*Nueva versión*
AMORES QUE CURAN (I)
Sam ya no le encuentra sentido a su vida y no quiere seguir luchando por encontrarlo.
A sus cortos dieciséis años, Samantha Clark, ha entendido lo que es el dolor y el sufrimiento, siendo ella presa de ambos de...
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"Eres mas valiente de lo que crees, mas fuerte de lo que pareces y mas inteligente de lo piensas."
-Winnie The Pooh.
SAMANTHA CLARK
«Dia: 180. Fecha: 31/07/2021
Asunto: Empieza a amarte.
Para: La Sam del futuro.
180 notas. 180 días escribiéndote..., escribiéndome. No sé qué poner aquí, la verdad nunca sé que poner en estos textos, pero supongo que debo hacerlo, quizás así algún día lea esto (no creo hacerlo) y vea cuanto he superado, eso según lo que Anne me dijo hace unos meses.
En fin, creo que le estoy agarrando el sentido a esto. ¿Sabes? Cuando te pasas la vida entera aferrándote a recuerdos..., aferrándote al pasado, dejas de enfocarte en lo que tienes adelante, empiezas a olvidar quien eres, hasta que llega un punto de quiebre donde no piensas más, donde deja de importarte todo lo demás..., donde dejas de importarte tu misma. Y es ahí, en ese punto, en ese espacio intermedio entre lo que crees y lo que eres, donde empiezas a ver que ya no eres tú y te duele. Y nunca serás tú, al menos no totalmente, no la del pasado, no la de unos meses atrás, pero tal vez..., solo tal vez, puedas ser mejor, puedas ser más valiente. Y yo, en verdad espero que lo seas. Por favor.
Se más valiente. Se más fuerte. Se mucho más tu.»
Fije la vista en la pantalla de mi portátil, mirando lo que había escrito y respire hondo, muy hondo cerrando los ojos ante esto. Aun no me acostumbraba a escribirme notas, aunque tuviera seis meses en eso; era raro escribirme todos los días para una persona en el futuro que, sinceramente, no esperaba que leyera esto, porque ni siquiera creía tener un futuro.
Aun así, me aferré a ese consejo porque, aunque no fuera todo el tiempo, el escribirme me calmaba y me hacia bien... escribir me hacia bien.
Dejé salir otro suspiro. Le di a guardar el documento y luego cerré la laptop. Salí del cuarto y fui directamente a la cocina donde el olor exquisito a pastel inundo mis fosas nasales y se esparció por todo el lugar. Olía a chocolate. Mi favorito.
Caminé hacia donde estaban Nora y mi abuela riendo por algo que no logre escuchar; mi abuela estaba de espaldas a mi y Nora tenia la mirada fija en la mezcla que estaba preparando. Todo olía exquisito.
—Sammy —habló Nora, mirándome con una sonrisa—. Buenos días.
—Buenos días, nana —le devolví la sonrisa—. ¿Qué hacen?
—Un poco de todo.
Ella me guiñó el ojo y yo solo negué, divertida.
—Pastel de chocolate, listo —dijo mi abuela sacando un pastel del horno—. Cariño, buenos días. ¿Cómo has amanecido?
