necesitaba un baño de agua hirviendo ahora mismo.

Bajé la escalera tranquilamente a eso de las 12 pm, empezaría la hora del almuerzo en unos minutos.

–Ahora si tienes color en las mejillas –Dijo Roger al verme mientras cargaba un cajón con patatas.

–Detesto estar enferma –Tomé uno de mis delantales y me lo colgué a la cadera, lo doblé para no tener que ponerlo en mi torso y solo en la parte de abajo.

Me dirigí a la parte delantera del bar y nada más salí me puse a servir, estaban llegando algunos clientes que trabajaban cerca de un edificio de oficinas en el centro, me dediqué a servir algunas mesas y limpiar otras.

–A veces parece que naciste con una bandeja en las manos –se quejó Sara y yo me reí.

–Llevo más de dos años trabajando en el bar Sara.

Ella se quejó mientras correteaba por el bar con su bandeja.

A eso de las 9:00 de la noche Set atravesó las puertas del Bar junto a Trevor, el moreno cada día parecía más enfadado con la vida, Se me había contado de que él y Nel tenían ese trato y parece que al moreno no le gustaba nada.

–Que bueno verte viva Bama –Comentó Trev mientras se sacaba la chaqueta junto a Set y se dirigía a la Mesa de billar, Set se me acercó y yo le di una media sonrisa.

–¿Te sientes mejor?

Asentí.

–Gracias por preocuparte y cuidarme –susurré algo incómoda y él me devolvió una sonrisa.

Le tendí las llaves del armario de billar, Set la tomó y se encaminó junto a Trev.

Ellos estaban obsesionados, al principio incluso llegué a pensar que Set solo venía a coquetear conmigo, con el tiempo me di cuenta que realmente les gustaba jugar, podían pasar horas jugando ronda tras ronda mientras bebían y hablaban de lo que sea.

Suspiré dándoles último vistazo, tomé una de las bandejas colocando una cerveza negra, una cerveza normal y una lata de Ginger ale. Cargué las bebidas con una mano y me dirigí a la mesa de billar, puse todas las bebidas sobre la mesa para que ellos pudieran beber.

–No alimentes su vicio –Se quejó Set mientras Trevor abría rápidamente la lata y le daba un largo sorbo.

Yo me reí mientras tomaba las botellas y las destapaba rápidamente para ponerlas en la mesa.

–Seguiré trabajando, disfruten de la partida.

–Gracias, Bama –Dijo Trevor y Set me guiño el ojo sin que el moreno lo viera.

Se hicieron las 12 de la noche cuando Trevor deslizó la llave del billar hacia mi yo la tomé y el moreno sacó su billetera, estirando.

–Cada día pareces más frustrado con la vida –le comenté.

–Imagino que Set te contó el por qué.

Suspiré alzando los hombros.

–12 dólares con 34 y la mesa va por cuenta de la casa –le dije y Trevor me rodó los ojos y me dio un billete de 20.

El precio del amor (Amor en Yale 2, #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora