14: Hicimos un trato, Nicole

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Nicole Campbell

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Nicole Campbell

El trayecto hasta el super mercado ha sido más cómodo de lo que imaginé, al llegar, Ashley me acompaña a comprar todos los productos que indica la lista que dejó mi madre sobre la encimera, mientras que los chicos se quedan afuera, fumándose unos cigarrillos. Damos algunas vueltas por los estantes, y cuando voy a pagar, Adam se acerca, y coloca junto a mis compras, un paquete de cervezas. Me guiña un ojo, y salimos de la tienda, él cargando las bolsas, nosotras siguiendo sus pasos hasta el coche. Hugo está al volante y mi amiga se adueña del puesto del copiloto, Adam va a mi lado, lanzándome miradas fugaces sin decir tan solo una palabra.

—¿Qué tal si vamos a dar una vuelta? —propone Hugo.

Ashley se voltea y puedo ver en sus ojos las ganas que tiene de pasar tiempo con este chico. Resignada a cumplir con mi deber como mejor amiga, respondo:

—Vale; pero primero me gustaría pasar por casa a dejar las bolsas de las compras.

—Está bien, Nicole —contesta el castaño.

—¿A dónde iremos? —Ashley luce muy entusiasmada.

—Esperen y verán —dice Adam, y Hugo le lanza una mirada cómplice.

Un rato después, Hugo estaciona el coche frente a mi casa, y habla dirigiéndose a su amigo.

—Mi celular se quedó en tu casa, iré a buscarlo mientras ayudas a Nicole.

—Como quieras —comenta el chico a mi lado de forma divertida—; pero, por favor, dejen todo en orden.

Adam se baja del coche, para abrir el maletero y sacar las bolsas, que carga hasta el interior de la casa como si no pesaran nada. Sigo sus pasos, pero con más lentitud, mientas pienso en que estaremos solos durante un rato. Solo Dios sabe lo que podría pasar.

—¿Dónde debo ponerlas?

Me observa desde la cabeza hasta los pies, y luego, posa sus ojos en mis labios, cuando hablo:

—En el lavavajillas está bien.

Lo sigo, y con su ayuda, comienzo a sacar los vegetales, las frutas, el cartón de huevos, el pote de leche, diversas especias, carne de cerdo, y helados. Lavamos los vegetales, y luego los guardo en el refrigerador.

Cuando me volteo, para guardar el resto de las cosas, Adam se posiciona a mis espaldas, y sus brazos me rodean, dejándome atrapada entre su cuerpo y la encimera. Sus labios rozan la piel de mi cuello, y el olor a cigarrillo que desprende trae a mi mente malos recuerdos. Tomo una respiración profunda, intentando alejarlos; pero me cuesta demasiado. Las manos de Adam descienden a mi cintura, pero en mi recuerdo, no es él quien me toca, y tampoco lo hace con delicadeza.

Lo empujo, presa de la desesperación al sentir como el aire abandona mi cuerpo, y para mi suerte, Adam retrocede confundido. Aprovecho la oportunidad para escaparme hacia el baño. Cierro la puerta y me deslizo hasta quedar sentada en el frío suelo.

Te quiero para mí [EN FÍSICO]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora