Canto II

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Telémaco se levanta al amanecer y reúne a todos los aqueos en los terrenos de encuentro. Atenea lo hace parecer particularmente divino y llamativo. Telémaco describe a la multitud la desgracia de su casa : los pretendientes que deshonran a su madre y consumen los recursos de la casa. Él mismo es sólo un niño: le falta la fuerza y la experiencia para expulsar a los pretendientes de la casa. Reprocha a la multitud su indiferencia, amenaza con que los dioses puedan vengar los crímenes de los pretendientes. Llora de vergüenza y enojo.

Antínoo responde que Penélope es la culpable del comportamiento de los pretendientes. Penélope prometió elegir un marido una vez que terminara de tejer un sudario para Laertes, pero para posponer el día de la decisión, tejió el sudario de día y lo desenrolló por la noche. Cuando una de sus criadas traicionó su secreto a los pretendientes, la obligaron a terminar su red. Antínoo afirma que los pretendientes están justificados en su comportamiento grosero porque Penélope los engañó, y porque ella se niega a elegir un marido. Antínoo sugiere y Telémaco envia a Penélope de vuelta a su padre, quien elegiría a su marido.

Telémaco responde que enviar a Penélope de vuelta a su padre sería una vergüenza, y se encontraría con la ira tanto de su familia como de los dioses. Él pide a los pretendientes que hagan caso a su vergüenza y que abandonen su casa, y amenaza de nuevo con que los dioses vengarán sus crímenes. En ese momento, Zeus envía un presagio de la venganza que Telémaco describe: dos águilas que bajan de las montañas y se desgarran unas a otras mientras sobrevuelan a la multitud. Haliterses, un profeta, interpreta el presagio como la muerte para los pretendientes. Eurímaco se burla de la profecía y del presagio; dice que los pretendientes no detendrán su fiesta hasta que la reina elija un marido.

Telémaco declara que no discutirá más el asunto con los pretendientes. Pide a los aqueos un barco y una tripulación de veinte hombres para navegar a Pilos y Esparta en busca de noticias sobre Odiseo. Si se entera de que su padre está vivo, retendrá a los pretendientes por otro año; si escucha la noticia de la muerte de su padre, le dará un entierro adecuado y animará a Penélope a casarse de nuevo. El amigo de Odiseo, Mentor, reprocha a la multitud su indiferencia e inacción frente a la violencia de los pretendientes, y les recuerda que Odiseo era un gobernante amable y divino. Leócrito silencia a Mentor y predice que los pretendientes asesinarían a Odiseo incluso si regresara. Rompe la asamblea.

Después de la reunión, Telémaco reza a Atenea con un corazón pesado. En la forma de Mentes, ella le dice a Telémaco que a partir de ahora será tan valiente e inteligente como su padre, y que está seguro de tener éxito en su misión. Ella le dice que no preste atención a los pretendientes, que seguramente están condenados, y que reúna provisiones para el viaje; mientras tanto, montará una tripulación y elegirá un barco. Antínoo lo anima a unirse al jolgorio de los pretendientes, pero Telémaco declara con confianza restaurada que no tendrá nada que ver con los pretendientes, y promete traer destrucción a su grupo. Ignora sus insultos y provocaciones y va al almacén, donde le pide a su enfermera Euriclea que prepare comida y bebida para el viaje. La enfermera clama de miedo por su vida, pero Telémaco le asegura que un dios está vigilando su misión, y le pide que mantenga su partida en secreto de su madre durante diez días.

Mientras tanto, Atenea camina por la ciudad en forma de Telémaco: reúne a una tripulación de veinte hombres, a los que pide reunirse en el puerto al atardecer, y pide prestado un barco robusto. También lleva el sueño a los pretendientes, que tropiezan con la cama. Ella llama a Telémaco a la nave. Con energía renovada, ordena a los hombres que carguen las provisiones en los almacenes. Atenea toma el asiento del piloto y envía a la nave un fuerte viento acompañante. La tripulación vierte vino en honor de Atenea.

RESUMEN - La Odisea de HomeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora