☪Capitulo IV

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"El pasado puede doler, pero, tal como y como yo lo veo, puedes: o huir de él o aprender

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"El pasado puede doler, pero, tal como y como yo lo veo, puedes: o huir de él o aprender."

-El Rey León

LUKE GRANT

Cuando era niño solía ver mucho la película del rey león y esa frase siempre fue mi favorita. En ese entonces no entendía el porque me gustaba tanto, supongo que por el hecho de que Rafiki le da con su bastón a Simba en esa escena. Era gracioso verla. Pero luego de los años, empecé a comprenderla y entendí que tenía razón, muchísima razón en eso y más cosas que había dicho durante la película.

Era un mono muy sabio.

Fue entonces que comprendí una cosa: El pasado siempre estará presente, queramos o no, forma parte de lo que somos. El pasado no define quienes somos, pero nos encamina a serlo. Y puede doler, claro que sí, duele muchísimo si ese pasado se lleva una parte de ti que no podrás recuperar nunca, pero tú decides si te estancas o no. Porque el pasado duele, sí, pero es necesario que se quede como ahí, en el pasado.

Pero a veces el pasado estaba tan cerca del presente que lograba interferir de manera indirecta o directamente con tu ahora, tanto que afecta lo que eres convirtiéndote en algo que no reconocerías.

Si mi yo de trece viera al yo de ahora, se sorprendería demasiado.

Mi pasado seguía presente, digamos que ese pasado radicaba a solo tres meses atrás y aún seguía muy presente. Estaba interfiriendo mucho en todo, ese pequeño error del pasado me hizo cambiarme de escuela, de panorama, de personas. Aunque había sido bueno para mí, en tan solo tres meses me sentía diferente.

Aunque no olvidaba ese suceso que me hizo ser expulsado de mi antigua escuela, supongo que pelearse con alguien era algo muy grave en ese lugar en el fondo no me arrepentía de haberlo hecho, ese chico merecía cada golpe por ser un idiota.

Me excedí un poco, debía admitirlo. El chico tuvo que ser llevado al hospital por los golpes. Pero la rabia que sentía en ese momento me cegó, algo no muy frecuente en mí. Sin embargo, todo lo que tenía retenido por mucho tiempo salió en ese momento y creo que decidí desquitarme con él. Luego de eso, el director llamo a mis padres y dictó que debía dejar la escuela y así lo hice.

Ahora estoy aquí, en los pasillos de mi nueva escuela, caminando por todo el lugar hasta llegar al comedor con la intención de encontrarme con cierta pelinegra que era antipática. En la semana que tenía en la misma aula que ella, observé que no hablaba con nadie, no se relacionaba con nadie. Solo había visto a Travis tratar de acercarse a ella, igual que yo. Sin embargo, así como a mí, lo alejaba.

Eso en vez de desanimarme, solo hacía que quisiera acercarme más a ella y conocer sobre esa chica que era sumamente callada y malhumorada.

Llegue al lugar y entre. La cafetería de esa escuela era como cualquier otra, llena de adolescentes hormonales y descontrolados, que querían nuevas experiencias. Como todos los chicos a nuestra edad, querían conocer cada parte del cuerpo del otro, lo normal.

¿Qué tiene de malo ser yo?  |Nueva versión|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora