☪Capitulo II

949 101 103
                                    

"Debo dejar de pretender algo que no soy"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Debo dejar de pretender algo que no soy".

-Aladdín.

SAMANTHA CLARK

Toda mi vida se había basado en las apariencias. Mi madre me enseño que aparentar quien no eres es mucho mas sencillo que ser quién eres realmente. Lo había aprendido al observar el comportamiento de mi familia; cuando estaban frente a los demás fingían ser perfectos, pero cuando estaban lejos de los reflectores solo eran unos seres sin corazón y sin escrúpulos.

Engañaban a todos haciéndolos creer lo que ellos querían que creyeran.

Me estaba vistiendo para recibir a los amigos de mi padre, no sabía porque debía que estar ahí, ni siquiera era considerada para nada en esa casa, ¿Por qué debía estar presente cuando sus amigos llegaran? Me parecía ridículo. Pero supongo que ya estaba acostumbrada, era una actriz de primera cuando de eso se trataba.

Odiaba el hecho de que quisieran aparentar ser una familia perfecta, siempre viviendo de apariencias, engaños y un sin número espectáculos de circo, pero no era necesario que lo hicieran conmigo, casi nunca era notada entre esas personas, era un jodido cero a la izquierda, nadie me notaba.

Uno era como que quisiera serlo, me daba igual. Ser notada por personas influyentes como lo eran la mayoría de los amigos de mis padres no me apetecía, todos eran iguales a ellos; fingían tener una vida perfecta cuando la realidad era muy distinta.

Todos eran unos hipócritas.

Miraba mi reflejo en el espejo que estaba en una esquina de mi habitación. El vestido que eligió mi madre para mí me quedaba holgado y me hacía ver mas horrible de lo que ya era. Yo no tenía curvas despampanantes ni senos grandes, mucho menos tenía un trasero por el cual presumir, por el contrario, estaba plana, apenas tenía unos limones como pechos, era muy delgada, y cómo no, sí cuando comía, lo hacía compulsivamente, pero no lograba digerirlo, ya que yo misma me producía ir al baño a vomitar todo.

Cada vez que comía de esa forma, me sentía tan culpable que no podía hacer más que eso, me sentía tan miserable con los miles de pensamientos que me inundaban. Comía en menos de dos horas todo lo que una persona normal debería comer en un día. No sabía porque me pasaba eso, pero creí que era normal, había crecido sintiéndome así, que en algún punto se convirtió en parte de mí, pero cuando fui diagnosticada con TCA (trastorno de conducta alimentaria) cuando recién iniciaba la secundaría, bulimia nerviosa para ser exactos, entre en un estado de shock, porque eso quería decir que todo lo que me decían mis padres era cierto.

Era una enferma mental.

Investigue muy a fondo acerca de ello, quería saber que era exactamente lo que tenía y entendí dos cosas: La bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio y psicológico caracterizado por la adopción de conductas en las cuales el individuo — o sea yo— se aleja de las formas de alimentación saludables. Y que tener bulimia no era un chiste, cómo lo pintaban mis padres o mi hermana, había terminado en el hospital por eso, había sangrado por querer sacar de mi algo que, simplemente no tenía.

¿Qué tiene de malo ser yo?  |Nueva versión|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora