Capítulo 29: All american bitch

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I don't get angry when I'm pissed
I'm the eternal optimist
I scream inside to deal with it

Casey

Estaba acostada de nuevo en mi cama. Le había enviado unos cuantos mensajes a Luna por la tarde, pero eran las once de la noche y aún no había contestado. A veces se desaparecía y me asustaba. Me debatía entre llamarla o ir a buscarla, pero no sabía si estaría en su casa o dónde estaría.

De pronto sonó mi móvil, era una llamada entrante de Luna. Lo cogí y hablé al segundo.

- Hey, ¿estás bien?

- Hola. Sí, todo bien. Perdón por no haberte contestado antes, es que... Parece que estamos de mudanza.

- ¿Cómo que de mudanza?

Luna suspiró.

- Mis padres se van a divorciar, por fin.

Me incorporé en la cama.

- Y... ¿Como estás con eso?

- Pues ha sido todo muy inesperado, la verdad, pero bien. Me alegro. Estaré viviendo con Jake unos meses, hasta que me vaya a la Universidad.

- Puedes quedarte aquí cuando quieras.

Hubo un pequeño silencio.

- Gracias, Cass.

- ¿Entonces estás en tu casa?

- Sí, acabo de ducharme. Llevo toda la tarde haciendo limpieza de un montón de cosas que tenía en el armario... Para empezar lo antes posible a llevar las cosas a casa de mi hermano. Sobra un cuarto allí, no es muy grande, pero es más que suficiente.

Sonreí.

- Pareces emocionada.

- Un poco emocionada estoy, no te voy a mentir.

- ¿No te da pena por tus padres?

De nuevo ese silencio.

- Tengo tantas ganas de irme de aquí que me es imposible pensar en que voy a echarles de menos, y esas cosas.

Asentí, aunque sabía que no podía verme.

- Bueno, ¿y qué tal tu día?

- Bien. Ya estoy en la cama.

Escuché una suave risa.

- Me encantaría estar ahí contigo.

Mi corazón dio un vuelco.

- Y a mí que estuvieras aquí.

Luna

El jueves por la mañana, estaba con Jesús yendo al instituto. Hoy íbamos a contarle a sus amigas que ya no estábamos juntos. Habíamos decidido que era hora de dejar de escondernos, que éramos personas totalmente distintas a las que mostrábamos.

- Hola -saludamos. Ellas lo hicieron de vuelta.

- Por fin habéis llegado. Hay fiesta en mi casa mañana por la noche - anunció Victoria - Tenéis que venir. A las ocho.

Jesús y yo nos miramos.

- Vale - contesté, aunque no pensaba ir.

- Ah, y... Luna, trae a Casey.

- ¿Por qué?

Ya había invitado a Casey a una de sus fiestas, pero ahora había mostrado real interés en que fuera, no había sido una simple invitación por un difundido en WhatsApp. Ella soltó una risotada insufrible y miró a Kendra y a Clark, quienes también se reían.

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