☪Capitulo XVIII

446 67 48
                                    


"Cuando amas a alguien, permanece dentro de tu corazón, para siempre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Cuando amas a alguien, permanece dentro de tu corazón, para siempre."

-Hermano Oso.

LUKE GRANT

El estar enamorado y el amar no es lo mismo; cuando estamos enamorados solemos ser ciegos, solemos estar en una burbuja donde solo vemos lo bueno, lo que queremos. En el enamoramiento solemos ser tan ignorantes a lo que sucede a nuestro alrededor, que no vemos más allá que lo que queremos ver.

Sin embargo, cuando amas descubres cosas opuestas a todo lo que el "enamoramiento" te hizo conocer. Ves con claridad todo aquello que no veías antes. Conoces las partes feas, las dificultades... y es ahí, justo ahí, donde ves que ya nada es igual a como antes, que todo se torna difícil, donde empieza el amor.

Es ahí donde conoces el amor.

Solía pensar que el amor era una prueba, un desafío, en el cual nos poníamos a prueba a nosotros mismos, nuestras capacidades emocionales y, ¿Por qué no? También nuestras capacidades personales para llegar a amar.

Muchos suelen decir que si pierdes a alguien es porque no era el indicado o la indicada... que no era el amor de tu vida, pero yo creía algo totalmente distinto. Muchas personas alrededor del mundo han perdido al amor de su vida por acciones y decisiones que ellos mismos tomaron y otros, porque el destino así lo quiso.

Es bien sabido que el amor no se termina, pero es falso... claro que puede terminarse, puede esconderse y puede marchitarse. Y aunque esa persona te siga amando, llega un momento que ese amor que antes podría haber sido amoroso o fraternal, pasa a otro plano, porque no te ama... ama lo que alguna vez fueron, ama los recuerdos, ama los momentos... ama lo que vivieron.

Pero no a ti.

Lance un par de veces la pelota de beisbol en mi mano acostado en el sofá de la casa de Camile. Miraba al techo mientras pensaba en todo eso y me perdía en mis pensamientos. Era sorprendente como podía perderme en mis pensamientos por horas y horas muertas.

El sonido de un quejido doloroso me saco de mis pensamientos haciéndome echarle un vistazo a la pelirroja de mi mejor amiga que tenía una bolsa con hielo en la cabeza y el rostro hecho un desastre, así como si cabello.

Se veía fatal.

—¿Estás bien? —pregunté, mirándola.

—¿Te parece que estoy bien, imbécil? —respondió Camile con el ceño fruncido—. No vuelvo a tomar, jamás en la vida.

—Eso dijiste la última vez —me empecé a burlar—, la vez pasada y la anterior y la vez antes de esa.

Camile puso los ojos en blanco y me dio una mirada de pocos amigos.

—Esta vez lo digo en serio. Mi cabeza duele como los mil demonios.

Me reí ante su comparación.

—Solo una pequeña consecuencia de haber tomado.

¿Qué tiene de malo ser yo?  |Nueva versión|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora