¿Qué tiene de malo ser yo? |Nueva versión|

☪Capitulo IX

"Aquellas cosas que te hicieron estar abajo, te llevaran hacia arriba."

-Dumbo.

SAMANTHA CLARK

Muchas cosas alrededor de mi vida me han hecho estar abajo, mucho más que arriba; podría decirse que mi vida se basaba en estar abajo. Siempre que creía estar arriba, algo hacia que estuviera retrocediera..., que bajara un escalón que antes había subido y que todo volviera a ser como o peor (en su mayoría peor) que antes y me sumergía en ese océano que navegaba, en esa tormenta que nunca terminaba.

Porque yo era la tormenta misma, un huracán, de esos que solo dejan destrozos y no sabes que mas caos pueden producir en tu vida. Yo vivía rodeaba de caos, pero de un caos silencioso que no todos podían notar y que te consumía lentamente, que te arrastraba a lo mas profundo, que te volvía... nada.

Ese caos tenia nombre y era ella, mi mas fiel amiga, la depresión.

Aquella que me acompañaba desde antes de que supiera que significaba esa palabra o que era; aquella que era la única que no me abandonaba, aunque quisiera.

La semana se fue tan rápido como llegó. Era viernes, día donde, por obligación y castigo, tuve que asistir a la cena de la clínica. No quería asistir, no tenía motivos, pero luego de ese incidente y que mi padre me exigiera venir, termine viniendo.

El ambiente de camino a aquel evento fue aburrido. Amaba el silencio, pero aquello era asfixiante, más teniendo que soportar a mi "queridísima" familia. Anne los convenció de venir y, con lo de la pelea, tuve que aceptar. Además, era la ocasión perfecta para mis padres, así podrían fingir que éramos una familia.

«Que hipócritas».

Ya teníamos un buen rato cuando decidí alejarme un poco y tomar aire, de dejar que me asfixiara estar con ellos. Me estaba impacientando, en cuanto pusimos un pie dentro de ese lugar, mis padres se mantuvieron hablando y hablando con personas completamente extrañas para mí y que, por alguna razón, me caían mal, muy mal. Fue en uno de esos momentos que me excusé y me fui al baño, alejándome de ese ambiente que no me gustaba. Ni siquiera había empezado el dichoso evento y yo ya quería irme.

Di un suspiro mientras me sostenía del lavabo y me miraba en el espejo de chicas en aquel evento. Me visualicé en aquel espejo; llevaba puesto un vestido azul claro, apretado hasta la cintura y suelto abajo. El vestido me llegaba hasta las rodillas, y, para que las marcas en mis muslos no se vieran, opté por ponerme unas medias pantis negras con unas plataformas. Mi cabello estaba en las ondas naturales y suelto, me llegaba hasta los hombros.

Me quede ahí, parada, viéndome, sin elogiarme, sin sentirme bella, solo ahí, viéndome como cada día; totalmente patética. Me lave la cara alejando cualquier pensamiento, no quería pensar. Salí del baño en cuanto dejé de criticarme frente al espejo y, para mi desgracia, me encontré con mi "amada" hermana, esperándome en la puerta.