Capítulo 14: Banana klip

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Luna:

Cuando entré al establecimiento por la puerta trasera, no esperaba encontrarme a nadie. Sin embargo, justo al pasar la puerta, Kilian ya estaba tomándome del brazo y llevándome a algún lugar.

- ¡Menos mal que ya estás aquí! Estos tres días sin ti han sido... Uf...

- ¿Ha pasado algo?

- ¡Muchas cosas! Y no has estado aquí para desahogarme contigo.

- Lo siento, Kilian. - Sonreí. - Pero ya estoy aquí, puedes contarme lo que quieras.

- Genial porque...

Mi jefe comenzó a parlotear, pero dejé de escucharle cuando vi a Lauren entrando al vestuario.

- ¿Puedes esperar hasta que salga y hablamos mientras nos tomamos algo? Tengo algunas cosas que hacer...

Suspiró y asintió.

- Venga, ve a cambiarte.

Fui a los vestuarios y allí vi que no había nadie más que la pelirroja y yo. Ella se estaba colocando un sujetador de lentejuelas del mismo rojo que su pelo.

- Hey. - Saludé.

Ella me miró en el espejo y sonrió forzosamente. Se giró y me miró directamente.

- Hola.

Permanecimos en silencio durante unos segundos.

- Estoy esperando a que te expliques.

- ¿A que me explique? ¿Qué hay que explicar?

- ¿Que tienes una relación con mi hermano, quizás?

- No tenía ni idea de que eráis hermanos, te lo juro.

- ¿Sabe que le has puesto los cuernos con tu cuñada?

- ¡No te llames así!

- Pero estáis saliendo, ¿no?

- ¡Luna, por favor, para! - Exclamó. - Jake y yo nos conocimos en la uni hace unos meses, y empezamos a salir hará unas tres semanas.

- O sea que sí le has puesto los cuernos.

- Sí.

Suspiré.

- Lauren, es mi hermano. ¿Crees que no se lo voy a contar?

- Ya lo sabe.

- ¿Qué?

- Se lo dije cuando pasó, porque yo no tenía tan claro que estábamos juntos... Nunca me pidió salir, ni yo a él. Fue todo... Repentino.

- ¿Entonces sabe que...?

- Le dije que era una compañera, pero no le dije que eras tú.

- Está bien. ¿Puedes no decírselo?

- Tranquila. Tu secreto está a salvo conmigo. - Me guiñó un ojo y me sonrió.

Le sonreí de vuelta y me quité el abrigo largo que llevaba puesto quedando en un pequeño conjunto de lencería.

- Una pena que ahora tengas novio, cuñada.

Bromeé y se rio. Era una situación rara, pero si mi hermano era feliz, yo también.

Salí del vestuario y me dispuse a buscar a Kilian, a quien encontré fuera de los vestuarios de Vértigo. Al entrar, me indicó que me quedaban unos cinco minutos para salir.

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